sábado, 12 de septiembre de 2020

Pensando en tiempos de pandemia II

Me siento entre consternado y desconcertado, ante las variadas expresiones de los manifestantes entrevistados en los últimos tiempos. Han desaparecido de la escena pública las grandes marchas de los partidos que, históricamente, realizan manifestaciones multitudinarias o no, pero con solidez argumental, con cohesión ideológica del por qué se manifiestan, qué persiguen, y contra qué luchan. Esto ha dado lugar a que afloren como manifestaciones políticas, pensamientos que otrora consideraríamos sin sentido, y no le daríamos entidad racional ni representativa de sector alguno, cultural o político formal.
Cómo han logrado sumar adherentes al pensamiento mágico, irracional contra toda prueba; desconsiderar el pensamiento con método científico que nos saco de la Edad Oscura. Cómo parece que volvemos a estar sometidos por religiones negadoras de lo que los estudiosos en la práctica logran, cómo se ha instalado el pensamiento de homos retrógadus terraplanistas, antivacunas, filósofos de conspiraciones internacionales, etc., etc.. Todo me resulta tan misterioso, que he decidido buscar respuestas que me expliquen éste momento.
En un primer intento fue fácil atribuírselo a la influencia de los grandes medios de comunicación, que se encargan de dirigir y formar opinión en base a la repetición constante, aunque sin argumentos, que puedan someterlo a discusión. También pensé que la pandemia y el miedo a la muerte o a los cambios bruscos de las normalidades, permiten que tomen fuerza locas manifestaciones. Los que hemos vivido un cambio de siglo vemos que son considerables el número de personas que esperan alegremente la muerte, y la aparición de un mesías. El mismo efecto han tenido terremotos, manifestaciones violentas de la naturaleza, y las pestes.
Sin embargo no solo aparecen dominando el escenario mediático los creyentes, también aparecen los que niegan que la tierra sea redonda, y asistimos como tuvieron que rescatar a una pareja que en un yate fueron en busca del lugar en donde terminan la tierra. Repito: no pretendían dar la vuelta al mundo, iban en busca del borde, de donde la tierra termina, supongo para espiar la cola del elefante que arriba de una tortuga sostiene a nuestro planeta. La pareja había partido de un puerto de Italia y fueron rescatados deshidratados; y que fueran en un yate nos habla del alto poder adquisitivo que tienen así que posiblemente consumieran bienes culturales que ya les habrían explicado que desde los antiguos griegos, ya se sabía de su redondez y tamaño.
Por lo pronto, me he encontrado con este video, que intenta dar una primera explicación de cómo se forman grupos de pensamiento alternativo, a partir de la publicación con tono irónico de lo que consideramos un desatino.


Juan Carlos Ramirez Leiva

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