jueves, 25 de marzo de 2021

Memoria y Educación

 El empleo de violencia estatal, exacerbada e ilegal, puesta en ejercicio en latinoamericana en la década de los ’70, buscó aterrorizar a la mayor parte de la población. Las “guerras sucias” fueron el recurso para impedir políticas alternativas que cerraran el paso al nuevo modelo de acumulación que, a partir de entonces, comenzó a llamarse neoliberalismo.

En nuestro país, las intervenciones militares durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, fueron terroristas porque no buscaron solo la derrota militar de los opositores (lo que ya había acaecido con el Operativo Independencia), sino que pretendieron disciplinar a las organizaciones sociales, objetivo que no lograron que fuera permanente. Como muestra mencionaré la lucha de Saúl Ubaldini que conduciendo la Comisión de los 25, organizó un paro nacional apenas trascurrido un año del golpe genocida y en plena etapa de secuestro, tortura, y desaparición de personas. Uno de los que tuvieron la suerte de ser liberados tras esas penurias fue el luego premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, defensor incansable de los Derechos Humanos; lucharon también líderes espirituales, las enormes Madres de Plaza de Mayo, y un sector mayoritario de la sociedad que en silencio, con miedo pero con conciencia, deconstruían el “algo habrán hecho”. 

Para muchos, impulsar la defensa y ampliación de los Derechos Humanos son sólo propuestas vacías, para otros son solo declamaciones de forma, pero para un grupo cada vez más numeroso y activo de docentes, es la conciencia social.

Los docentes comprometidos en formar futuros agentes de cambio social, a través de lo simbólico y la investigación deben llevar adelante ejercicios educativos que desnaturalicen ciertas prácticas memorísticas. Deben ponerse en el camino de apelar a lo simbólico para producir nuevas subjetividades, que los formen como sujetos críticos con prácticas activas. En este punto, la ausencia de políticas municipales en el Distrito Ezeiza en el Área de Derechos Humanos, es una concesión de gracia a las políticas genocidas que se llevaron oportunamente a cabo.

Debemos mantener y ejercitar la memoria señalando lugares de detención clandestina, de secuestros, víctimas y victimarios. Enseñar a los jóvenes creando espacios de reflexión sobre lo que nos pasó y lo que nos pasa. Después de todo, una de las posibilidades es que: “La historia es émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo del pasado, ejemplo y aviso del presente, advertencia de lo por venir.” (Miguel de Cervantes Saavedra).

 

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva.

jueves, 4 de marzo de 2021

Día de los Hermanos

Hoy se festeja en Argentina el Día de los Hermanos, fecha instituida con fines netamente comerciales pero que tiene fuerte raigambre en otros lares.
En India, Raksha Bandhan también conocido como Rakshabandhan, se centra en realizar un acto de protección ritual. La protección es ofrecida principalmente por hermanas a hermanos, pero también por sacerdotes a los que van a los centros religiosos.
En ese día las hermanas atan un hilo, llamado rakhi, alrededor de las muñecas de sus hermanos buscando que se los proteja, recibiendo a cambio un regalo de ellos. La expresión “Raksha Bandhan” se tradujo en “el vínculo de protección, obligación o cuidado”.

Es mi mejor deseo que en este día todos los hermanos, sanguíneos o no, se encuentren físicamente o a la distancia incluso, en el recuerdo. Saludos especiales como padre a mis tres hijas, como hermano a Miguel Ángel (mi 50%), como historiador saludo en el recuerdo a las chicas Larralde ((Delia Beatriz (Bety), Gladys (Porota) Haydeé)), como vecinos a los hermanos Zapata, como argentino a nuestra Hermanita perdida, nuestras Malvinas.

Juan Carlos Ramirez Leiva