jueves, 21 de noviembre de 2019

Día de la Enfermera argentina

La conmemoración se remonta a 1935, cuando se fundó la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicas de Enfermería, cuya patrona es la Virgen de los Remedios, festividad que se celebra los 21 de noviembre. El Ministerio de la Salud de la Nación instituyó por decreto este día como el de la Enfermería, en coincidencia con la festividad de Nuestra Señora de los Remedios, considerada patrona de la actividad. Como nota al paso cabe recordar que, en nuestro distrito, la primera estancia establecida en 1758 se llamó Los Remedios por la capilla a ella dedicada.
Nuestra Señora de los Remedios comenzó a ser venerada por los conquistadores españoles desde que Hernán Cortés la entronizó oficialmente en el año 1521, en el centro ceremonial aztecas en Naucalpan. Los invasores ataban imágenes en la cola de sus caballos buscando que los proteja en sus incursiones genocidas en contra de las creencias mágicas de los americanos (y para ello se protegían con las estampitas, en fin).
En Buenos Aires, fue proclamada “Patrona Menor de la Ciudad” para conjurar la fiebre de tifus durante la peste de 1727, que provocó numerosas muertes.
De acuerdo con datos del Observatorio Federal de Recursos Humanos del Ministerio de Salud, basados en un relevamiento de la Red Federal de Registros de Profesionales de la Salud, hasta 2016 había 192.829 enfermeros y enfermeras en todo el país. La cifra incluye auxiliares (41.7%), técnicos (45.3%) y licenciados (13 %).
Enfermería proviene del latín infirmus, que significa el que no está fuerte, y por eso las/los buscamos y ellas/os, nos ayudan a que nos recuperemos con sus conocimientos y dedicación profesional y afectiva.
Queremos recordar en esta nota, tanto a las enfermeras que actuaron en la Guerra de Malvinas, como a Las niñas de Ayohuma o a nuestras vecinas/os, que jamás reniegan de la hora o el clima cuando las vamos a buscar para que nos atiendan. Cariños, con toda mi gratitud, a Silvia Albotti, Luís Elvio Colazo, y al recuerdo de Herminia.

Juan Carlos Ramirez Leiva