jueves, 19 de junio de 2025

La masacre de Ezeiza, en primera persona

 La mañana del miércoles 20 de junio de 1973 se presentaba apacible, y mientras caminábamos con mi viejo, con mi padre, hacia la estación de Ezeiza, conversábamos. Los temas fueron variados, y salpicados con trivialidades como que no hacía frío, que iba a ser un hermoso día o sobre la conveniencia de ir por la ruta 205 y no cortar camino.
Cuando estábamos próximos a la ruta, nos sorprendió la multitud que ordenadamente marchaba camino a la barrera hacia el aeropuerto. Junto con otros conocidos con los que nos fuimos encontrando en el camino, nos integramos a un grupo bullanguero que entonaba cánticos apropiados para la fecha. Los mayores tenían la lógica ansiedad de ver regresar a su líder tras 18 años de exilio; los que éramos chicos por entonces, y los que habían nacido después del 55, lo hacíamos para conocer a aquel por quien se había militado.
Al llegar a la barrera mencionada y comenzar a andar camino al puente El Trébol, encontramos las diferentes columnas que venían desde Monte Grande y a los que venían desde San Vicente; entre todos, conformamos la Columna Sur. Entre las organizaciones, caminábamos quienes íbamos por nuestra propia cuenta. Muchos como yo estábamos felices, porque además del significado político, había uno aún más importante: la integración entre distintas generaciones y, en mi caso, compartir con mi viejo este reencuentro entre el líder y su gente.
Llegamos a la altura del puesto policial que luego fuera conocido como el centro de detención clandestina “La 205”, cuando ya era de día. Había allí mucha gente, y pensábamos que era lógico, porque estábamos a menos de mil metros del palco desde donde el general Perón nos hablaría.
Con mi padre nos fuimos adelantando entre la gente (siendo solo dos, fue muy fácil), y a la altura del Hogar Escuela tuvimos que sortear automóviles dispuestos de tal forma que impedían llegar a la columna que entraba por el sur. No nos llamó la atención ver un grupo armado en la curva que llevaba al cruce para el bosque. Tenían un brazalete verde; las distintas agrupaciones se distinguían por el color e inscripciones que llevaban.
Tomamos ubicación en la rotonda que permite a los automóviles que vienen del aeropuerto subir al puente camino al bosque (por supuesto, no había tránsito ese día). Obviamente no estábamos solos, pese a que era temprano; el general llegaría a las 16 horas. Distintos pequeños grupos estaban diseminados por todo el césped, desde el cordón instalado para delimitar el área hasta donde podíamos acercarnos al puente. Tras esa precaria marca, circulaban custodios con armas largas. A nuestras espaldas quedaba el acceso a la Autopista Ricchieri desde la ruta 205 y el bosquecillo del Hogar Escuela. Al frente, y cruzando la autopista, grupos con banderas y pancartas; y mirando al norte, densas columnas hasta donde la vista nos permitía avizorar.
El palco estaba ubicado sobre el puente, con frente hacia el norte, por lo que la parte posterior daba al acceso al aeropuerto, ubicado a 3 kilómetros de allí. Como fondo tenía gigantografías con la figura del General y de Evita; con una imagen más chica también aparecía Isabel. Para proteger a Perón, se había instalado una pared de cristal antibala, y por el puente-palco circulaban personas que a veces hacían gala de sus armas largas.
Se habían escuchado algunos tiros, pero recién nos alarmamos cuando se transformaron en un tiroteo y un correr de personas sobre el palco apuntando hacia los pinos ubicados detrás nuestro, en el campo del Hogar Escuela. Pronto las balas comenzaron a silbar cerca de donde estábamos, y desde el palco les respondieron. Cesaron los disparos. Y recién eran las doce del mediodía.
Más tarde, ya en casa, me enteré por boca de mi tío —quien había venido en bicicleta desde Longchamps— que él se ubicó cerca del Hogar Escuela, bajo la sombra de los árboles y cerca de la columna de Lisiados Peronistas, quienes estaban emponchados en sus sillas de ruedas, acompañados por quienes los ayudaban. Mi tío repartió entre ellos unas mandarinas que había recolectado en su paso por mi casa antes de ir hacia donde todos esperábamos a Perón, y esto quizás lo salvó. El caso es que, cuando fue evidente para él que no querían que los que venían desde el sur se acercaran al palco, escuchó que los lisiados le dijeran “agachate, viejito” y se produjo —me relató— un milagro: los lisiados se levantaron de sus sillas de ruedas a la vez que sacaban armas que tenían bajo los ponchos que los cubrían y comenzaron a tirar. De la columna que había arribado desde la ruta 205 —la Columna Sur— se movilizaron Montoneros, otros identificados como de la JP, y algunos militantes que no pertenecían a ninguna agrupación, solo eran peronistas. Intentaron llegar al puente, pero los identificados con el brazalete verde que custodiaban les empezaron a disparar, y en ese momento intervinieron los Lisiados, según me relatara mi tío.
La historia real —la más aproximada a ella, quizás— la supimos tiempo después. Pero el caso es que alrededor de las 14 horas comenzaron a disparar desde la izquierda del puente (visto desde el frente) hacia los árboles del Hogar Escuela, desde donde respondían con una balacera que también llegaba a los que estábamos sentados sobre el césped, próximo a la cinta asfáltica.
No sé quién tuvo la idea —posiblemente partió desde el palco—, pero todos comenzamos a cantar el Himno Nacional. Un sacerdote comenzó, en el palco, a levantar una cruz como símbolo de paz, pero cuando las balas acertaron a la cruz, el cura decidió ponerse a resguardo. Leonardo Favio, desde el puente y protegido por el vidrio antibala, pedía que cesara la balacera, pero tampoco le hicieron caso.
La inquietud fue mayor cuando vimos pasar una ambulancia con las puertas abiertas, con una enfermera (a la que reconocí por ser vecina) que temerariamente iba agarrándose del techo y casi parada sobre el paragolpes. En igual situación, sobre la derecha de esa ambulancia, iba otro, posiblemente enfermero (por su guardapolvo blanco). Con mi padre quedamos alelados al ver que iban tres hombres tirados sobre el piso y dos más arriba de ellos, que imaginábamos todos muertos, camino hacia Puente 12.
Perón debía llegar a Ezeiza a las 16 horas. Pasado ese horario anunciaron que, por los disturbios, se había decidido que no bajara en Ezeiza y que aterrizaría en Morón. Aterrizaje que se confirmó a las 17 horas aproximadamente.
Sabiendo que no vendría al encuentro con su pueblo en Ezeiza, comenzó un desbande generalizado, acompañado por un nuevo tiroteo entre los que cuidaban el palco y los que estaban en los árboles frente a la ruta, en los campos del Hogar Escuela.
El caos que se armó fue de tal magnitud que, cuando escuché silbar las balas, decidí sacar a mi padre de esa trampa que podía ser mortal, y agachados —y a veces llevándonos por delante a otros pacíficos manifestantes que también querían salvar sus vidas— escapamos a través de los zanjones hasta llegar al barrio. Allí vimos cómo intentaban guarecerse los que habían tratado de llegar al palco y los que no, que tampoco entendían el porqué de esa violencia en lo que debía ser un día de fiesta, de fiesta peronista. Comentaban que en el aeropuerto habían hecho una pila con los muertos; luego supimos que eso no sucedió, pero sí que en el Hotel Internacional torturaron a los que creían montoneros, de la Juventud Peronista, de la Tendencia, troscos, comunistas o simplemente zurdos. Nos enteramos de que el Hospital estaba tomado por gente del C. de O. (Comando de Organización, ala derecha del peronismo), y que gente afín controlaba el Hospital San José de Monte Grande.

Algunos intentaban refugiarse en la capilla del barrio, pero yo, conocedor del lugar, opté por tomar rumbo a casa, ya considerándonos a salvo de lo que no podíamos comprender. Allí nos enteramos de las aventuras de mi hermano, intentando que mi madre no se enterara de lo que circulaba entre los vecinos y de lo poco que comentaban por la radio. Él también había ido camino al Hogar Escuela en su bicicleta, pero regresó cuando los que escapaban de los tiroteos le decían que no vaya. Enterado de la gravedad, evitó que nuestra madre se enterara de lo que ya se consideraba una masacre, una emboscada tendida por la derecha sindical y los servicios de inteligencia contra los zurdos.

martes, 10 de junio de 2025

Día contra la explotación infantil

  Hoy, 12 de junio, en las efemérides encontramos que la OIT lo estableció como el Día contra la explotación infantil. Esto me recuerda que el diputado Alberto Benegas Lynch, declaró oportunamente: “Libertad es que si no querés mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitas en el taller, puedas hacerlo”, agregando que el Ministerio de Educación es un “comité de burócratas”. Las autocalificadas “personas de bien” se horrorizaron ante tales manifestaciones pero, como está ya naturalizado se aceptó que en 2025 el gasto en educación ejecutado por Nación se reduzca, pasando del 0,91% a 0,88% del PIB. Entre 2023 y 2024 la caída fue del 1,48% a 0,91%, muy lejos de lo que prescribe la ley de educación de 2006 que, obliga a destinar el 6 por ciento del PIB a educación. 
  En la asignación se quitó el incentivo docente en los sueldos y se subvencionó a los niños que concurren a escuelas privadas… El mercado en su esplendor.
  No hay cifras de explotación infantil en la Argentina en los últimos años pero, ninguno de nosotros se asombra al ver niños en las noches limpiando parabrisas, ni vendiendo…. Todos los vemos…. Hasta le hemos dedicado tangos como Chiquilín de Bachin…. La explotación romantizada.
  Hoy, los invito a reflexionar: ¿Qué nos lleva a admitir esta situación y luego pedir que los encierren a los 13 años, cuando los hemos empujados al delito con nuestra indiferencia? 

Por: Dra. Alejandra Cristina Romano



Chiquilin de Bachin
Por las noches, cara sucia
De angelito con bluyín
Vende rosas por las mesas
Del boliche de Bachín
Si la luna brilla
Sobre la parrilla
Come luna y pan de hollín
Cada día en su tristeza
Que no quiere amanecer
Lo madruga un seis de enero
Con la estrella del revés
Y tres reyes gatos
Roban sus zapatos
Uno izquierdo y el otro también
Chiquilín
Dame un ramo de voz
Así salgo a vender
Mis vergüenzas en flor
Baleáme con tres rosas
Que duelan a cuenta
Del hambre que no te entendí
Chiquilín
Cuando el sol pone a los pibes
Delantales de aprender
él aprende cuánto cero
Le quedaba por saber
Y a su madre mira
Yira que te yira,
Pero no la quiere ver
Cada día, en la basura
Con un pan y un tallarín
Se fabrica un barrilete
Para irse y sigue aquí
Es un hombre extraño
Niño de mil años
Que por dentro le enreda el piolín
Chiquilín
Dame un ramo de voz
Así salgo a vender
Mis vergüenzas en flor
Baleáme con tres rosas
Que duelan a cuenta
Del hambre que no te entendí
Chiquilín de Bachín
Compositores: Astor Pantaleon Piazzolla, Horacio Ferrer

martes, 3 de junio de 2025

Hoy: Stuart Mill y Keynes

   La contradicción existente entre capital-trabajo y regulación-planificación y la libertad de mercado, es llevada al extremo por el neoliberalismo/anarco-capitalismo, y de ahí su crisis y su insostenibilidad. El Estado-Nación ha dejado de ser el sujeto del desarrollo capitalista, y es paulatina pero sostenidamente reemplazado por el mercado y la soberanía de las naciones tienden a ser transferidas al mercado global.  En Argentina, pero sospecho que en otras naciones latinoamericanas también, las particularidades le han permitido adquirir rasgos específicos.
  Argentina ha decidido continuar construyendo su destino dentro de la concepción utilitarista de la sociedad (individualismo extremo), bajo las formas de una democracia representativa que busca la felicidad para un núcleo posible de individuos; y lógicamente ello implica que un número indeterminado de personas vivirán en la infelicidad. El individuo ya no volverá a ser presionado para participar de la vida política y podrá dedicarse solo a su vida privada, vida que comenzará a ser regida por la libertad de empresa y de la propiedad privada. Estas premisas prácticamente nos devolverán a un "Estado de naturaleza" más grave que el de Hobbes, porque primara el egoísmo que lleva a la guerra de pocos poderosos contra todo el resto.
  El neoliberalismo se compone de individualismo, libertad económica, competencia y, esencialmente, desigualdad. En las sociedades actuales no existe la igualdad e incluso ésta no es deseada pero en la particularidad argentina, durante el Kirchnerismo, se plasmó su búsqueda en políticas regulatorias. El Estado es el único que puede regular y controlar los procesos de acumulación y distribución de la riqueza en una economía capitalista, eficazmente realizado durante la fase de "economía de bienestar" populista que comenzó a ser desandada por la última dictadura y que finalmente fuera superada por las políticas implementadas en la presidencia de Carlos Saúl Menem.
  La Argentina de los ’90 fue un experimento neoliberal periférico ejecutado por grupos económicos locales y extranjeros, con el auxilio de los partidos políticos e ideado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. El aumento de la exclusión social y la pobreza, permite mensurar el éxito del modelo: la concentración de la riqueza rápidamente evadida al exterior. La rebelión urbana de diciembre de 2001 fue la expresión clara del rechazo a los niveles insostenibles de pobreza generalizada, sin embargo,  la crisis no impidió que un elevado número de ciudadanos en pos de elegir a sus representantes, la clase media en particular, añorara aquellas políticas votando en CABA a  Mauricio Macri en el 2003.
  Esta nefasta tendencia terminó aflorando nuevamente pero esta vez, en los comicios presidenciales del 2015. Claro que luego que se frenara la exclusión masificada, gracias a la política de los Kirchner y el pleno apoyo popular en su intento de superación del capitalismo neoliberal, llevando adelante una reconstrucción del Estado-Nación sobre bases más igualitarias de redistribución de la riqueza. La presidencia posterior de Alberto Fernández (2019-2023), encumbrado  por el voto peronista, nos demostró que vivíamos políticamente en un penduleo entre Stuart Mill y su propuesta de Libre mercado. y Keynes con su postulación que sostiene la intervención del Estado en momentos de crisis, y la crisis se presentó en forma de una avasallante pandemia de COVID-19. Esta, exacerbó los problemas estructurales dejando al descubierto la fragilidad del sistema de bienestar argentino y la insostenibilidad del gasto público.
  Argentina, sumergida en una crisis económica con inflación galopante, pérdida del poder adquisitivo y desencanto generalizado hacia la clase política, vio una posible salida en la propuesta de un personaje televisivo. La llegada de Javier Milei a la presidencia en diciembre de 2023, representa una ruptura con el sistema tradicional con su retórica cargada de críticas contra “la casta política”. Su ascenso fue catapultado por la combinación de cambios económicos y especialmente culturales. Nunca habían intervenido tan eficazmente los medios de comunicación y la importancia de las redes sociales propalando un radical discurso libertario. La sociedad vio en Milei una alternativa radical frente a la percepción de los  políticos como corruptos e ineficientes. Milei prometía arrasar el sistema intervencionista e implementar un sistema de libre juego del mercado, con desregulaciones masivas sin contemplar sus consecuencias sociales.
 
La implementación de medidas empobrecedoras (canasta de alimentos en relación con el poder adquisitivo salarial), y la falta de regulaciones en un contexto de creciente conflictividad, obligará a los gobernantes libertarios a demostrar su capacidad para mantener el caudal electoral necesario para seguir con un desmantelamiento del Estado. 
  Quizás, tal vez, los resultados de los próximos comicios de medio término y su impacto en la clase gobernante, permita acordar un sistema que nos allane el camino para construir una sociedad que deje de agredirse, que construya un Estado que permita el desarrollo de sus ciudadanos protegiendo, capacitando, a los que excluya. 
  Estamos viviendo un nuevo enfrentamiento en el mundo real (no académico), de las ideas contrapuestas de Stuart Mill y de John Keynes.

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva.

lunes, 7 de abril de 2025

Reportaje a L. A. Plaquin

Gracias a esta nueva entrevista de Shirley Rebuffo, nos aproximamos a la figuración geométrica del argentino Luis Alberto Plaquin. Como es habitual, una representativa selección de obras y las palabras del artista.


Thanks to this new interview by Shirley Rebuffo, we approach the geometric figuration of Argentinean Luis Alberto Plaquin. As usual, a representative selection of works and the artist's words.
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Luis Alberto Plaquin
(Resistencia, Chaco, Argentina, 1950-)

Luis Alberto Plaquin en el Museo de Arte Contemporáneo Sur /
at the South Contemporary Art Museum, Lanús, Buenos Aires, 2017

Luis Alberto Plaquin es un artista argentino nacido en Resistencia, Chaco, el 15 de noviembre de 1950. Actualmente vive en Ezeiza, Buenos Aires.
En 1996 inició su segunda profesión como pintor y fileteador (*) autodidacta, con una dedicación de varios años. Ha participado en exposiciones a partir de 1998, habiéndose ganado un espacio en las artes. Abandonó el fileteado porteño por una abstracción geométrica con la misma maestría y el bagaje de su experiencia previa.

"Area Plegada III / Folded Area III", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 90 x 130 cm., 2016

"Plegado / Folded", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 80 x 80 cm., 2021

Entrevista de Shirley Rebuffo

Shirley Rebuffo: Cuéntame de ti, cómo has empezado a pintar. Tu vinculación con el arte ha sido a través de tu dedicación, durante años, al fileteado porteño.
Luis Alberto Plaquin: Nací en una provincia del norte de la Argentina. Cuando tenía 11 años, junto con mi familia nos trasladamos a Buenos Aires. Allí terminé la primaria y secundaria.
Desde siempre me gustó dibujar. En la escuela, con unos 12 años, cursando sexto grado en una institución sanmartiniana del municipio, invitaron a las escuelas del distrito a formar grupos de alumnos para elaborar un trabajo de investigación sobre el Gral. San Martín. El trabajo debía presentarse en una carpeta, con textos e ilustraciones. Fui elegido para la ejecución de los dibujos. Mi escuela fue una de las premiadas, cada uno de los chicos recibimos un libro biográfico sobre el General.
Más adelante, apenas cumplidos los 15 años, un comerciante del barrio me consultó si me animaba a escribir con tizas en una chapa el anuncio de su mudanza a otro local, le propuse pintarlo, cosa que aceptó. Llevé la chapa a mi casa y, como al tercer o cuarto día, aparecí con el cartel.
Le había pintado a color un personaje muy conocido de las revistas de humor de aquél entonces, Patoruzú. Las letras pretendían ser de molde. Debió haber quedado bastante bien, porque a partir de allí, otros comerciantes me encargaron hacerles algún tipo de trabajo con letras pintadas. A partir de entonces, comencé a prestar atención a cómo pintaban los verdaderos letristas en todo tipo de soportes: carteles, vidrieras, paredes, vehículos y otros.
Pasados muchos años, en una librería artística, hallé un libro sobre los grandes maestros fileteadores de Buenos Aires. Lo compré y comencé a practicar con el filete porteño. Rápidamente aprendí la mayoría de sus secretos y lo fui aplicando en combinación con el trabajo letrístico y de ilustración. Me dediqué al oficio 51 años y, casi siempre, fue mi segunda ocupación. Estuve empleado unos años en una repartición del Estado, luego por más de 20 años, en una empresa privada.
Aprendí mucho y debí de ser bueno, ya que hice dos muestras individuales con filete porteño. La primera en la Casa de Cultura de la Municipalidad de Esteban Echeverría sita en la Ciudad de Monte Grande. La segunda en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, en La Plata. Una muestra grupal "Primer Encuentro de Fileteadores" en el cine El Plata, en Ciudad de Buenos Aires.

"Pliegues / Folds", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 100 x 100 cm., 2021

"Plegados / Folded", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 80 x 100 cm., 2021

SR: Ahora estás realizando figuración geométrica con la obvia destreza y el manejo hábil que te ha aportado la otra técnica.
LAP: Mis incursiones con la que se dice pintura de caballete, dieron comienzo alrededor del año 1998.
Siempre me gustaron los diseños de los pueblos originarios del noroeste de la Argentina. Inspirado en la iconografía empleada por ellos, inicié mis primeros cuadros que tenían mucho de geometría.
Empleaba una técnica que nunca vi hacerlas a otros (aunque no creo haberla descubierto). Consistía en dibujar en la tela y darles el color correspondiente a cada forma y fondos. Luego, con otros tonos, tratar de imitar la trama de telas con rayitas muy cortas. Este tipo de obra la realicé hasta el 2011. A partir de ese año estoy haciendo la pintura que hoy me ocupa.
Siempre pinto sobre tela utilizando pinturas acrílicas; hago la salvedad de que no empleo cinta de enmascarar. La destreza adquirida con los pinceles para pintar letras a lo largo de tanto tiempo me exime de usarla.
Mi labor pictórica se basa en la idea de experimentar con formas que tiendan a generar sorpresa en el observador. Tratando de provocar cierta alteración de la percepción y la visión.
Me considero riguroso en la elaboración de las construcciones. Encaro cada obra con meticulosidad y entusiasmo. Tengo como objetivo crear ilusiones de tres dimensiones en el plano bidimensional, utilizando formas simples: triángulos, rectángulos, cuadrados.
Aunque no tengo formación académica, he sido siempre buen lector y muy curioso. Me interesan distintos temas de arte, sin haber profundizado en las distintas ramas de la disciplina ni seguir los pasos de algún pintor determinado, temas de historia, haiku.

"Rombo I / Romb I", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 60 x 60 cm., 2021

"Encuentro / Meeting", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 60 x 60 cm., 2021

SR: ¿Qué significa para ti disfrutar de lo que haces?
LAP: Disfruto plenamente el acto mismo del proceso de creación de la misma pintura, tal vez más que el estar viendo el cuadro finalizado. Tengo como escenario ideal para pintar una mesa, un caballete y un equipo de música.

"Encuentro III / Meeting III", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 60 x 60 cm., 2021

"Sin título / Untitled", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 40 x 40 cm., 2010

SR: También escribes haikus, una forma poética de ritmo agradable. ¿Puedes referirte a esto? Ese tipo de poesía de 5, 7 y 5 sílabas sin rima transmite la impresión que ha causado la contemplación de algo. Cuando veo tus diseños simétricos, me llevan exactamente a lo mismo: las líneas pueden no tener relación entre sí, pero ésta se percibe en la contemplación del conjunto.
LAP: Mi contacto con el haiku fue en forma casual. Un día descubrí por internet un portal (Paseos.net). Es un sitio donde interactúan personas de muchos lugares del mundo. La lectura de muchos haikus y la búsqueda de materiales que me fueron instruyendo, hicieron que en poco tiempo me convirtiera en entusiasta de esta poesía breve.
De puro audaz, envié algunas al sitio; allí todos participan leyendo y comentando los aciertos y errores. Esto sucedió en el 2012. Un par de años más tarde, tuve la suerte de ser uno de los ganadores de un concurso internacional que se realizó en Cuba. Figuro en un par de antologías. De vez en cuando me da por escribir alguno.

"Danza Geomètrica / Geometric Dance", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 60 x 60 cm., 2020

"Plegeomet 2", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 80 x 60 cm., 2020

SR: Realizar estas formas rectas es un cambio de formato con respecto al fileteado porteño que está lleno de firuletes y flores. ¿Cómo fue ese cambio?
LAP: Ya no me dedico más al fileteado porteño, pero éste, junto con la abstracción geométrica, coexistieron en mi trabajo. Comencé alrededor de 1995 con el filete, y, con la pintura, utilizando parte de iconografía de los pueblos originarios, hacia el 2002. Más adelante surgieron las pinturas de borde duro.
Algunos de los letristas también fueron, y son, fileteadores, en mayor o menor medida. Letras y filetes forman parte en ciertas ocasiones de un cartel. A veces pintaba un cuadro con filetes, lo terminaba y enseguida comenzaba otro con una temática diferente. 
Dejé el oficio de letrista y fileteador de forma definitiva en 2016, a la par de mi jubilación por mis aportes en empresas donde trabajé.

"Plegeomet 1", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 70 x 60  2020

"Sin título / Untitled", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 80 x 90 cm., 2003

SR: ¿Cómo continuará tu vida en el mundo del arte?
LAP: Mi vida en el arte seguirá con la creación permanente, toda vez que tenga deseos de pintar. No me impongo obligaciones en esta ocupación. Luego, si alguien llegase a observar mis obras y resultasen de su agrado, me sentiría muy contento.

"Plegeomet 6", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 80 x 100 cm., 2020

(*) El fileteado es un tipo de dibujo y letra artística, con líneas estilizadas y plantas floridas y trepadoras, típicamente utilizado en Buenos Aires, Argentina. Se utiliza para adornar todo tipo de objetos queridos: carteles, taxis, camiones e incluso los antiguos "colectivos", los autobuses de Buenos Aires.
Los filetes suelen estar llenos de adornos de colores y simetrías que se completan con frases poéticas, refranes y aforismos, tanto humorísticos como pícaros, emotivos o filosóficos. Forman parte de la cultura de los porteños desde principios del siglo XX.
Las filetes nacieron como simples adornos, convirtiéndose en una forma de arte emblemática para la ciudad. Muchos de sus iniciadores fueron inmigrantes europeos, que llevaron de Europa algunos elementos de lo que luego fue el fileteado, que se convirtió en la forma de arte distintiva argentina que se conoce hoy en día al mezclarse con los estilos de arte tradicionales locales. El fileteado fue reconocido como un arte único a partir de 1970, cuando se expuso por primera vez.

Luis Alberto Plaquin en la Universidad de Belgrano / at the Belgrano University, 2015

Luis Alberto Plaquin is an Argentine artist born in Resistencia, Chaco, on November 15, 1950. He currently lives in Ezeiza, Buenos Aires.
In 1996 he began his second profession as a self-taught painter and fileteado artist (*), with a dedication of several years. He has participated in exhibitions since 1998, having earned a space in the arts. He abandoned the fileteado porteño for a geometric abstraction with the same mastery and the baggage of his previous experience.

"Area Plegada / Folded Area", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 100 x 100 cm., 2015

"Plegeomet 4", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 70 x 60 cm., 2020

Interview by Shirley Rebuffo

Shirley Rebuffo: Tell me about yourself, how you started painting. Your connection with art has been through your dedication, for years, to fileteado.
Luis Plaquin: I was born in a province in the north of Argentina. When I was 11 years old, my family and I moved to Buenos Aires. There I finished elementary and high school.
I always liked to draw. At school, when I was about 12 years old, I was in sixth grade in a San Martinian institution of the municipality, and they invited the schools of the district to form groups of students to elaborate a research work about General San Martin. The work had to be presented in a folder, with texts and illustrations. I was chosen for the execution of the drawings. My school was one of the winners, and each of us received a biographical book about the General.
Later on, as soon as I was 15 years old, a shopkeeper in the neighborhood asked me if I would write with chalk on a sign announcing his move to another store, I suggested painting it, which he accepted. I took the sign home and, on the third or fourth day, I showed up with the sign.
It had been painted in color by a well-known character from the humor magazines of that time, Patoruzú. The letters were intended to be molded. It must have looked pretty good, because from then on, other merchants asked me to do some kind of work for them with painted letters. From then on, I began to pay attention to how the real letterers painted on all kinds of supports: posters, shop windows, walls, vehicles, and others.
After many years, in an art bookstore I found a book about the great master fileteado artists of Buenos Aires. I bought it and began to practice with the fileteado. I quickly learned most of their secrets and applied them in combination with lettering and illustration work. I dedicated myself to the trade for 51 years and, almost always, it was my second occupation. I was employed for a few years in a government department, then for more than 20 years in a private company.
I learned a lot and I must have been good, since I made two individual exhibitions with fileteado. The first one at the House of Culture of the Municipality of Esteban Echeverría, located in the City of Monte Grande. The second in the Chamber of Deputies of the Province of Buenos Aires, in La Plata. A group exhibition "Primer Encuentro de Fileteadores (First Encounter of Fileteado Artists)" at the cinema El Plata, in the City of Buenos Aires.

"Plegageomet", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 80 x 100 cm., 2019

"Geomet III", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 50 x 70 cm., 2019

SR: You are now doing geometric figuration with the obvious dexterity and deft handling that the other technique has given you.
LAP: My incursions with the so-called easel painting began around 1998.
I always liked the designs of the native peoples of northwestern Argentina. Inspired by the iconography used by them, I started my first paintings that had a lot of geometry.
I used a technique that I never saw others doing (although I don't think I discovered it). It consisted of drawing on the canvas and giving them the corresponding color to each shape and background, then with other tones, trying to imitate the weave of fabrics with very short stripes. I did this type of work until 2011. Since that year I am doing the painting that occupies me today.
I always paint on canvas using acrylic paints, except that I do not use masking tape. The skill acquired with brushes to paint letters over a long period of time exempts me from using it.
My pictorial work is based on the idea of experimenting with forms that tend to generate surprise in the observer. Trying to provoke a certain alteration of perception and vision.
I consider myself rigorous in the elaboration of the constructions. I approach each work with meticulousness and enthusiasm. I aim to create three-dimensional illusions in the two-dimensional plane, using simple shapes: triangles, rectangles, squares.
Although I have no academic training, I have always been a good reader and very curious. I'm interested in different art subjects, without having gone deep into the different branches of the discipline or follow the steps of any particular painter, history subjects, haiku.

"Cortes y Plegados / Cuts and Folds", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 50 x 60 cm., 2019

"Sin título / Untitled", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 50 x 40 cm., 2011

SR: What does it mean to you to enjoy what you do?
LAP: I thoroughly enjoy the very act of the process of creating the painting itself, perhaps more than seeing the finished painting. My ideal setting for painting is a table, an easel and a stereo.

"Geomet II", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 50 x 70 cm., 2019

"Plegeom III", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 40 x 40 cm., 2017

SR: You also write haikus, a poetic form with a pleasant rhythm. Can you refer to this? That kind of poetry of 5, 7 and 5 syllables without rhyme conveys the impression that the contemplation of something has made. When I see your symmetrical designs, they lead me to exactly the same thing: the lines may have no relation to each other, but this is perceived in the contemplation of the whole.
LAP: My contact with haiku was by chance. One day I discovered on the Internet a website (Paseos.net).  It is a site where people from all over the world interact. The reading of many haiku and the search for materials that were instructing me, made me become an enthusiast of this short poetry in a short time.
I sent some of them to the site, where everyone participates by reading and commenting on the hits and misses. This happened in 2012. A couple of years later, I was lucky enough to be one of the winners of an international contest held in Cuba. I have been included in a couple of anthologies. From time to time I write some of them.

"Plegeom IV", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 90 x 70 cm., 2017

"Sin título / Untitled", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 40 x 50 cm., 2004

SR: Making these straight forms is a change of format with respect to the fileteado, which is full of adornments and flowers. How was that change?
LAP: Although I am no longer dedicated to the fileteado, but it, along with geometric abstraction, coexisted with me. I started around 1995 with filete (the lines in fileteado style), and with painting, using part of the iconography of native peoples, around 2002. Later on, hard-edge paintings emerged.
Some of the letterers also were, and are, fileteado artists, to a greater or lesser extent. Letters and fillets are sometimes part of a poster. Sometimes I would paint a painting with fillets, finish it and then start another one with a different theme. 
I left the profession of lettering and fileteado artists definitively in 2016, at the same time as my retirement for my contributions in companies where I worked.

"Area Plegada IV / Folded Area IV", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 100 x 80 cm., 2017

"Sin título / Untitled", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 40 x 50 cm., 2004

SR: How will your life in the art world continue?
LAP: My life in art will continue with permanent creation, as long as I have the desire to paint. I don't impose obligations on myself in this occupation. Then, if someone comes to see my works and they are to his liking, I would be very happy.

"Plegados V / Folded V", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 70 x 60 cm., 2016

"Cortes y Plegados II / Cuts and Folds II", acrílico sobre tela / acrylic on canvas, 80 x 90 cm., 2014

(*) Fileteado is a type of artistic drawing and lettering, with stylised lines and flowered, climbing plants, typically used in Buenos Aires, Argentina. It is used to adorn all kinds of beloved objects: signs, taxis, lorries and even the old colectivos, Buenos Aires's buses.
Filetes (the lines in fileteado style) are usually full of colored ornaments and symmetries completed with poetic phrases, sayings and aphorisms, both humorous or roguish, emotional or philosophical. They have been part of the culture of the Porteños (inhabitants of Buenos Aires) since the beginnings of the 20th century.
The filetes were born as simple ornaments, becoming an emblematic form of art for the city. Many of its initiators were European immigrants, who brought from Europe some elements of what later fileteado, which became the distinct Argentinian art form known today when mixed with local traditional art styles. Fileteado was recognized as a unique art after 1970, when it was exhibited for the first time.

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¡Muchas gracias por la entrevista, Luis!
Thanks a lot for the interview, Luis!
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Shirley Rebuffo es Licenciada en Bibliotecología y Archivología por la Escuela Universitaria de Bibliotecología y Ciencias Afines (Montevideo, Uruguay), Técnica en Museología por la Facultad de Humanidades y Ciencias (opción de Antropología), Objeto, símbolo y espacio en Curaduría. Museología Aplicada y Museología Social – Conceptos, técnicas y prácticas (Campo Grande, BR), Coaching (Campo Grande, BR), Planeamiento Estratégico (Campo Grande, BR) y estudiante de arte y pintura con el maestro Eduardo Espino.

Shirley Rebuffo has a Degree in Library Science and a Degree in Archivology by the Universitary School of Library and Related Sciences (Montevideo, Uruguay), Technician in Museology by the Faculty of Humanities and Sciences (Anthropology option), Object, Symbol and Spance in Curatorship Applied Museology and Social Museology - Concepts, Technics and Practice (Campo Grande, Brazil), Coaching (Campo Grande, Brazil), Strategic Planning (Campo Grande, Brazil), and Art and Painting student under Master Eduardo Espino.

viernes, 20 de diciembre de 2024

"Que se vayan todos"

    Entre el 19 y el 20 de diciembre de 2001, una brutal represión ordenada por el presidente Fernando de la Rúa, terminó con la vida de 39 ciudadanos y más de 500 heridos. Una vez más, el Estado de Derecho  fue violentado sepultando a  la Justicia y a los reclamos sociales, debido al  no menos violento ajuste económico que llevó a cabo el gobierno.
   El sistema político estaba envuelto en graves sospechas de corrupción desde que en abril del año 2000, se diera a conocer que para aprobar la Ley de Reforma Laboral (Ley 25.250), el Ejecutivo pago coimas a los senadores opositores. El escándalo, que fue conocido como Ley Banelco, no conmovió a la justicia, la que no se digno siquiera llamar a declarar al que fuera Secretario Parlamentario Mario Pontaquarto, quien realizó declaraciones públicas afirmando que había retirado el dinero a repartir, en la misma SIDE. Quince años después, la causa prescribió para alivio de oficialistas y opositores, sin pena ni gloria ni justicia.
  El estallido social surgente por la crisis económica que golpeó impiadosamente a la sociedad, y lo irracional de la represión, provocó la renuncia y huida en helicóptero del entonces presidente. Esto dio lugar a una a una crisis institucional que llevó a que cinco congresales ejercieran el Poder Ejecutivo, en pocos meses.
 

La prolongada crisis (comenzó en 1998 y se extendió hasta el 2002), provocó una huelga general declarada por las centrales obreras que movilizó a sindicados y a quienes no lo estaban. Se cortaron calles y rutas, además de saquear supermercados y el encono llegó a un grado máximo cuando desatinadamente, el presidente decretó el Estado de Sitio. Lejos de amilanarse, la reacción fue que miles de personas manifestaron el descontento. La respuesta del ejecutivo fue homicida, asesinaron a 39 ciudadanos entre los cuales, habían siete menores entre 13 y 18 años. El 20 de diciembre, a las 19 y 37 hs., el presidente Fernando de la Rúa se fugó en helicóptero desde la Casa Rosada.
   Hubo quienes no dudaron en relacionar esta violencia contra el pueblo con el bombardeo a la Plaza de Mayo de 1955, resaltando la enorme diferencia en que en aquella oportunidad, la furia de la derecha buscaba provocar un golpe de estado para derrocar al peronismo mientras que en el 2001, la violencia homicida fue ejercida por un gobierno legal en contra de quienes le habían confiado el mandato, de quienes lo habían encumbrado en el poder.
  Noticias del pasado que pueden volver a ser presente. Recesión, empobrecimiento de la clase media, aumento de la pobreza y de la indigencia, concentración financiera de la riqueza. Mismos escenarios, mismos protagonistas. Sordera institucional y políticos desentendidos.
  Finalmente la justicia, una década después, estableció una condena firme para quienes fueron sindicados como responsables políticos de la represión. Un dato curioso, cada 19 de diciembre, se celebra Santa Eva.

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

jueves, 19 de diciembre de 2024

Y Papá Noel no llegó...

  Era un 22 de diciembre en una calle de un centro comercial, digamos en… Buenos Aires. Los adornos navideños en las vidrieras, las calles y las casas destellaban el colorido de la próxima navidad. Los niños con sus familiares hacían largas colas para darle a Papá Noel, la cartita con sus pedidos de juguetes. 
  En forma paralela en el Buenos Aires del Chiquilín de Bachin, un grupo de niños en un hogar también armaba un árbol de navidad con las “tías”. Quien no haya entrado a un hogar de niños no entenderá este código, por el cual las empleadas de la institución son llamadas tías para de alguna forma darle forma de Hogar a una institución de albergue.
  Los acontecimientos se suceden en forma concatenada y simultánea ,  María se va con los adoptantes; Juancito, con la voluntaria que dice que tiene un nene y podrá…jugar…; Melisa, es mas grande…. ya sabe la vera historia de demasiadas cosas, entre ellas la de los regalos de navidad, pero igual anhela en un pedacito de su ser que alguien también la invite a ella (su familia …ya ni se acuerda de ella), piensa: Quizá la cocinera me diga de ir… ayer la ayudé … 
  Mientras en un 30 por ciento las listas de pedidos son largas, en otro rincón ya no se espera el regalo material, se sabe que  Papá Noel pasa de largo o se hace el distraído…. Se espera solo que esta angustia de no ser ….no se agigante con cada reno que  no frene a vernos. 
 

  Cuando UNICEF nos pone a este Papa Noel en cifras, la  Pobreza no monetaria es del 42,6 %, la extrema alcanza el 16,7%. Cuando hablamos de pobreza no monetaria, el 42,6% son quienes reciben alguna protección social. Quienes son considerados parte de la pobreza extrema, ni siquiera reciben protección social. 
Son renos que sobrevolarán muy alto sobre el 70 por ciento de los niños, así no se crece en Libertad. 

Por: Dra. Cristina Alejandra Romano