La vida feliz no es más que una. Lo que la sitúa en el mejor de los estados no es su magnitud, sino su calidad: así, larga o corta, dilatada o concentrada, distribuida por muchos campos o muchos deberes, o reducida a uno, es siempre igual.
Quien la valore por el número, la medida o las partes, elimina de ella lo que tiene de excelente. ¿Y que es lo excelente de la vida feliz? El ser plena. El fin del comer y el beber creo que es saciarse. Hay quien come más, hay quien come menos, pero ¿qué importa? Ambos quedan saciados. Hay quien bebe más, hay quien bebe menos, pero ¿qué importa? Ambos han apagado la sed.
Hay quien ha vivido más años, y hay quien ha vivido menos, pero no importa si los muchos años del primero lo hicieron igualmente feliz que los pocos años del segundo.
Aquel que tú llamas menos feliz no lo es, pues la palabra feliz no admite diminutivo. Quien es fuerte está libre de temor; quien esta libre de temor queda libre de tristeza; quien está libre de tristeza es feliz.
SÉNECA, Lucio Anneo (¿47- 65). Fue preceptor de Nerón. Acusado de conspirar contra el emperador, se suicidó abriéndose las venas. El fragmento pertenece a una de sus
Cartas morales a Lucillio.
miércoles, 18 de abril de 2018
lunes, 2 de abril de 2018
Dejó de ser un soldado sólo conocido por Dios
En
estos días, hemos vivido con emoción el viaje que realizaran los familiares de
los Héroes de Malvinas. Después de meses de investigación y trabajos en
conjunto entre Argentina, Reino Unido y del Comité Internacional de la Cruz
Roja, se logró identificar a 90 combatientes que estaban enterrados como
“Soldado Argentino sólo conocido por Dios”.
Entre
las familias de los 85 soldados identificados que autorizaron a publicar sus
nombres, se encuentran los de Donato Manuel Gramisci. Nuestra vecina Myriam
Gramisci, que reside próxima al Polideportivo Ezeiza desde hace 20 años, nos
contó quién fue Donato antes de convertirse en Héroe.
Nacido
el 25 de julio de 1962 en Avellaneda, vivió los años previos a su enrolamiento
en la casa de su padre, en la misma ciudad. Trabajador e ingenioso, sin vicios
pero rebelde ante las injusticias, este joven hincha de independiente se
convirtió en el protector de Lucrecia, su hermana mayor, y de la nueva hermana
nacida del segundo matrimonio de su papá.
Le
tocó en suerte, hacer la colimba en el Regimiento 7 de Infantería Mecanizada de
La Plata (RI 7), pero recuerda Myriam que la disciplina militar le complicaba
la obediencia. Ya en el cuartel, fines de marzo de 1982, extrañaba a sus
hermanas y a un amor no correspondido. Lejos estaba de imaginar que el destino
le preparaba su ingreso a la historia.
Su
mamá de corazón hizo las averiguaciones pertinentes que le confirmaron que
había sido destinado a Malvinas; la misma mamá que al no tener noticias suyas
tras la finalización del conflicto, tuvo que afrontar la temible noticia de su
muerte. Ya no llevaría a bailar a Myriam, ya no podría comprarle una casa a
Lucrecia; sus restos descansaban en un lugar solo conocido por Dios.
El
pasado año en un homenaje en Monte Grande, Myriam conoció al compañero de
trinchera, el mismo que le facilitara un pedacito de papel a Donato para que
escribiera a su mamá biológica, el mismo que resultara herido en una rodilla y
que vio sin poder evitarlo, como Donato moría por un bayonetazo. Allí se enteró
que se tomarían las muestras de ADN, que permitieron finalmente, identificar
sus restos.
La
Batalla de Monte Longdon se produjo entre la noche del día 11 y se extendió
hasta las siete de la mañana del 12 de junio de 1982; fue la más sangrienta de
la guerra. Murieron 23 ingleses y 29 argentinos, además de casi 100 heridos.
Pelearon por nueve horas bajo fuego de artillería y llegaron a luchar cuerpo a
cuerpo. Allí dejó de ser un simple mortal para convertirse en Memoria, Donato
Manuel Gramisci. Un soldado cuyos restos mortales, ahora dejaron de ser solo
conocido por Dios.
Juan
Carlos Ramirez Leiva
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