Ella no pudo elegir,
su primera vez no amó de buena gana.
Se canso de esperar y fingir,
de sufrir por mala cama.
Frustrada y cansada
se dijo, no quiero
más noches sin dioses,
yo quiero los soles.
Y salió en busca de ser amada.
En sus suaves piernas
se calzó las botas
pintóse de rojo
y ardiendo en hoguera
salió esa mujer tierna,
apenas cubierta
por corta pollera.
Lo encontró donde quizo,
disfrutó su destino.
Regreso a su casa
con amplia sonrisa y un:
"Esta noche no, querido".
Juan Carlos Ramirez
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