jueves, 2 de abril de 2020

Esposas e hijos de veteranos de Malvinas


Mi esposo, Fernando Alturria, es un veterano de guerra. Era cabo del ejército cuando le toco ir desde Mercedes (Corrientes); con 17 años tuvo siete hombres a cargo y fue uno de los primeros en caer prisionero. Son héroes contemporáneos que no fueron reconocidos cuando termino la guerra, los trajeron escondidos a Campo de Mayo y se les prohibió que hablaran de Malvinas; por años fueron ignorados.
Las secuelas de Malvinas provocó, por ejemplo, muchos casos de divorcio. Por años en casa no se escuchaba música en inglés, ni se consumía nada británico. Nosotros tenemos cinco hijos, y ellos también son héroes. Les ha tocado a los hijos de los veteranos, encontrar al papá llorando en algún rincón, debajo de la mesa, debajo de la cama. Secan sus lágrimas, se bancan al papá, al que llora como un niño, el que a veces incluso hasta puede ser agresivo. Los hijos también son héroes.
Los veteranos no siempre pueden hablar de lo que les pasó en las islas, pasó mucho tiempo antes de que en una charla que estaban dando, me enterase que él fue elegido por los ingleses para integrar el grupo que recogió los restos de los caídos en combate, los restos de sus compañeros.

Juan Carlos Ramirez Leiva

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