jueves, 5 de marzo de 2009

Militantes de la Educación (o la Educación siempre)

Operadores tendenciosos y cansinas mentes, expresan y consienten que el alto grado de desarrollo económico y social de la primera mitad del pasado siglo, se debió al "uso extensivo y liberal" de la tierra para las actividades agrícolas ganaderas; ergo, nuestros pesares actuales se deben a las retenciones sojeras y a los ecologistas. Sin embargo, no es difícil comprender que la abundancia de lo deseado en el momento apropiado, no genera riqueza por si solo. Basta recordar la generosidad de la plata potosina, el guano peruano, o el demandado cobre chileno y, observar el escaso desarrollo de nuestra latinoamérica pese a la explotación extensiva y liberal de los mencionados recursos naturales.
Ayer
Nuestro país se convirtió en objeto curioso de análisis por el alto grado de preparación de nuestros universitarios y la formación de una estructura social que demandaba estudios para sus hijos. El sistema de instrucción pública obligatoria y gratuita, la no superada Ley 1420, creó generaciones alfabetas que le dieron una base y un sentido a nuestra nación, tal como afirma el historiador Juan Carlos Nicolau. Hoy, no existe licenciado en ciencias de la educación que no alborote con la problemática de la diversidad, como si nuestro país no hubiese sabido cómo superarla transformando aluviones inmigratorios en patriotas ciudadanos. Se escandalizan los medios cuando descubren que los niños, adolescentes, jóvenes y más de un adulto, no conocen historia argentina básica, olvidándose que no es la primera vez que habitantes de nuestro suelo no conocen siquiera los colores de la bandera o su significado. Solo tenemos que emular a las generaciones anteriores. Hace 2500 años, el filósofo Protágoras concluyó en que el hombre es la medida de todas las cosas, por lo que no conlleva esfuerzo comprender que la economía solo existe en función del hombre en sociedad; es el hombre el que demanda y piensa en cómo satisfacerse. Eso es lo que enseñaron los políticos y docentes que comenzaron a marcar a la sociedad hace ya un siglo: enseñaron a pensar y a viabilizar una sociedad más equitativa. La sociedad aluvionada se amalgamó, la economía como ciencia de lo escaso se hizo más justa y la sociedad se organizó con una creciente fe en el futuro dado la revolución que se puso en marcha gracias al esfuerzo del trabajo y la promoción social que posibilitaba el estudio. Por supuesto que no pudieron escapar a xenofobias, a una década infame, a revoluciones que terminaban con las “tiranías” de aquellos que procuraban satisfacer las demandas populares mientras creaban condiciones para que los hijos de los obreros se convirtieran también en universitarios. Hubo, claro, muchas caídas... que confirmaron que siempre podemos volver a ponernos de pié.
Hoy
Hoy nos está faltando la política de estado que pretenda fortalecer las estructuras de la cultura. No nos servirá realizar “distribuciones de riqueza” si no van acompañadas de levantar escuelas primarias y secundarias, de valorar los esfuerzos material y moralmente, de trabajar con más eficiencia, de terminar con la política del resolvamos "siempre y sólo lo de hoy", sin reparar para el mañana. Sostiene el profesor B. Mc Gettrick (BBC), que una sociedad donde la dignidad del ciudadano introduce en cada situación la posibilidad de aprender es una sociedad virtuosa y que cualquier sociedad que reduzca esa dignidad es una sociedad abusiva. No continuar tenazmente el esfuerzo de educar y de instruir, nos reduce a una sociedad abusiva que “no enseña a pescar”.
Siempre
Pongámonos de pié todas las veces que tropecemos. En los últimos tiempos no le hemos encontrado la vuelta pero no desconocemos que la escuela debe volver a ser el lugar de inicio de la liberación social de lo humano. A principios del S XVII, Comenius se propuso desarrollar una pedagogía infantil con el objeto de encontrar la solución a los dramas de su tiempo. Supo que el camino era lograr en los niños, razonamientos justos; un niño escolarizado, inevitablemente devendría en un hombre de buena voluntad. Reclamo que se erigieran escuelas, gimnasios, academias; dio instrucciones para que los establecimientos fueran confortables, se les cuidara la salud y que no importara su origen. El humanismo de Comenius descubrió la pedagogía, estableciendo principios como el tener que empezar a trabajar temprano antes que el espíritu sea corrompido, ir de lo general a lo particular y de lo fácil a lo difícil, hacer los trabajos escolares menos pesados para todos, avanzar lentamente en todo orden de cosas, permitir al espíritu que haga lo que desee por sí mismo en función de su edad y su método, empezar a darle sentido a todas las cosas y mostrar su utilidad inmediata.
Si erigimos escuelas, les ponemos vidrios y estufas, si volvemos a Protágoras y al humanismo como forma de vida, si volvemos la mirada con el afán de aprender cómo lo hicieron Sarmiento y el maestro Luis F. Iglesias, seguramente encontraremos que los militantes de la educación se multiplican y logremos otra vez, caminar hacia la felicidad.

Juan Carlos Ramirez.

3 comentarios:

  1. Excelente la síntesis del pensamiento de la militancia educativa. Recuperemos el amor por la escuela y el ansia de aprender para nuestros niños y jóvenes... desde Ezeiza....
    María Amelia

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  2. hola profe. muy buen articulo. visite mi blog. http://www.guitargabbo.blogspot.com
    y opine hacerca de mi articulo tambien. GABY

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  3. Lo que pasa Juan es que hemos perdido la ternura. En esta semana en una reunión con docentes les pedí que no hicieran más actas. Porque carecen de valor cuando no hay una acción modelizadora y adulta. Lo mismo que llevan a los pibes a Dirección y los dejan a voz en cuello. telo dejo porque no lo aguanto...
    Yo recomendé que me traigan a los maestros de un brazo con el mismo discurso.Así por lo menos en el trayecto el docente piensa cuánta autoridad pierde ante sus alumnos, directivos, y en soledad o en grupo
    en un trabajo que la requiere como agua. Justo pasaba la portera( es una intervención que hago casi siempre) y le pregunto qué haría si un chico se porta mal. Y dijo sencillamente: le enseñaría hasta que lo aprenda.Magnífico cierre de reunión.

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