La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve. Martin Luther King.
Las últimas semanas nos encuentran envueltos en un manto de información y premoniciones catastróficas. Se habla de inseguridad en todos los medios, diarios, noticieros, radio, y cualquier programa televisivo. Todos opinan y proclaman. “El que mata tiene que morir” sentencia la diva a la vez que declara que debió blindar su auto para poder salir de su casa en Barrio Parque. “Tenemos que agarrar los fierros” se anima el cantor tanguero. “No nos queda otra que encerrarnos en un country y vivir enrejados” proclama el conductor popular y dueño de una de las mayores productoras del medio. “Convoquemos a una marcha” invita la pulposa y añosa vedette. Allí van temerosos ciudadanos a escuchar una politizada arenga por parte de un sacerdote católico y un rabino, que lo menos que hicieron fue invitar a la pacificación, la reflexión y la cooperación entre los seres humanos de buena fe. Y como quien le echa leña al fuego, o nafta sobre las cenizas muchos comunicadores se restriegan las manos sacando pingües beneficios del terror que provocan en la gente de bien. “La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo” (Eduardo Galeano).Tendríamos que buscar el origen de la inseguridad que nos atormenta en la VIOLENCIA. Violencia en la televisión, violencia en los juegos de la computadora, violencia en Internet. Violencia verbal entre los dirigentes políticos. Violencia en las escuelas. Violencia en los bailes. Violencia familiar. Violencia de género... Un estudio de UNICEF, sobre la violencia contra los niños y niñas la define como el uso deliberado de fuerza o poderío físico, real o en forma de amenaza, que tenga, o pueda tener como resultado, lesiones, daños psicológicos, un desarrollo deficiente, privaciones o incluso la muerte. También es violencia no tener futuro o un por qué. Es violencia no tener sueños ni proyectos. Es violencia no tener trabajo ni dignidad. Es violencia no tener una justicia justa y oportuna. Es violencia tener dirigentes, funcionarios, empresarios, empleados, jueces o policías indolentes, o lo que es peor corruptos. Es violencia que un chiquito no tenga clases porque los mayores no saben ponerse de acuerdo. Es violencia que el mismo pequeñito encienda la tele y vea que los que debieran ser sus ejemplos recurren siempre, y como primer recurso, a la fuerza para dirimir sus diferencias. Es violencia el doble discurso: Les enseñamos que la democracia es la mejor forma de gobierno y por otro lado ven que en el Congreso no se debaten ideas ni proyectos, por el contrario, cada uno quiere salirse con la suya, y nadie aporta soluciones de consenso. “...Me opongo a todo porque soy “oposición”...” “La única salida es ganar o ganar”. Les decimos que es bueno trabajar y esforzarse, y por otro lado los ídolos mediáticos son jugadores de fútbol y bailarinas de caño, todos ellos con carreras meteóricas hacia el estrellato y la riqueza. Pretendemos “alejarlos de la droga” mientras que en muchos hogares existe el alcoholismo, y la adicción, la falta de respeto y hasta la violencia física en forma cotidiana. Quienes deberían amar y cuidar no lo hacen. Padres que no saben ni dónde ni con quién están sus hijos.
Nuestra sociedad está sufriendo los vendavales de una crisis importada, pero que nos afecta. Deberíamos recordar la propia crisis vivida entre los años 1999 y 2003, y capitalizarla como una experiencia de aprendizaje. Salimos de esa crisis porque los argentinos nos unimos. Porque el pueblo argentino es solidario y creativo. Porque habíamos llegado a un fondo que nunca habíamos imaginado que pudiera existir. Porque todos, o por lo menos la mayoría de nosotros puso el hombro y lo mejor de sí, pero fundamentalmente porque no perdimos la fe. Y contra todos los prejuicios y las predicciones, y sin ayuda de los popes internacionales de la economía salimos adelante. ¿Ingenuamente? Pensé que habíamos salido fortalecidos. Todavía estoy segura de ello. Aunque quieran hacernos creer lo contrario. Digámosle basta a la violencia. Volvamos cada uno a nuestro trabajo y tratemos de hacerlo lo mejor posible. Nuestros chicos nos están mirando todo el tiempo. A ellos les debemos su futuro. Ellos se merecen un mundo mejor....
Por: María Amelia López de Militelli
María Amelia: Debemos hacer conocer a los jóvenes y recordar a los adultos, que las divas que mencionas, junto con el anciano y cascarrabias conductor, lucraron con la dictadura y por aquel entonces, no se dieron cuenta de la inseguridad reinante pese a los 30 mil desaparecidos. Tampoco Cacho Castaña, que hacía spots televisivos en favor de los criminales que gobernaron de facto a nuestro castigado país.
ResponderEliminarJuan Carlos Ramirez
Tal cual. Hoy por casualidad cayó en mis manos una revista noticias del año 1995. No tiene desperdicio. Habría que refrescar la memoria de los argentinos. Tenemos un pueblo un tanto olvidadizo. Hablan de inseguridad. ¿Te acordás del auto traido por la diva de contrabando con un subsidio para discapacitados? ¿Y el fraude de la tele con el cura violador? Y....? Y ahora tenemos un comisario mechero y un juez que se cuelga de la luz!!! Y todavía tienen la cara para hablar de inseguridad y de indignarse porque haya pibes chorros!!! Y lloran a Alfonsin porque era "honesto", como si no tuviera que ser una condición sine qua non para desempeñar un cargo público. De eso estamos hablando desde este espacio de Ezeiza. Felices Pascuas. María Amelia
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