Desde el Prólogo se nos advierte que el actual sistema educativo “no fomenta el pensamiento crítico e independiente; antes al contrario, nuestras llamadas escuelas democráticas se basan en un enfoque instrumental y acumulativo, que normalmente impide el desarrollo de la clase de razonamiento con la cual se pueda leer el mundo críticamente y comprender los motivos y relaciones que subyacen a los hechos". No tarda en afirmar que lo que "se ha impuesto es un modelo colonial de enseñanza diseñado para formar profesores cuya dimensión intelectual quede devaluada…”, y más adelante, sostiene que el “aprendizaje verdadero, en efecto, tiene que ver con descubrir la verdad, no con la imposición de una verdad oficial”.A más de una década de publicado, el libro sigue siendo interesante y continúa abriendo caminos, y no podemos dejar de coincidir en su aserto de que como “intelectuales genuinos, en suma, los maestros tienen que hacer suyo un lenguaje crítico que denuncie la hipocresía, la injusticia social y las situaciones de miseria".
No hay comentarios:
Publicar un comentario