viernes, 27 de marzo de 2020

Día Internacional del Teatro


En 1961, el Instituto Internacional del Teatro de la UNESCO decidió organizar una jornada internacional para celebrar la dramaturgia y tras una reunión en Helsinki, resolvieron iniciar esta tradición el 27 de marzo de 1962. La elección de la fecha se debió a que, desde 1954, el 27 de marzo iniciaba la temporada en el Teatro de las Naciones de París, evento con el que se pretendía lograr una comunión entre países, finalizada la Segunda Guerra Mundial. El objetivo de declarar un Día Internacional del Teatro era dar a conocer el mundo de las artes escénicas a más personas.
Desde entonces, cada año se elige a una figura teatral prestigiosa para compartir un mensaje sobre este arte, la cultura y la paz. El mensaje es leído antes de los actos del Día Internacional del Teatro en cientos de salas alrededor del mundo, y es traducido a más de veinte idiomas. Este año fue elegido el dramaturgo pakistaní Shahid Nadeem, quien sostuvo que ya es hora de: “recuperar la relación simbiótica entre el artista y el público, el pasado y el futuro. Hacer teatro puede ser un acto sagrado y los actores pueden convertirse en los avatares de los roles que desempeñan.” Normalmente en nuestro país, se elige entre los artistas a quien va a leer ese mensaje, pero la cuarentena parece que los ha hecho olvidar de ese evento.
Ezeiza es tierra de artistas, sin más, podemos aventurar que Villa Guillermina es la cuna de artistas locales ya que allí nacieron, vivieron o pasaron el Paz Martínez, Sabú, Sandro; poetisas como Elsika, musiqueros como Marcelo Videla o Carlitos Renoldi, por acotar la lista.
Ezeiza ha contado y cuenta, con grandes actores y directores que han deleitado a nuestros paisanos a través del tiempo. Vale recordar que el grupo de teatro Amistad desarrollaba sus actividades en el Club Atlético Ezeiza y que, festejando el aniversario del club en 1939, estrenaban la obra “La fortuna de Anchorena”, con la actuación estelar de Libertad Lucinda Álvarez (fuente: Las vacas vuelan).
Nuestros respetuoso y agradecido aplauso a todos ellos.

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

jueves, 19 de marzo de 2020

Confundiendo los efectos


Nos ha sorprendido a todos el desmesurado acopio familiar de papel higiénico, a raíz de la cuarentena declarada. Pensaría uno que el fenómeno ocurrió sólo en Argentina, pero no; Nueva Zelanda, Japón, Estados Unidos, Reino Unido, y en España, han tenido que racionar la venta de este producto sanitario por la escandalosa demanda. En Australia una persona sacó un cuchillo durante una disputa por rollos de papel y en Hong Kong, unos ladrones asaltaron un supermercado a punta de pistola para robar una entrega.
El director de IE Business School, sostuvo que: “Una situación de confinamiento a largo plazo genera dudas de cuánto voy a necesitar, pero sobre todo también de miedo a que se acabe el producto. Acumular rollos de papel higiénico no es necesario para vivir, pero sí para asegurarse que no se va a caer en ciertos estándares de vida no recomendables.” Queda claro que muchos temen que, en estos tiempos alterados, regresemos a la época pre papel higiénico y, debamos recurrir a la bondadosa lechuga, trapos, pieles, césped, hojas de coco o de maíz. Los griegos se aseaban con trozos de arcilla y piedras mientras que los romanos se servían de esponjas amarradas a un palo y empapadas en agua salada. Los primeros en crear y utilizar papel higiénico fueron los chinos, quienes en el S II a.C. ya habían diseñado un papel para el aseo íntimo. En 1857 comenzó la comercialización de láminas de papel humedecido con aloe (papel medicinal de Gayetty), y para 1880 los hermanos Edward y Clarence Scott ya vendían papel enrollado, tiempos en que se consideraba inmoral y pernicioso su exposición a la vista del público.
Buscando explicaciones, encontramos que desde la Universidad Tecnológica de Queensland especulan que como se usa para ordenar y limpiar, el papel higiénico es una forma de mantener el control en tiempos de crisis; explicación válida para algunas sociedades pero no para nuestros paisanos, expertos en supervivencia. Desde la Univ. de Melbourne sostienen que representa comodidad y seguridad y que, como por su costo es accesible, permite pensar que se está haciendo algo ante la amenaza. Con mayor tino, es posible creer que la gente está asustada y se conforta comprando lo que creen que necesitan y uno de estos artículos es papel higiénico. Otra razón es porque no hay sustitutos, si no hay papel es frustrante.
Como los paquetes ocupan mucho espacio, si fortuitamente desaparecen queda un gran vacío en los estantes y ello asusta. Puede ser temor a perderse algo, “miedo a qué pasará si me falta lo que otros tienen”. Sostiene Nikita Garg (Univ. de Gales): "Pensamos que, si alguien está comprando algo en masa, es que detrás tiene que pasar algo". Las situaciones anómalas hacen que las compras tengan un componente más emocional que racional.
Los argentinos desconfiamos tanto de nuestras autoridades que por las dudas tomamos drásticas decisiones, aunque sean irracionales, como en este caso la desmesurada compra de papel higiénico, salvo que se hayan equivocado en la comprensión de los efectos colaterales del virus COVID-19.

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

miércoles, 18 de marzo de 2020

Con vida las queremos


Las muertes violentas de mujeres ascienden progresivamente desde principios de siglo. A la sociedad en general le cuesta entender que los hombres, más de uno por día en nuestro país, asesinen a mujeres simplemente por el hecho de serlo.
El avance del individualismo en estos últimos treinta años, nos ha dado el ejercicio social de despreocuparnos de lo que creemos que no nos va a pasar y si pasa, le echamos la culpa -válidamente- al agresor, desentendiéndonos de nuestras acciones como sujeto colectivo. Razón no nos falta, los ejecutores son los que asesinan, nosotros no vamos por la vida alentando que ejerzan violencias de género; aunque en realidad, yo no estoy seguro de ello.


Así como el asesino tiene la convicción de que es necesario matar, los femicidios son crímenes por convicción. Quien asesina no es nativo o extranjero, en un hombre el que mata y quien muere es, mujer. Pero, por qué.  El Dr. Andrés Montero Gómez nos dirige la atención al paralelismo que existe entre el comportamiento de los que ejercen violencia de género con el de los dictadores totalitarios. El agresor de género es un dictador que impone su voluntad por medio de violencia en el marco interpersonal de una relación de pareja, está convencido de su legitimación para utilizar la violencia con el fin de lograr que la mujer se comporte conforme a un orden determinado.
El agresor aplica la violencia para mantener el comportamiento de la mujer dentro de sus parámetros. Para anularla como persona hará uso de la violencia psicológica, otros sumarán violencia física, pero todos lo harán con el objetivo de modelar a su gusto la personalidad e identidad de la mujer. El asesinato representa el fracaso del agresor para someterla, porque “su” mujer quiere ser libre y reencontrarse con su identidad arrebatada. Por eso las matan. El agresor no ejerce su violencia hacia la mujer en la conciencia de que lo hace porque ella es mujer, sino en la convicción de que tiene derecho a modelarla porque se cree superior, porque así se lo ha enseñado su familia, su entorno, la sociedad a través de permitirle impunidad.
Hemos heredado una sociedad sustentada en códigos de dominancia masculina. Con el tiempo, intentamos liberarnos de las discriminaciones y esclavitudes con puntos culminantes tal como fue la Revolución Francesa buscando el fin de las esclavitudes de clase, o las americanas poniendo fin a las esclavitudes de raza. Lo paradójico es que socialmente se acepte que fueron violencias necesarias para lograr igualdades, pero que se rechacen los métodos con que las agredidas buscan subvertir los códigos sociales que aún continúan transmitiéndose. La decadencia del modelo hegemónico de masculinidad es lenta, costará décadas y nos exige a todos y todas.
La igualdad de ley existe, pero nuestros modelos mentales obstaculizan, y es ahí en dónde entramos todos, docentes o no, padres y madres. La familia es donde se practica la primera socialización y allí está la primera falla. Conocemos madres que alientan el ejercicio de la violencia por parte de sus hijos varones sobre sus nueras, buscando vengarse de sus miserias pasadas, y los padres aceptan que su hijo sea violento. En un relevamiento distrital de más de ochocientas consultas (tesis: Tensiones sociales y educación. 2003), resultaron alarmantes que las madres privilegiaban darles de comer primero a los varones, antes que a las mujeres del grupo familiar, y los varones aceptaban la desigualdad.
Es la familia la que educa sobre cómo debe ser el comportamiento con el otro; es la escuela la que enseña sobre deberes y obligaciones, es el Estado el que garantiza, y el Estado es la expresión jurídica de nuestras voluntades. Si no tenemos voluntad de cambio, si no abandonamos el concepto de lo individual y actuamos colectivamente, el “Viva las queremos” no dejará de ser un simple slogan y las marchas sólo un recuerdo pintoresco.

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

lunes, 9 de marzo de 2020

Violencias


La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve. Martin Luther King.

Las últimas semanas nos encuentran envueltos en un manto de información y premoniciones catastróficas. Se habla de inseguridad en todos los medios sin reconocer que su origen, obviamente, se encuentra en la violencia: Violencia en la televisión, en los juegos de la computadora, en internet; violencia verbal entre dirigentes políticos, en las escuelas, en los bailes. Hay violencia familiar, nos sobrepasa la violencia de género.
Es violencia no tener trabajo ni dignidad, es violencia no tener una justicia justa y oportuna, es violencia tener dirigentes, funcionarios, empresarios, empleados, jueces o policías indolentes, o lo que es peor corruptos. Es violencia no tener sueños ni proyectos, sobre todas las cosas, es violencia no tener futuro o un por qué.
Un estudio de UNICEF sobre la violencia contra los niños y niñas la define como el uso deliberado de fuerza o poderío físico, real o en forma de amenaza, que tenga o pueda tener como resultado lesiones, daños psicológicos, un desarrollo deficiente, privaciones o incluso la muerte.Les decimos a los jóvenes que es bueno trabajar y esforzarse, y por otro lado los ídolos mediáticos que festejamos son los que realizan carreras meteóricas hacia el estrellato y la riqueza, basadas en escándalos. Pretendemos “alejarlos de la droga” mientras que en muchos hogares existe el alcoholismo como la menor de las adicciones, es común la falta de respeto y hasta violencia física en forma cotidiana. Quienes deberían amar y cuidar no lo hacen. Padres que no saben ni dónde ni con quién están sus hijos durante la noche, todas las noches.
Deberíamos recordar la propia crisis vivida a principios de siglo, y capitalizarla como una experiencia de aprendizaje. Habíamos llegado a un fondo que nunca habíamos imaginado que pudiera existir. Salimos porque la mayoría de nosotros puso el hombro y lo mejor de sí, pero fundamentalmente porque no perdimos la fe. Y contra todos los prejuicios y las predicciones, salimos adelante. 

Ahora es el turno de nuestros chicos, los que nos están mirando todo el tiempo. La educación social es el principio para erradicar la violencia.

Juan Carlos Ramirez Leiva
(Nota sobre un texto de la Escribana María Amelia López de Militelli, del año 2009)

miércoles, 4 de marzo de 2020

Hermanos

Tener hermanos es un privilegio que te da la vida, es el gran regalo que te hacen tus padres. Generalmente son diferentes, tanto en lo físico como en la personalidad, pero comparten algo en común: el amor que se dispensan mutuamente (aunque entre varones, las expresiones cariñosas rara vez ocurren).
Un hermano no es tu hijo, pero lo cuidarás aunque sostengas y actúes como si no te importara. los hermanos no son tus padres, pero te retaran y se enojaran si consideran que deben hacerlo. Tus hermanos te amaran siempre, incluso, pese a tus yerros o descuidos. Siempre peleas con tu hermano pero acudes a su rescate tanto como él, te salva en situaciones de peligro de chancleteada por parte de mamá. Y ante el desafío externo, no hay muro más poderoso que pueda construirse.
Ya de grandes, siempre es tu fuente de consulta, siempre es el recurso al que acudís y es más, viene antes de que se lo pidas o siquiera, que les cuentes tus cuitas o apremios. Los años anulan las subordinaciones que se establecen de pequeños, tanto el privilegio de ser el menor y el más mimado por tus padres, como el de ser el mayor, al que los más chicos deben hacerle caso so pena de retos al regresar a casa.
Los hermanos comparten historias y emociones, y un legado en común. Mi hija mayor, el día en que trajimos a casa a su recién nacida hermana, las observó detenidamente por largo rato y luego preguntó, muy seriamente: "Y esta cosa ¿Qué es?" Esa bebe dejó de ser la menor cuando nueve años después, llegó la "Benjamina" y así nació un trío que disfrutamos con su mamá, todo el tiempo.
Hoy celebramos en Argentina el Día de los Hermanos, una fecha establecida para estimular la actividad comercial, para que se compren obsequios. El más valioso que recibí en mi vida, ocurrió cuando tenía casi cinco años, y es la persona más generosa y amable que pueda conocerse: MI HERMANO.
Los hermanos pueden ser biológicos, del corazón, o de la vida, no interesa el fundamento notarial, solo importan los sentimientos. A todos los que tienen hermanos: ¡Feliz día!