miércoles, 30 de septiembre de 2020

Pensando en tiempos de pandemia VIII

Guatyjor en Cuarentena con amigos

 

La cuarentena trajo consigo variadas situaciones, hasta un neologismo, “Watti horse”. Es una expresión codificada entre amigos, que expresa mucho de nuestro ser nacional. Los argentinos somos gregarios, incluso quienes querrían ser europeos o yankis; no soportamos estar aislados, no tener contacto social con los afectos. Quizás por eso queremos tomar White Horse, para descontar las noches de aislamiento, pero nos sale el criollo y se transforma en “Guatyjor”.

La soledad no forma parte de nuestro ser, necesitamos expresarnos con otros. Los cisplatinos somos amigueros, competimos con Roberto Carlos en la cantidad pero no depreciamos la calidad. Sobre todo los que pasamos el medio siglo y nos aglutina el acervo cultural que día a día se va perdiendo (y que las nuevas generaciones desconocen), nos une, nos lleva a la infancia y a revivir la vida en compañía. 

Los artistas, esa parte de la sociedad que puede captar la necesidades de todos con mayor sensibilidad y expresarla, nos interpretan y nos contienen... en la desesperanza. En un lugar de Ezeiza, dos artistas con profesionalidad y mucha vocación de servicio, no pudiendo juntar físicamente a los amigos decidieron, con perseverancia, día a día, sacarnos del letargo de este aislamiento sin fin; juntaron talento y mucho esfuerzo y cada noche, comparten su saber saber y su saber hacer, con gran generosidad. Alegran el alma de quienes los ven y demuestran que, las tempestades arreciaran en la realidad pero el alma caliente al son envolvente de una zamba, se transforma en fuerza arrolladora para campear el temporal.

Gracias Gladys y Carlos, por regalarnos amor envuelto en música.

 

C.A.R. 


Nota del editor: 

Gladys es Gladys Noemí Paez, multifacética actriz y conductora, y en estos dias, cantante, guitarrista y lectora.

Carlos es Carlos "Charly" Renoldi. Cantante, guitarrista, autor, escritor.

"Cuarentena con amigos" es un espacio facebookciano creado con el fin explícito de su propio enunciado


martes, 29 de septiembre de 2020

Pensando en tiempos de pandemia VII

 Y un dia...

Y un día inesperadamente la vida siguió girando... Pero sin disfrutar del exterior, para sólo disfrutar del interior... Se volvió pesadilla para algunos... Vida de ensueño para otros... Fue un resurgir... O un estancamiento... Un beso, abrazo o roce significó peligro... Los lazos interpersonales se resignificaron... y la vida siguió tras sufrir un cambio... Y el ser humano como toda especie animal en este mundo, siguió buscando un camino para adaptarse y continuar...

 
Cintia

jueves, 24 de septiembre de 2020

Pensando en tiempos de pandemia VI

La colaboración siguiente, fue escrita en marzo 2020

Yo no tengo que hacerme cargo de tu soledad 

Ahora que andamos con tiempo de pensar un poco, veamos algunas cosas: la "soledad", correlativo del aislamiento de estos días. Aunque parezca irónico tiene incluida la palabra "sol", sinónimo de luz y calor, siendo todo lo contrario.
El virus hizo que todos tuvieran que convivir con quienes, en muchos casos, no conviven; es decir, habitan en un mismo predio pero no conviven. Padres e hijos, que en realidad no se conocen; parejas que debieron dejar a su real pareja. Por otro lado, todos nos volvimos solidarios con aquel anciano que vive solo. Muy bien esto, mientras el miedo al virus nos une ¿Y el día después? 
Hagamos ejercicio de imaginación: es septiembre 2020, ya está la vacuna o el mayor peligro de contagio pasó, y la vida vuelve a tomar su ritmo normal ¿Habrán aprendido los padres divorciados que aunque no convivan con sus hijos tienen que alimentarlos y cuidarlos, caerán todos los expedientes que atiborran los juzgados? ¿Atenderán los hijos adultos a sus padres mayores si no les interesa su dinero? ¿ Se acordarán de la persona que vivió, vive y vivirá sola, por ella misma y no por los beneficios que me pueda reportar aprovecharme de su soledad? 
Aventuro que habrá mas aislamiento y no pandémico, porque se han puesto al descubierto las almas en su desnudez con esta situación: las promesas de amor vanas, los reales intereses, nuestra miserabirilidad interior, nuestro propio ser, nuestras esencias, ya no pudieron ser aromatizadas con los modelos y perfumes que el consumo nos ofrece, ya nuestras angustias no fueron maquilladas con slogans políticos de moda. Ahora somos nosotros con nuestro ser en si, con tiempo de sobra para hablar con nosotros mismos.
Tenemos varias opciones, buscar excusas para mitigar nuestra conciencia, buscar culpables en otros de las angustias que atormentan nuestro ser o … enfrentarnos con nosotros mismos, hacer un minucioso, aunque sea doloroso, cuadro de nuestra situación, ser realista y desarmarnos. Luego, lentamente, armar todos los pedacitos que han quedado dispersos, como un gran rompecabezas. No quedaremos igual, ninguna copa que se rompe por más que la pegue el mejor artista, queda igual. Pero sabremos exactamente quienes somos nosotros. Nuestras virtudes, defectos y miserias. 
A partir de aquí septiembre despertara como la primavera misma con nueva toma de decisiones. Con cambios verdaderos que nos ayudaran a crecer y no solo a envejecer. Ojo, esto no tiene limite de edades ni condiciones socio económicas; el humano es con el otro en serio, y no en slogan. 
¿Podrá el burócrata agilizar expedientes, antes que el anciano muera sin su jubilación? ¿Podrá aquel que cometió el error de abandonar a quien lo necesitaba, caminar sobre sus pasos y pedir perdón? ¿Podrá aquel padre que no cuidó a su hijo, resarcirlo del maltrato? 
Esperemos que este virus nos enseñe que, si la Patria es el otro, entonces mi nuevo ser renacido saldrá de su zona de confort y dirá: Yo me hago cargo de tu soledad, caminemos juntos en todas las situaciones que la vida nos presente.

C.A.R.

jueves, 17 de septiembre de 2020

Pensando en tiempos de pandemia V

Saliendo de la moderna caverna de Platón, plena de tecnología actual, me dirijo a un negocio de la cercanía. Impoluto barbijo, alcohol en gel, me encuentro con seis obreros haciendo obras de bacheo. Al querer pasar por su ubicación veo con horror que estoy en peligro de muerte según los sabios infectólogos, ya que no usan barbijo. Pienso que si yo, que voy tranquilamente al paso, me ahoga el adminículo, es forzoso que con el esfuerzo de ese trabajo respiren libremente.Pero... ¡Están en infracción! No tengo megáfono para hablarles... ¡Y además son seis! ¿Recurro a las autoridades? La municipal ya lo sabe, la policial también ya que dos agentes impertérritos observan. 
Cobardemente, vuelvo sobre mis pasos y doblo la esquina. ¿Es necesario en tiempos de pandemia realizar dichos trabajos, los cuales casi siempre son omitidos? Mientras tanto, se funden los que lograron progresar con grandes esfuerzos. Se fomenta la llamada "economía popular." Se pretende que millones de personas se instalen en tierras del Estado con ocupaciones de bajísima productividad que implica quedarse para siempre en la pobreza. 
El panorama que veo es una Argentina deteriorada en salud, economía y educación. Todos sufrimos, muchos, más que yo. Como nadie es claro, como tanto se ha mentido, no queda otra que escuchar a todos y formar cada uno su propia opinión para decidir por lo que está convencido; claro, siempre que te dejen.

Se trata nada menos que de la salud, probablemente lo más sagrado que tenemos.

Lydia Dominga Angleri

martes, 15 de septiembre de 2020

Pensando en tiempos de pandemia IV

Carta de un día de marzo del 2020
Un día de sol con un nudo en la garganta que atraviesa la impotencia. Tristeza, ansiedad y el miedo, la distancia, el día a día…  ¿Empezó cuándo? ¿Alguien lo sabe? ¿Lo recuerda? Tengo tan poca información. Nada más que alguna película, alguien en un documental contando algo; o registro de alguna imagen que vi por casualidad en la tele. 
Hace unos días, no sé cuándo, estaba con los niños en un patio, fuimos a la plaza y vino la abuela. Arreglamos el jardín y renegamos por las hormigas invasoras (que palabra, que sentimiento –invasión-, ahora me doy cuenta que no tenía registro de lo que eso significaba).
Sentada en el patio de casa sola, porque mi marido no tiene un buen día. Le duele el estómago, tal vez nervios, tal vez conoce mucho más que yo del tema porque lee mucho, tal vez evita pensar porque no es momento de alarmarse ya que no tenemos herramientas para solucionar ciertas cosas.
La mayoría estamos conteniendo a nuestros padres, abuelos y niños. Cuídate, lávate las manos, ojo no te toques la boca, la nariz, los ojos. Y todo desde un lugar tan lejano, como si hubiéramos salido de este planeta, desde un celular o de una computadora.
Mi madre vive sola y como todos no quiere dejar su casa, por suerte mi hermano siempre estuvo y esta con ella, somos afortunados. Ésta, como otras veces, nos va a encontrar luchando juntos. Por alguna razón siempre en los malos momentos, estamos unidos y dispuestos para salir adelante. Creo que es instinto de supervivencia. El amor, el cariño, nos ha llevado siempre a unirnos para ser más fuertes.
Sé que no se puede ayudar a todos, sé que mucha gente no tomara conciencia porque no tiene herramientas culturales de educación, ni apoyo familiar, ni hablar de la desigualdad de condiciones, de la falta de recursos humanos. No todos vivimos en el amor, no todos somos acariciados por la vida.
A las hs. 12 am cerré mi negocio. Dicen hasta el 31 de marzo 2020, no lo sabemos, y me vino un frio en el pecho.
Entendí varias cosas. El que viene a comprar porque hoy tiene una changa y con eso lleva un plato de comida, o paga los servicios; y yo no estoy para proveer ese artículo indispensable, y es un eslabón de tantas cadenas que se están cortando, y de tantas puertas que se van a cerrar.
Lo increíble, es que me dispuse cómoda sentada en una reposera para estudiar una obra de teatro que, está en pleno proceso de ensayo. Estudiar texto y buscar personaje, aprovechar este precioso tiempo, pero cuando estaba por empezar, mi cabeza se disparó para otro lado con sentimientos encontrados, con bronca, con un nudo en la garganta, con recuerdos y pensamientos, y voces de mucha gente. Imágenes que me hacen creer firmemente que somos lo que otros planean para nosotros, pueden cambiarnos la vida en pocas horas y no importa cuál sea tu condición. Esas diferencias económicas y sociales nos crean un mundo diferente, donde la objetividad se mide con la vara de tu espacio, ese que solo podés ocupar vos, y nadie puede invadir por una ley universal.
La realidad hoy es el minuto a minuto, escuche en la tele. ¡Ja, ja, ja! Como si no supieran que estas cosas son planeadas con mucho tiempo y guardadas hasta el momento exacto, el lugar indicado, y los intereses sobre la mesa.
Desgraciadamente de esto quedaran imágenes, lagrimas, recuerdos en cabezas con secuelas por las pérdidas, por los seres queridos que dejamos de ver, de tocar, la tristeza de la distancia, los besos que no dimos, los abrazos que extrañamos.
Y un día del 2020, tal vez, aparezca un salvador, un grupo de genios salidos de alguna lámpara guardada bajo siete llaves, con la vacuna, el antídoto para volver al mundo real, al mundo verdadero, al maravilloso mundo de me creo todo lo que me contas, porque no tengo alternativa. Y podamos seguir disfrutando de la vida con la alegría de trabajar hs 12 por día sin tiempo para los vínculos, para el descanso, para la salud, de estudiar carreras que no ejercemos porque no nos dan la posibilidad. De mandar a los niños a escuelas mediocres, pagas o del estado, que enseñan nada o tal vez peor: te enseñan que vales por lo que tenes. Todo menos educación, respeto, dignidad. Compañerismo, amistad, no son materias.
Y volveremos con esta maravillosa vacuna a comer, a comprar al super toda la comida envenenada que nos venden, los productos llenos de conservantes que no conservan nada, colores que son engañosos, sabores que están en tu imaginación. Sabor queso, pero no existe el queso. Sabor naranja, pero dónde está la naranja.
Y gracias a la vacuna maravillosa, que pagaremos con sangre, sudor y lágrimas, como decían los abuelos. Volverán los maravillosos shoppings, los grandiosos lugares de comidas rápidas, donde podremos depositar a los niños para llenarlos de ansiedad, histeria, engordarlos con grasas trans y otras yerbas, diría la abuela.
Es viernes, hay un silencio espantoso. Quiero saber ya, que dicen ahora en la tele. ¿Ya tenemos los números de muertos de hoy? ¿Serán menos que ayer? Será posible otra vez este pibe, que no se quedó encerrado en la casa; desde chico fue la oveja negra de la familia y ahora, entre todos, te vamos a juzgar. ¿No entendes? Vos si sos un pelotudo, nos vas a matar a todos; si, a todos. A los que pasamos por una vereda y vemos una familia durmiendo con los niños, y no nos preocupamos por los 2 grados que dice la tele que hace afuera. A todos, los que vemos las colas de los abuelos en los bancos en invierno y en verano y no nos importa, total no somos viejos. Nos vas a matar antes de poder juzgar a una mujer feminista, que de cerca le toco una violación, una muerte, y ahora se cree con derecho a mostrar las tetas o tatuarse. No podés arriesgar la vida de todos con tu imprudencia de salir a trabajar; igual estas en negro, sin seguridad social, sin posibilidades, sin saber si vas a conseguir una changa. ¿Crees que vale la pena? Y te digo más, nos estas quitando con tu actitud la posibilidad de seguir viviendo cómodos en la mentira, en el consumismo, en el capitalismo salvaje, en la comunicación porque ahora si estamos comunicados, es que la tecnología nos supera, la tecnología nos alimenta de memes, imágenes discriminatorias y mentirosas. Nadie es en persona, “como se ve en la pantalla”, y así vamos creyendo opinando, juzgando, castigando.
Un día del 2020.

Gladys Noemí Paez (La Corta)

lunes, 14 de septiembre de 2020

Pensando en tiempos de pandemia III

Intentando conocer sobre nuestro presente, invite a la Dra. Cristina Romano a dar su opinión.


Y HOBBES TENIA RAZON …
Erase una vez allá por los '90 cuando el caudillo de las aceitunas dijo: hay que modernizarse, lo que aquí hay es muy anticuado, no estamos en el mundo. Vamos a la estratósfera y más allá…
Aprendimos bien rápido a no reparar y consumir indiscriminadamente todo tipo de artefactos, moda en ropa, en decires, en pensamientos, en música, no importa… el tema era consumir, consumir y consumir.
Esta adicción ha trascendido las generaciones, tiempos y estratos socio económicos. La concepción humana ya no se define con el verbo Ser sino Tener. Si tienes, si vas a, si te pones, "si usas sos", sino caes absolutamente en la vacuidad del ser.
La crisis sanitaria mundial detuvo la carrera por el consumo. Afloraron las angustias y la necesidad de consumir , persiste, se agudiza, realidad virtual, zoom a toda hora hasta para decir buen día, que comiste, sin horarios ni días. Se consume virtual, delivery's cruzan la ciudad con desesperación, si no voy, si no lo tengo me muero…. 
Enloquecidos por el síndrome de abstinencia volvimos a nuestros instintos mas primitivos si no lo veo, no lo toco no existe: el virus no está no lo puedo ver …. No existe. Y, en el mismo sentido con la misma puerilidad le decimos al gobernante cual papá “dale, no está, no ves que no lo ves, déjame salir”. Y cuando se abrió la “puerta” de la cuarentena, cual chiquillo al que le muestran un plato de chocolate se abalanzaron los que tienen abstinencia de consumo a largas colas para tomar un misero café en el lugar de moda, a exhibirse, a tratar de tener para no dejar de ser.
Pues el COVID 19 señoras y señores, trajo consigo, una vuelta a las raíces, y Hobbes tenía razón el animal que tenemos dentro es una bestia, en cuanto le sacamos el out fit exterior, se expone en su brutalidad y por un café es capaz de matar a la generación que les dio a la vida.

Dra. Cristina Alejandra Romano

sábado, 12 de septiembre de 2020

Pensando en tiempos de pandemia II

Me siento entre consternado y desconcertado, ante las variadas expresiones de los manifestantes entrevistados en los últimos tiempos. Han desaparecido de la escena pública las grandes marchas de los partidos que, históricamente, realizan manifestaciones multitudinarias o no, pero con solidez argumental, con cohesión ideológica del por qué se manifiestan, qué persiguen, y contra qué luchan. Esto ha dado lugar a que afloren como manifestaciones políticas, pensamientos que otrora consideraríamos sin sentido, y no le daríamos entidad racional ni representativa de sector alguno, cultural o político formal.
Cómo han logrado sumar adherentes al pensamiento mágico, irracional contra toda prueba; desconsiderar el pensamiento con método científico que nos saco de la Edad Oscura. Cómo parece que volvemos a estar sometidos por religiones negadoras de lo que los estudiosos en la práctica logran, cómo se ha instalado el pensamiento de homos retrógadus terraplanistas, antivacunas, filósofos de conspiraciones internacionales, etc., etc.. Todo me resulta tan misterioso, que he decidido buscar respuestas que me expliquen éste momento.
En un primer intento fue fácil atribuírselo a la influencia de los grandes medios de comunicación, que se encargan de dirigir y formar opinión en base a la repetición constante, aunque sin argumentos, que puedan someterlo a discusión. También pensé que la pandemia y el miedo a la muerte o a los cambios bruscos de las normalidades, permiten que tomen fuerza locas manifestaciones. Los que hemos vivido un cambio de siglo vemos que son considerables el número de personas que esperan alegremente la muerte, y la aparición de un mesías. El mismo efecto han tenido terremotos, manifestaciones violentas de la naturaleza, y las pestes.
Sin embargo no solo aparecen dominando el escenario mediático los creyentes, también aparecen los que niegan que la tierra sea redonda, y asistimos como tuvieron que rescatar a una pareja que en un yate fueron en busca del lugar en donde terminan la tierra. Repito: no pretendían dar la vuelta al mundo, iban en busca del borde, de donde la tierra termina, supongo para espiar la cola del elefante que arriba de una tortuga sostiene a nuestro planeta. La pareja había partido de un puerto de Italia y fueron rescatados deshidratados; y que fueran en un yate nos habla del alto poder adquisitivo que tienen así que posiblemente consumieran bienes culturales que ya les habrían explicado que desde los antiguos griegos, ya se sabía de su redondez y tamaño.
Por lo pronto, me he encontrado con este video, que intenta dar una primera explicación de cómo se forman grupos de pensamiento alternativo, a partir de la publicación con tono irónico de lo que consideramos un desatino.


Juan Carlos Ramirez Leiva