miércoles, 15 de julio de 2009

Actores sociales

El Bicentenario nos encuentra del mismo modo como nos encontró en su momento el Centenario. No importan las fechas, solo sirven para celebrar. Importan los hechos, fundamentalmente los que sirven para avanzar; esos son los que cambian la historia de manera saludable. Sé que peco de pesimista. Los acontecimientos pasados y los que me tocó presenciar desde mi posición de ciudadano independiente, sin afinidad partidaria, no ayudan a cambiar mis expectativas.
Una vuelta de timón es posible, pero es evidente que todavía no es el momento. Cada tanto aparece un gran hombre, lo que aún no aparece es un gran entorno para ese hombre. Cuando ello ocurra, tendremos posibilidades. Mientras tanto, sigamos celebrando a la espera del milagro.
Por Norberto Calul (Publicado en Clarín; 24/05/2009)

viernes, 10 de julio de 2009

El mal jugador

La razón de este artículo no es contar acerca del juego del “crucigrama”, sino de lo que pasó en una casa en donde un grupo de personas estaba jugando. Resulta que yo miraba cómo jugaban y en eso, una de las personas, muy enojada e insultando, se levanta, tira el tablero al piso y con el todas las fichas. Estas se desparraman por todos lados y la persona “enojada” y con severos movimientos de sus puños, grita que no tenía suerte, que no le llegaban fichas con letras valiosas, que ya estaba cansado que los demás tengan más puntos que él, que este juego es una porquería, etc. Otras de las personas que estaba sentada y que se asustó con esta reacción, trató de calmar a la persona “enojada”, diciéndole que todos allí conocen el reglamento de esta juego por igual, que estaban de acuerdo con él y por eso decidieron jugar juntos. Que la cuestión es pasarla bien, ser creativos con las letras que a cada uno le tocan y formar palabras. Que todos tenían las mismas posibilidades en un sistema totalmente igualitario, justo, etc. Pero igualmente el “enojado” siguió gritando, y les pidió a los restantes jugadores que se vayan de la casa, dado que era de él y no los quería ver más.
Como yo no estaba jugando, el “enojado” no me echó, pero me dijo a los gritos; “y vos que mirás con esa cara de estúpido”. Y siguió diciendo: “si no te gusta lo que ves, te podés ir vos también”. Tuve que irme dado que la expresión de mi cara y algunas palabras posteriores, revelaban mi parecer sobre la conducta de mi amigo el “enojado”, el que con un portazo fuertísimo, casi hace desaparecer mis talones que, con rapidez trataban de alejarse de esa maldita puerta pesada y ruidosa que se acercaba peligrosamente hacia mi. Me fui si, pero antes le grité a mi amigo: “mal jugador”
Resulta que cuando llego a mi casa sintiendo todavía el viento producido por la puerta de mí amigo el “enojado” y, ese dolorcito en mis talones producido por la misma puerta en esa parte tan sensible para Aquiles, prendo la T.V. para mirar un noticiero y me entero del golpe de estado en Honduras. No se la razón, pero se cruzaron en mi mente los golpistas Hondureños y mi amigo el “enojado”. Entonces me pregunté cuál era la razón de esa rara relación. Enseguida llegué a una respuesta con este razonamiento:
Los golpistas Hondureños son también malos jugadores, dado que en Honduras hay un reglamento que se llama Constitución y leyes. Con estos reglamentos se juega a un juego que se llama “República y democracia”. Al principio están todos de acuerdo y con felicidad se ponen a jugar. Pero en eso!!!!!,….. cuando uno o varios dentro lo reglamentario, no les gusta los resultados que denota el desarrollo del juego, patean o tiran el tablero, paran el juego, niegan o descalifican el reglamento y echan a los otros jugadores. En el caso de que los otros jugadores hayan hecho trampas (lo que si puede enojar mucho), el mismo reglamento instruye cómo sancionar a los infractores sin necesidad de tirar el tablero y acabar con el juego.
También pensé en algunas reacciones infantiles (berrinches, llantos, enojos, etc., debido a que se está perdiendo un juego), propias de la inmadurez evolutiva, totalmente comprensibles, previsibles y bienvenidas para aprovecharlas como momento educativo para el niño. Es entonces el momento de hacer ver al niño, sobre el valor de los reglamentos previamente consensuados, y de la necesidad del respeto por ellos.
De todas maneras violar los reglamentos acordados democráticamente es una defraudación muy grave, consistente en que antes del juego, todos estamos de acuerdo con el reglamento (incluso en muchos juegos, los mismos jugadores diseñan los reglamentos que luego alguno viola -igual que en el juego republicano y en el juego del golpe de estado - ). Pero algunos dicen: si estoy perdiendo dentro de la ley del juego, descalifico al mismo y a sus reglamentos, tiro o pateo el tablero con todo lo que está encima de él y hecho a los demás jugadores; no juego más y hago un juego a mi medida, con los que juegan como yo y no me contradicen. Pero con esta actitud, lo más seguro es que en el próximo juego, también existan problemas y se vuelva a repetir el descalificar y tirar el tablero de juego en una serie sin fin de vulneración a los acuerdos. Lo legal entonces, es vulnerar la ley..
Cuantas cosas pasaron por mi mente en ese momento. Cuantas vidas se perdieron en otros juegos democráticos versus totalitarios en nuestra America Latina. Cuantos reglamentos violados y cuanta gente echada a patadas de sus propias casas y países. Cuántos intereses ocultos eran las razones de la vulneración de los reglamentos previamente acordados y glorificados como símbolos nacionales. Cuánta mezquindad, falta de solidaridad, intolerancia y cinismo existía en el interior de algunos jugadores aparentemente respetuosos de las normas previamente acordadas con juramentos ante Dios.
Por: Tiempo de Juego (www.tiempodejuego.com.ar)

viernes, 26 de junio de 2009

El loco.

Carlos Román Renoldi editó el libro El loco. Poesías, canciones y herejías, una suerte de autobiografía poética mediante la cual desgrana verso a verso su historia personal y su visión sobre la vida. Ya en la introducción, el poeta advierte: “Aquí está mi vida, mi pequeña y gran vida. Están mis alegrías, mis broncas, mis pasiones, mis dolores y mi Dios”. En esas primeras páginas expone también cuál es la esperanza que abraza la publicación: “La zamba me hizo entender que uno no muere en la víspera, sino cuando lo olvidan, y como estoy muy convencido de algunas cosas, quisiera que mi pensamiento sirva, aunque más no sea, para una polémica en una charla de amigos, porque creo que hay que polemizar más y mirar menos televisión”.
Nacido el 18 de mayo de 1957 en Ezeiza, Carlos Román Renoldi cursó sus primeros estudios en Gualeguay (Entre Ríos) y regresó a su ciudad natal a los 9 años, donde se recibió de técnico mecánico y realizó una carrera artística que incluye la música, la escultura y la pintura. Para esta primera incursión en las letras, buceó en su pasado y decidió incorporar una poesía de su padre, Reducindo Ramón Renoldi (1931-2008), titulada “Pensamiento”, con un pie que dice: “Si hay memoria genética de escritor en mí, ésta es la prueba…”.A continuación, el autor brinda pantallazos de su vida (con poesías que van desde la década del ’70 hasta el presente, pero sin orden cronológico) y habla de la compañera de vida, “La Corta”; de su hijo Federico (“Y entre nubes vaporosas / sos el aire que me envuelve”, dice por ejemplo en “Tus ojos”); del Ezeiza de ayer con poemas como “Guillermina” (“Me acuerdo de Guillermina / cuando raleaban las casas”); de la ciudad de Gualeguay, de sus padres, de sus amigos y de sus vecinos. Retrata a personajes diversos como el Perro Flaco, el mozo del Kibón, el vagabundo Aristóbulo y la poeta Elsika; y no se priva de hablar de política y religión diciendo desde el arranque herejías de este tipo: “Dios está en mi corazón / las religiones / en el pozo negro de mi casa”.
El poemario se inicia con “Tristes mascaritas” (1995) donde declara: “No sabes cómo quisiera / que seamos seres libres / para no tener que escondernos / detrás de sucias mentiras”. Y cierra con “Nada más” (2009): “Cuando yo me vaya / no me vengan con tonterías / despídanme, mis amigos, / con eléctricas guitarras / y el tronar de sus motores (…). Cuando yo me vaya, / no se ocupen de mis cenizas / dejen nomás que el viento / las lleve adonde quiera; / es ceniza, nada más”. Esta miscelánea poética incluye además letras de canciones, producto de su otra vocación artística que lo ha llevado a transitar escenarios con la ya mítica banda de rock “Obreros del sur” y como solista, abordando distintos géneros, entre ellos el folklore y el tango. Entre esas canciones está “El loco” (1984) que dice justamente: “Hola, amigos, / ¿se acuerdan de mí? / Yo soy el loco que zapaba / por varias horas / y se copaba / y transpiraba. / Yo soy el loco que cantaba / aquellas canciones fabulosas / cuando no había otra cosa”.
Si bien las vivencias están retratadas apelando a la síntesis poética y no a la narrativa, la obra de Renoldi (en una cuidada edición) no se queda en aspectos superficiales y pone de manifiesto sentimientos, inquietudes y vivencias íntimas. Lejos de una fría visión documental, refleja dimensiones no cuantificables del hombre inmerso en el devenir de los días, alcanzando un genuino tono poético en muchos pasajes, donde se aprecia el valor de las nuevas locuras de Renoldi que, esta vez, vienen en formato libro.
Por J. M. Marcos. Publicado en: La Palabra de Ezeiza, página 6, jueves 11 de junio de 2009.

sábado, 13 de junio de 2009

Buenos docentes

Es tarea de los docentes, enriquecer el bagaje cultural que los jóvenes traen desde sus casas y poner a su disposición -y a veces pese a ella-, los saberes que le permitirán desenvolverse, renovar la sociedad y construir futuros probables. Todo niño aprende construyendo conocimientos, reglas, modos de pensar y de relacionarse socialmente, y con estos saberes previos llegan a las escuelas. Los docentes, enriquecen y alientan estas aperturas, poniéndolas en conflicto para facilitarles la construcción de nuevos enfoques, posibilidades; pasar de la doxa a la epísteme, en el nivel de complejidad requerido y posible.
Para este cometido, los docentes son imprescindibles, son quienes enseñan a partir de la cultura letrada, quienes los hacen familiarizar con las obligaciones, quienes los cuidan, quienes hacen conocer y enseñan a hacer valer los derechos que les asisten, y que a veces los padres utilizan en contra de los docentes y no en favor de los niños. El docente es quien asume la responsabilidad de enseñar de modo sistémico y permanentemente.
Frente a este presente de exclusiones estructuradas, en donde más allá de los esfuerzos declamados estamos aún muy lejos de superar, los docentes sienten que poco pueden hacer en escasas horas frente al curso, que sus esfuerzos suelen ser fácilmente anulados por los contextos familiares, por los mensajes explícitos de los medios de comunicación, por la falta de compromiso con el docente de parte de directivos e inspectores, que suelen hacer gala de malas praxis producto de directivas o incapacidades. Quienes más se quejan de su mentado desamparo, son quienes menos sostienen a las organizaciones obreras para que intervengan, son los que menos participan en asambleas de docentes para proponer cambios pues ya han aceptados ser parte de los derrotados y cómplices de quienes hacen fracasar al sistema educativo que permitió que de hijos de analfabetos se pasara a nietos universitarios.
Las obligaciones de los Estados globalizados han quedados limitadas a sólo contener a los niños, en detrimento de su calidad de estudiantes. Los alumnos así entendidos, son clientes que reclaman métodos, diversiones, y un tiempo de esfuerzo limitado; toda una rémora del neocapitalismo que impuso que la educación del proletariado es sólo un consumo más. Se impusieron las etiquetas de descentralización educativa e intervenciones críticas sin acopios culturales previos por parte de los destinatarios de la educación, que abandonaba su proclamado rol de facilitar las promociones sociales, de ser un instrumento de igualdad social. Revertir una tendencia que parece conducirnos directamente a la autodestrucción, excede el marco laboral, pero no el de nuestra responsabilidad social. Si hasta ahora no nos han facilitado las herramientas, las políticas adecuadas para superar nuestra mediocre performance actual, no podemos esperar a que el Estado se decida a barajar y dar de nuevo.
Tendremos que poner en valor nuestra capacidad profesional para recuperar el gusto por enseñar, por construir a diario el futuro y a sus hacedores. Si investigamos cómo se lo plantearon ante situaciones tan complicadas como la nuestra, el Maestro Sarmiento o el Maestro F. Iglesias, para ponerlo en nuestro contexto regional, probablemente encontremos soluciones. Si hacemos memoria, seguro recuperaremos las formas, las rutinas que incidieron en nuestro destino, lo mejor que nos dejaron quienes fueron nuestros maestros.
No estaría mal que muchos docentes recuerden que se debe comenzar el día saludando con convicción, llamando la atención sobre que lo que va a suceder en ese espacio horario, va a ser importante. Poner en marcha la comunicación, el compromiso. No ignoramos que muchos tratan de pasar desapercibidos, tener el perfil más bajo posible para que los alumnos no les amarguen el día; muchos tratan de no hacer enojar a los alumnos porque les tienen miedo, porque no se han ganado el respeto de ellos.
No puedo dejar de coincidir con el profesor Jorge Fasce, cuando dice que a los alumnos hay que: "Observarlos, escucharlos, responderles, reaccionar frente a sus muestras de asentimiento o fastidio, frente a sus dudas, errores y aciertos", que estos son mensajes que indican que se los tiene en cuenta. Tan sencillo como respetar para ser respetados.
En una oportunidad, un desenfadado director me reconvino por trabajar mucho. Tenía razón, lo comprendí con el tiempo, con la experiencia. Los que deben actuar en la educación, los actores, son los alumnos. El docente debe ser el gran director de escena: el que orienta, muestra el cómo, el que informa, el que corrige; en fin, el que enseña.
Juan Carlos Ramirez

domingo, 7 de junio de 2009

Tango y filete, identidad de Buenos Aires

No es casual la relación entre tango y filete, comparten la misma necesidad, la de expresar la identidad porteña resultante de la interacción multicultural de nativos e inmigrantes. Además de sus orígenes humildes, comparten la marginación a la que los sometieron las élites culturales. El tango fue considerado vulgar hasta que triunfó en Europa y Estados Unidos; el filete padeció la indiferencia hasta comienzos de la década de 1970. Tango y filete configuran una hermandad artística que se nutre de la filosofía de los porteños, expresada literariamente en frases y leyendas pintadas en carros y camiones que en muchos casos, son extraídas de las letras de tangos; plásticamente, solían incluir el retrato pintado de Carlos Gardel, máximo exponente tanguero.
La escultora argentina Esther Barugel, y su marido Nicolás Rubio, pintor catalán estudioso de la arqueología, artesanías y pinturas populares americanas, comenzaron a investigar a fines de la década de 1960, sobre el arte de filetear camiones, colectivos y carros. En sus indagaciones comprueban la indiferencia de los artistas locales por el fileteado, ya que consideraban que debían inspirarse en lo foráneo, y ello fue el disparador para que el matrimonio comenzara en 1967 una investigación. Recogieron material fotográfico y testimonios en los ámbitos de los mercados, talleres, bares, etc., de lo concerniente al fileteado, arte netamente local pero totalmente ignorado, que publicaron en “Los maestros fileteadores de Buenos Aires”.
El matrimonio Rubio convenció en 1970, a un grupo de grandes fileteadores para que expusieran sus trabajos en la galería Wildenstein de Buenos Aires. En esta primera exposición de fileteados, el éxito de público y crítica les abrió las puertas del mundo del arte socialmente reconocido
El filete logró sobrevivir a los cambios, pasó de los vehículos de tracción a sangre a los camiones y colectivos; cuando cayó en desuso en los medios de transportes, se adapto a los nuevos medios y lugares: la arquitectura, decoración de bares, restaurantes, muebles, objetos de todo tipo, gráfica, cartelería, tapas de libros y discos, e incluso, guitarras.

Investigación de Luís Alberto Plaquín

sábado, 30 de mayo de 2009

La Vida debería ser al revés


Se debería empezar muriendo y así ese trauma está superado. Luego te despiertas en una residencia mejorando día a día. Después te echan de la residencia porque estás bien y lo primero que haces es cobrar tu pensión. Luego, en en tu primer día de trabajo te dan un reloj de oro.
Trabajas 40 años hasta que seas bastante joven como para disfrutar del retiro de la vida laboral. Entonces vas de fiesta en fiesta, bebes, practicas el sexo y te preparas para empezar a estudiar. Luego empiezas el cole, jugando con tus amigos, sin ningún tipo de obligación, hasta que seas bebe. Y los últimos nueve meses te pasas flotando tranquilo, con calefacción central, room service, etc..
Y al final, abandonas este mundo en un orgasmo.
Quino

De mitos, mentiras y verdades

Durante las últimas semanas recorren nuestros pagos de Ezeiza versiones de que se están secuestrando chicos para comerciar sus órganos. Padres y madres amedrentados llevan a los niños al colegio y los van a buscar a la salida. Los trascendidos arrecian. Tanto es así que dicen, que dicen... No hay denuncias ciertas. Cualquier hecho se tergiversa o se inventa. Se comenta en la feria, en la calle, en el almacén, en las escuelas. Podemos pensar que se trata de una campaña mal intencionada de corte político eleccionaria. Una morbosa campaña para sembrar el terror entre los ingenuos ciudadanos. Y dar por terminado el asunto. Pero el sólo hecho de pensar que los niños están expuestos a ser secuestrados y descuartizados pone los pelos de punta de toda la comunidad.
No puedo apartarme de mi formación psicológica social e interpretar esta situación desde esa mirada. Los padres saben que sus hijos sí están expuestos a ser atrapados y sus órganos destrozados hasta causarles la muerte. Reniegan de ponerle un nombre cierto a esta amenaza, y algunos prefieren creer que existe una banda de malvados acechándolos. El miedo paraliza y aterra. Krishnamurti (filósofo hindú) decía que el miedo sólo existe a lo desconocido. Si uno conoce, e identifica el objeto de su miedo, el miedo desaparece, y uno puede actuar, defenderse y estar prevenido. Sólo podremos desmitificar estas versiones catastróficas si identificamos cuál es el enemigo real y cierto de nuestros chicos.
Los niños, niñas y adolescentes sí están siendo emboscados. Son buscados, secuestrados y atrapados por un mal que se llama DROGA y ALCOHOL. Sus órganos, empezando por el cerebro y siguiendo por el hígado, pulmones, vías respiratorias y el resto del organismo son afectados irreversiblemente, hasta lograr quitarles la vida (en todos los sentidos y acepciones de la palabra). Somos los padres, abuelos y educadores quienes debemos conocer e identificar al enemigo de nuestros chicos, para poder enfrentarlo. Vamos a Wikipendia en Internet y nos dice que Paco es una droga callejera de bajo costo elaborada a partir de los residuos de la cocaína, procesada con queroseno y ácido sulfúrico(ocasionalmente se utiliza cloroformo, éter o carbonato de potasio. Se suele consumir por vía respiratoria en pipas (generalmente caseras)o sobre la marihuana en forma de cigarrillo (marciano, bazuco, nevado) y, debido a su composición química, es altamente adictiva. Se le conoce por el nombre de "Pasta Base", "Pasta", "Lata", "Tumba", entre otros. Cuesta alrededor de $ 5.- la dosis. Es altamente adictivo. El consumidor al ingerir una dosis experimenta varias etapas: Euforia: disminución de las inhibiciones y sensación de placer que dura de 1 a 5 minutos; Disforia: comienzo de sentimiento de angustia, depresión e inseguridad. Adicción: consumo sin interrupciones, buscando mitigar la sensación de disforia. Y finalmente la etapa de psicosis y alucinaciones en la que surge la pérdida de contacto con la realidad, agitación, paranoias, agresividad y alucinaciones que pueden durar semanas. Durante la euforia, la persona parece atontada, se queda sin habla y se le abren los ojos más de lo normal. Luego de esta euforia pasajera todo lo demás es disforia y adicción o como se dice popularmente "fisura" o estar "doblado", "quebrado", la persona se vuelve seria y su único interés es seguir fumando a cualquier costo.
Se estima que en Argentina se consumen 400.000 dosis de paco por día. El adicto puede llegar a robar para poder adquirir la dosis. Algunos especialistas la llaman la droga del exterminio. Es importante que podamos identificar cuándo estamos en presencia de un consumidor, sea alguien cercano o incluso nuestros propios hijos, para poder ayudarlos y que puedan salir de este flagelo mediante un tratamiento adecuado y profesional. Algunos síntomas que podemos advertir son: Deambulación, no pueden parar de caminar, los pies se les lastiman. Expectoración de sangre o mucosa sanguinolenta del tracto respiratorio. Degradación progresiva de la piel. Debilitamiento de los músculos. Reducción acelerada del peso corporal en algunos casos produce anorexia. Desgano e insomnio. Midriasis (ojos vidriosos). Náuseas y vómitos. Hipertensión arterial. Migraña (dolor de cabeza) severa. Amnesia afectiva. Taquicardia (palpitaciones). Frecuentemente produce ulceraciones en los labios y la cavidad bucal. Comportamiento errático y violento. Manchas oscuras en los dedos de las manos y quemaduras y costras en los dedos. En abstinencia sueño profundo, sopor y diarreas incontrolables.
La recuperación del adicto requerirá atención profesional médica y psicológica. Dónde pedir ayuda. En forma gratuita: La Provincia de Buenos Aires, cuenta con la Subsecretaría de Atención de las Adicciones, del Ministerio de Salud, Número Telefónico gratuito 0800-222-5462. En nuestro medio el CPA (Centro de Prevención de Adicciones) Dirección: Diego Laure Nº 105 y Ruta 205 - 1º Piso - Horario: L a V 9 a 17 hs. Teléfono: 4232-8832. Es de destacar que a raíz de las medidas de fuerza de los trabajadores de los CPA, se nos informó que ellos luchan junto a la comunidad, familiares, pacientes y organizaciones en defensa de una política pública en adicciones digna, es decir con una mirada sanitaria (se estaría intentando mudarla del ámbito del Ministerio de Salud al del Poder Ejecutivo), con un presupuesto acorde a las necesidades, con trabajadores con los derechos que corresponden es decir enmarcados en leyes adecuadas, y con cupos para internaciones.
María Amelia Militelli

domingo, 17 de mayo de 2009

Un orgasmo contínuo

“Escribir es un orgasmo continuo”…es una frase que leí en el tren, estaba en el periódico de un hombre que leía tranquilamente, sí, soy de esas molestas personas que a veces se olvidan su libro y tienen que entretenerse con lo que leen los demás, pero a veces es mejor así porque el azar puede llevarte a encontrar frases curiosas que te hagan meditar.
No se como serán los orgasmos del autor del artículo, creo que son cosas diferentes aunque es una buena comparación, equiparable al placer de pintar y esa frase me hizo pensar en por qué el escritor puede seguir con su papel y lápiz cuándo el pintor se ve avocado a dejar su lienzo, empujado por las absurdas normas de algunos sectores del mundo del arte la mayoría de veces hipócritas. Es como el academicismo contra el que tenían que luchar impresionistas o fauvistas, pero al revés porque ellos estaban mal vistos por romper moldes y ahora se premia el “romperlos” aún a sabiendas de traspasar esa fina línea que a veces separa el arte de la pura ridiculez y que muchos no saben diferenciar o son reacios a diferenciarla por miedo a no ser aceptados. Esas personas deberían leer cuentos que quizá nunca leyeron y fijarse en sus moralejas como por ejemplo “El traje nuevo del emperador”; nadie se atrevió a decir que el emperador estaba desnudo por miedo, solo la voz de un niño, la voz de la inocencia y la honestidad, un cuadro en blanco, solo es un puto cuadro en blanco.
Ahora no se aceptan los viejos métodos, pero yo creo que los viejos métodos son lícitos porque cada individuo puede ser original ,crear su propio lenguaje, las combinaciones en pintura son infinitas, como lo son en música o en la escritura. No puedo aceptar la afirmación de Argullol por ejemplo de que el arte ha muerto, de que ya se ha explotado todo. El arte seguirá vivo mientras el ser humano siga sobre la faz de la tierra y a través de cualquier medio que quiera hacer suyo.
La magia del lienzo es el diálogo que se establece con él, un espacio cambiante que responde no se a que coordenadas, el por qué ahora este trazo o por qué aquél color junto aquél otro, se va configurando algo que habla de ti y cuando llegas a rozar la idea que querías transmitir, el ver que has escupido un trocito de tu alma en esa superficie, sí, se puede considerar esa sensación como un orgasmo.
Escuché un pintor que decía que él había levitando ante uno de sus cuadros, a mi me pasó algo parecido pero bueno, fue con la ayuda de unos cuántos vasos de anís, mi cuadro delante casi acabado y la voz rota de Chavela Vargas de fondo, si, realmente entré en trance. Recuerdo sin embargo la primera obra que me hizo creer en que si existe honradez dentro lo que llamamos arte moderno y de que realmente pueden vivirse experiencias estéticas con el arte a través de múltiples formas y manifestaciones. Era una instalación de Christian Boltanski. Te adentrabas en un pasillo cuyas paredes estaban formadas por multitud de cajas de metal, cada una de ellas representaba a una persona que ya se había ido. A través de sus fotografías en blanco y negro, las tonalidades de los recuerdos del lejano pasado que sin embargo a todos nos acompaña te hacía pensar en todo lo que encerraban aquellas sonrisas, sus expresiones y por ende en tantos misterios, en el caos y el orden, el tiempo y el espacio, dudas… . Realmente los sentimientos que llegó a hacer brotar el artista en mi estando allí en medio, personalmente son tan dignos como contemplar los girasoles de Van Gogh en la National Galery de Londres.
Cristina Parias

martes, 14 de abril de 2009

Inseguridad, Memoria y Pibes Chorros

Debemos hacer conocer a los jóvenes y recordar a los adultos, que las divas que se mencionan en la nota Violencia y Seguridad, junto con el anciano y cascarrabias conductor, lucraron con la dictadura y por aquel entonces, no se dieron cuenta de la inseguridad reinante pese a los 30 mil desaparecidos. Tampoco Cacho Castaña, que hacía spots televisivos en favor de los criminales que gobernaron de facto a nuestro castigado país.
Juan Carlos Ramirez

Hoy por casualidad cayó en mis manos una revista noticias del año 1995. No tiene desperdicio. Habría que refrescar la memoria de los argentinos. Tenemos un pueblo un tanto olvidadizo. Hablan de inseguridad. ¿Te acordás del auto traido por la diva de contrabando con un subsidio para discapacitados? ¿Y el fraude de la tele con el cura violador? Y....? Y ahora tenemos un comisario mechero y un juez que se cuelga de la luz!!! Y todavía tienen la cara para hablar de inseguridad y de indignarse porque haya pibes chorros!!! Y lloran a Alfonsin porque era "honesto", como si no tuviera que ser una condición sine qua non para desempeñar un cargo público. De eso estamos hablando desde este espacio de Ezeiza.
María Amelia

jueves, 9 de abril de 2009

Violencia y seguridad

La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve. Martin Luther King.
Las últimas semanas nos encuentran envueltos en un manto de información y premoniciones catastróficas. Se habla de inseguridad en todos los medios, diarios, noticieros, radio, y cualquier programa televisivo. Todos opinan y proclaman. “El que mata tiene que morir” sentencia la diva a la vez que declara que debió blindar su auto para poder salir de su casa en Barrio Parque. “Tenemos que agarrar los fierros” se anima el cantor tanguero. “No nos queda otra que encerrarnos en un country y vivir enrejados” proclama el conductor popular y dueño de una de las mayores productoras del medio. “Convoquemos a una marcha” invita la pulposa y añosa vedette. Allí van temerosos ciudadanos a escuchar una politizada arenga por parte de un sacerdote católico y un rabino, que lo menos que hicieron fue invitar a la pacificación, la reflexión y la cooperación entre los seres humanos de buena fe. Y como quien le echa leña al fuego, o nafta sobre las cenizas muchos comunicadores se restriegan las manos sacando pingües beneficios del terror que provocan en la gente de bien. “La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo” (Eduardo Galeano).
Tendríamos que buscar el origen de la inseguridad que nos atormenta en la VIOLENCIA. Violencia en la televisión, violencia en los juegos de la computadora, violencia en Internet. Violencia verbal entre los dirigentes políticos. Violencia en las escuelas. Violencia en los bailes. Violencia familiar. Violencia de género... Un estudio de UNICEF, sobre la violencia contra los niños y niñas la define como el uso deliberado de fuerza o poderío físico, real o en forma de amenaza, que tenga, o pueda tener como resultado, lesiones, daños psicológicos, un desarrollo deficiente, privaciones o incluso la muerte. También es violencia no tener futuro o un por qué. Es violencia no tener sueños ni proyectos. Es violencia no tener trabajo ni dignidad. Es violencia no tener una justicia justa y oportuna. Es violencia tener dirigentes, funcionarios, empresarios, empleados, jueces o policías indolentes, o lo que es peor corruptos. Es violencia que un chiquito no tenga clases porque los mayores no saben ponerse de acuerdo. Es violencia que el mismo pequeñito encienda la tele y vea que los que debieran ser sus ejemplos recurren siempre, y como primer recurso, a la fuerza para dirimir sus diferencias. Es violencia el doble discurso: Les enseñamos que la democracia es la mejor forma de gobierno y por otro lado ven que en el Congreso no se debaten ideas ni proyectos, por el contrario, cada uno quiere salirse con la suya, y nadie aporta soluciones de consenso. “...Me opongo a todo porque soy “oposición”...” “La única salida es ganar o ganar”. Les decimos que es bueno trabajar y esforzarse, y por otro lado los ídolos mediáticos son jugadores de fútbol y bailarinas de caño, todos ellos con carreras meteóricas hacia el estrellato y la riqueza. Pretendemos “alejarlos de la droga” mientras que en muchos hogares existe el alcoholismo, y la adicción, la falta de respeto y hasta la violencia física en forma cotidiana. Quienes deberían amar y cuidar no lo hacen. Padres que no saben ni dónde ni con quién están sus hijos.
Nuestra sociedad está sufriendo los vendavales de una crisis importada, pero que nos afecta. Deberíamos recordar la propia crisis vivida entre los años 1999 y 2003, y capitalizarla como una experiencia de aprendizaje. Salimos de esa crisis porque los argentinos nos unimos. Porque el pueblo argentino es solidario y creativo. Porque habíamos llegado a un fondo que nunca habíamos imaginado que pudiera existir. Porque todos, o por lo menos la mayoría de nosotros puso el hombro y lo mejor de sí, pero fundamentalmente porque no perdimos la fe. Y contra todos los prejuicios y las predicciones, y sin ayuda de los popes internacionales de la economía salimos adelante. ¿Ingenuamente? Pensé que habíamos salido fortalecidos. Todavía estoy segura de ello. Aunque quieran hacernos creer lo contrario. Digámosle basta a la violencia. Volvamos cada uno a nuestro trabajo y tratemos de hacerlo lo mejor posible. Nuestros chicos nos están mirando todo el tiempo. A ellos les debemos su futuro. Ellos se merecen un mundo mejor....

Por: María Amelia López de Militelli

domingo, 5 de abril de 2009

Memoria

Hay que tener memoria y conocer nuestra historia para que nos ayude a no cometer los mismos errores. Tenemos que tomar conciencia de lo que sucede en la realidad; tener un país democrático, es sentirnos parte de nuestra sociedad y saber que como tal, tenemos el derecho de elegir y asignar un representante.
Gladys D.

Lo que entiendo de vivir en dictadura es que la gente vivía con miedo, vivía atemorizada, sin respaldo ni ayuda política, no tenían ni voz ni voto. En la época de la dictadura la gente vivía aterrorizada. En cambio en la democracia la gente puede relacionarse libremente. Yo creo que es mucho mejor vivir en democracia por las razones que tenemos en la vida cotidiana: vivimos en verdad.
Yésica M.

Es mejor la democracia porque hoy en día tenemos derechos de expresarnos y de cambiar lo que es injusto o esta mal. Podemos salir a la calle sin miedo de ser capturados o muertos. Perdimos mucha gente entre la dictadura y esa guerra innecesaria /la de Malvinas/.
Mariel E.

jueves, 2 de abril de 2009

Cuál es tu paga...?¿de qué te quejás...?

Salis tempranito para el trabajo... una hora antes...para llegar a horario...cuatro colectivos te dejan abajo y el quinto te sube...colgando de un brazo... ¿Cuál es tu paga ...? ¿ de qué te quejás...? Llegás a la escuela más de una vez sin desayunar... y del área educativa alguna novedad... ¿ ya planificaste....? ¿tenés los proyectos...? mirá que para ayer los tenés que entregar... Caminás de a trechos sin poder avanzar... dando respuestas...que ni pudiste pensar... Pasás tu jornada entre los nenes con llanto el calor... los mosquitos... y algún otro imprevisto... Vienen de la editorial para que rápido elijas 'el mejor material' (en pocos minutos tendrás que pensar en los contenidos, intereses del niño, el nuevo diseño y el presupuesto de los papás...) ¿Cuál es tu paga...? ¿de qué te quejás...? Como buena camarera servís las meriendas y siempre estas lista para alguna 'incontinencia'... sonás las narices...y curás raspaduras... controlás las vacunas y los documentos los piojos...la cooperadora..... y el par de anteojos... bolsitas de higiene y hacer el diágnostico... a veces te piden que seas doctor que controles dietas...fiebres y reacciones... Pasás asistencia.... escribis los cuadernos de comunicaciones.... Recordás los salarios... constancias ... certificados y caras ... tenés turnos de patio... los turnos de entrada... algún comedor... y alguna 'gauchada'... De los más grandecitos (si es que tenés área) unas setenta carpetas esperan tu mirada... ¿de qué te quejás ...? ¿cuál es tu paga...? De vacaciones tenés 'tres meses' te dice la gente por donde vas... y vos sólo enero (y eternamente...) entre fiestas y apuro te podés tomar... ¿ acaso soñaste con temporada baja? lamento decirte que 'nunca será'... De las 'cuatro horas' que dicen trabajás cuando llegás a tu casa, ponete a pensar, actos escolares...nuevas estrategias, y cien fotocopias que vas a cortar ¡El tiempo te alcanza!...¿de qué te quejás?... todavía te quedan sábado y domingo para corregir las pruebas del último contenido... ¿qué tenés familia?...¿ que tenés una vida?... , es familia de docente ... también es a toda prueba... ¿qué no tenés vivienda?...¿ni planes que la comprendan? ¿pagás alquileres altos?...¿tenés préstamos y deudas?... realmente no te comprendo...¡con el sueldo de maestro!... Tu trabajo es tan seguro que si mañana cesás tendrás que empezar a rodar por cuanta escuela aparezca porque vos no tenés pre-aviso ni seguro de desempleo... Para vos no hay planes de ayuda...ni tarjetas doradas... ni ticket-canasta ...ni nada... y si tenés la suerte de encontrar otra suplencia en unos escasos tres meses podrás empezar a cobrar mientras tanto ..que te fíen...(si es que crees en milagros) los dueños del supermercado...la farmacia...el locatario... los gastos fijos e impuestos...total...¡Sos maestro!... maestro en el arte de no poder enfermarte... si esto te pasara por desgracia...además de ser criticado por tan tamaña osadía...tendrás que sufrir la agonía de un trámite eterno y frustrante...el médico que no viene la escuela que quiere el diagnóstico... un servicio que te maltrata como si fueras un delincuente... y tu angustia que te agota de tanto sentirte impotente... Pero no te quejés...sos maestro...vos elegiste enseñar... vos quisiste todo esto, que en una época fue un orgullo un sueño de quijote...¡formar hombres!... enseñarles el valor de la palabra libertad enseñarles de valores... de heroísmo ...de templanza... vos pusiste en la balanza todo lo que hay que poner... el caríño ...el esfuerzo...la fé... y aunque no te den anteojos...vos quemaste tus ojos con el polvo de la tiza y las noches de lectura para mejorar saber te quedaste medio sordo por el grito de los chicos que por cientos en recreo te regalan su sonido... y tus pobres cervicales...y tus piernas...y tus manos... pero vos...no sos humano...para vos ...¡No hay presupuesto! Vos inventás todo esto para poderte quejar... si lo que vos ganás ...son tres botellas de vino que en el almuerzo toman 'algunos'...un paseo...alguna cena... vos por tu magro sueldo tenés que aprenderte bien lo de la 'responsabilidad civil' porque al hacerte maestro casi te eligieron de 'gil'...hacete cargo de todo... lo moral.... y lo social...si el chico come o no come... si juega o si no sabe jugar... escucharás quejas...problemas y tragedias se te arrugará el alma enterándote de drogas....de abusos y de alcohol serás testigo de tantas miserias...que a veces querrás renunciar pero sos maestro ante todo...por eso...¿qué te van a pagar?... vos con todo esto en el aula presente, a pesar de todo tendrás que enseñar...y con calidad! y en última instancia será relativa la carga cultural por ahí te dirán: ¡que sea divertida...sólo hay que tratar! Bajemos el tono de la responsabilidad...es un viejo concepto.... mejor entretener...hacerlos reir...poder contener... Si los padre no pueden... vos tendrás que poder... pondrás los límites que otros no pueden... enseñarás higiene y normas de salud... Si sentís ternura o pena por un niño mejor que no lo expreses o tengas cuidado con el gesto de afecto que puedas tener no sea que alguno con intereses profanos te acuse de algo que comete él... A todo estás expuesto querido maestro llegás a tu casa abatido y sin fuerzas y para tu propia familia a veces sin respuesta y como broche de oro escuchás en la 'tele' ¡qué les pasa a los maestros!...¡qué reclaman de sueldo!.... porqué no piensan en los pobres chicos.... ¡Para vos no hay plata!...cobrás demasiado por formar personas... si...no hacés baile del caño....ni te operaste las lolas... vos sólo pensás qué podés cambiar, para que el más calladito se decida a hablar... para que el más nervioso, encuentre la calma... para que el más desnutrido, coma mañana.... y para que algún abusado encuentre la salida... Te quedás sin dormir buscando respuestas para el duro problema que te acercó ése padre.... para el chico que viene sin zapatillas ni medias en pleno invierno... ¡Pero qué atrevido!...todavía pensás en quejarte... en reclamar un salario digno y respetable... Si llegaran a darte unos pesos de más te echarán la culpa ante la sociedad de todos los aumentos que puedan pasar... La prensa y los medios juzgarán y opinarán sin haber estado nunca en tu lugar... Si querés poner pautas o marcar los límites serás un tirano o discriminarás... En la gran vidriera en que estás expuesto todos se sienten con derecho a saber más pero ahí en el aula...sólo...ante la realidad... vos y tu alma se las tendrán que ingeniar.... Y ...al margen de todo esto...no olvides capacitarte durante los siguientes 15 años... en el tiempo que te sobra...si sólo trabajás cuatro horas....en verdad son 9 (en el mejor de los hipotéticos casos por que trabajas doble turno)...otros trabajan ocho... pero los más ..¡Veinticuatro!... Y seguro me quedan unas cuantas cosas de la lista de las que hacés...pero sos maestro...¿qué querés? ¡Ah! no te olvides del día del niño y fiestas variadas que tu 'bolsillo' deberá recordar...por eso... ¿de qué te quejas...? ¿cuál es tu paga...? si cuando hace falta sacás de la manga... algún delantalun libro ... un consejo... alguna dirección útil... y palabras de consuelo... ¿de qué te quejás...? ¿qué más te pidieron...? si subiste al altar al hacerte maestro... y... los santos...no comen ... ni tienen familia...desprecian el dinero... no tienen problemas...sus nervios son de acero... ¿de qué te quejás....? ¿cuál es tu pago...? si para ser maestro, hoy se requiere... ser MAGO.
Norma Y. Régolo (humilde maestra).

sábado, 28 de marzo de 2009

Malvinas: el crimen de la guerra

Los 27 años transcurridos desde aquel 2 de abril de 1982 permiten consensuar que fue una guerra absurda, una aventura criminal, según quedó demostrado en los procesos abiertos posteriormente. Las Fuerzas Armadas, responsables primeras pero no únicas, comenzaron por entonces un acelerado proceso de búsquedas de chivos expiatorios, limitadas a defender el secreto mafioso de las acciones aberrantes y de las desapariciones de personas.
El Ejército argentino moderno nació en dos guerras infames: la de la Triple Alianza y la de la llamada “conquista del Desierto”. En los dos casos se buscó la apropiación territorial con el fin de repartir las tierras entre los dueños del poder. El ejército de las leyendas escolares, murió cuando se dejó a San Martín abandonado en Guayaquil. Nuestro Ejército se forjó en la represión de los primeros de Mayo a comienzos del siglo pasado, en la Semana Trágica; en la Patagonia Rebelde; en la matanza de los quebrachales, en los golpes de Estado; los fusilamientos de anarquistas, de obreros, en los bombardeos aéreos a los civiles en Plaza de Mayo, en Trelew, en la Triple A, y en la masacre sistemática, planificada, que comenzó el 24 de marzo de 1976, secuestrando, torturando, violando, robando bebés a sus madres en cautiverio, para después asesinarlas.
Recuerda el columnista Carlos Abel Suárez que Jorge Luís Borges decía, pocos meses después de la capitulación de las tropas argentinas, que “la de Malvinas fue una guerra entre dos calvos que se disputaban un peine”. Y agregaba: “los militares argentinos que gobiernan actualmente son ignorantes e incompetentes, y mucho más peligrosos para sus compatriotas que para el enemigo”.

Malvinas no fue improvisación

Entre 1977 y 1982, la Argentina compró armas por unos 2.000 millones de dólares; durante la guerra de Malvinas –cuando estaba vigente el bloqueo– se gastaron millones de dólares en la compra de armas a Israel, mediante una operación de triangulación con el Banco Ambrosiano, del cardenal Marzincus. No se trato de la ocurrencia de un general borracho, en la estrategia misma de la dictadura estaba desde el inicio, el conflicto territorial. Ya en 1979 se estuvo a punto de llegar al enfrentamiento bélico con Chile, lo que hubiese significado pérdidas humanas superiores a las de la guerra de Malvinas. La Central obrera intuyo los acontecimientos que se desarrollarían, anticipadas por el diario La Prensa, porque no debe dejarse de lado la consigna de Paz, Pan y Trabajo, en el paro y movilización del 30 de marzo de 1982.

La oposición

A fines de abril comenzó a circular un folleto titulado: ¿La verdad o la mística nacional? Estaba firmado por el Círculo Espacio Independiente, perteneciendo la autoría a Carlos Alberto Brocato, un intelectual de larga trayectoria en la lucha sindical. La nota, reproducida por el semanario Nueva Presencia, denunciaba que Malvinas se monto sobre tres falacias: La falacia de una soberanía nacional, que escondía la evidencia de que el pueblo había sido despojado del ejercicio soberano del poder, en tanto llamaban soberanía a una cuestión territorial. Aquellos que no se inmutaban ante el remate del patrimonio nacional y que habían llegado al poder matando y sometiendo, se constituían en intérpretes y representantes de la soberanía. Una segunda falacia se montaba en relación al colonialismo, proponiendo que se trataba de la dictadura de un país oprimido que enfrentaba a un imperio colonial, por lo que era una guerra justa y tenían todos que aliarse a los genocidas torturadores. Y la tercera falacia es que se habían agotado los tiempos de la negociación; patraña en la que entró toda la dirigencia política argentina.

Juan Carlos Ramirez

martes, 24 de marzo de 2009

Noticias

La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la sentencia a reclusión perpetua por genocidio para el represor y ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz. El máximo tribunal del país ratificó además que quienes cometen delitos de lesa humanidad deben cumplir la pena en cárcel común, independientemente de la edad del represor. Jorge Julio López, considerado el "primer desaparecido en democracia", es buscado desde hace más de dos años y las organizaciones de defensa de los derechos humanos aseguran que en el hecho están involucrados miembros de las fuerzas de seguridad que actuaron durante la dictadura. En el testimonio que ofreció en el juicio contra Etchecolatz, López identificó a éste como uno de sus torturadores cuando estuvo secuestrado durante dos años y medio por agentes del régimen militar, el cual causó la desaparición de 18.000 personas, según datos oficiales, aunque organismos humanitarios elevan esa cifra a 30.000.
Cuantificar es necesario para tener una idea de la magnitud... pero de la magnitud del dolor provocado, del dolor presente, esa, esa es inconmensurable.
Juan Carlos Ramirez

Julio Jorge López

Julio alguna vez dijo que daría su vida por la patria. Lo dijo en un asado. Se lo dijo a Martín González. Lo dijo en serio. El comentario se tomó con cierta naturalidad, después de todo los muchachos que estaban en el asado eran peronistas y eran muchachos y pensaban dar su vida por la patria. Puede ser que la conversación haya involucrado alguna reflexión sobre las circunstancias políticas aunque es más factible haya virado a algún tema trivial. Lo cierto es que Julio había dicho que daría la vida por la patria. Nadie lo notó pero yo recalco que las palabras sonaron firmes. De la cantidad de palabras que se dijeron en ese asado yo solamente transcribo ese comentario porque es el único que me sirve para desarrollar la historia.
A Julio lo secuestraron el 7 de diciembre de 1976. En esos tiempos hacían desaparecer a los jóvenes que militaban en alguna agrupación subversiva y como Julio era montonero fue capturado y conducido al CCD "La Perla" de la ciudad de La Plata. De este episodio también tomaré un solo aspecto: un comisario de apellido Etchecolatz que pocos días antes lo había torturado lo obligó a construir una serie de celdas. Es llamativo, el preso, el detenido, el desaparecido construyendo su lugar de tortura. Hay algo de esta imagen que me resulta metafórica. Cinco años después, Julio pudo recobrar su libertad. Otros no lo hicieron. Para el caso tenemos a Martín González que aun está desaparecido. Julio llegó a su casa y se reencontró con la que más tarde sería su mujer, Margarita Solim. Una lágrima cayó por el rostro curtido de la enamorada. Más de una vez ella había soñado que nunca volvería a verlo. Parecería que la gente gradúa sus emociones al momento en que vive. Ella lloraba al ver a su hombre. Al mirarlo se sentía feliz. Tomemos a las millones de mujeres que ven a sus hombres llegando a su casa, es una escena cotidiana y simple que se puede celebrar con un saludo o con un beso en la mejilla. Pero el hombre que estaba entrando había desparecido y ese regreso era más bien extraño a su destino. Desde este punto de vista el llanto es razonable.
Los años apagan el fuego. Julio fue albañil, Construyó casas, arregló piezas, levantó paredes. Margarita Solim le dio tres hijos que pronto dieron nietos. Omito detalles de lo que fue una vida común, esa no es la historia que quiero contar. La foto que recuedo muestra a Julio levantando el dedo. La gorra que tiene puesta no impide apreciar las canas de hombre mayor. Está señalando al comisario Etchecolatz porque el juez le había pedido que indique al torturador. Su testimonio es vital para el juicio. Julio no duda. Su dedo de albañil apunta al comisario que ese mismo día recibe la condena. Me pregunto si Julio pensó que podrían matarlo por aquel testimonio. Diré que sí. Diré que supo desde el primer momento que lo volverían a secuestrar. Puedo decir también que el albañil nunca dejó de ser un desaparecido y que se tomó veinticinco años para cumplir su promesa.
Julio necesitó estar en el juicio para que Etchecolatz pudiese ir preso, el resto fue reencontrar su destino. Ahora camina por una vereda de baldosas rotas. La luz de la mañana le pinta el rostro de amarillo. Sabe que no llegará a los tribunales donde el torturador recibirá la condena. Camina sereno y con los ojos abiertos, satisfecho, justificando estos veinticinco años. Gira la cabeza cuando un auto que me imagino nuevo frena de golpe. Apenas se resiste cuando lo agarran entre cuatro personas. Uno de ellos levanta la gorra que ha quedado en el piso.

Mariano Bringas


sábado, 21 de marzo de 2009

1958 - 2008

En estos días he recibido un e-mail que me pareció brillantemente cuestionador, sobre todo, para los que intentamos aportar propuestas educativas, para los que aún no hemos desistido de la Educación como Herramienta Liberadora. He respetado en la trascripción, el punto de vista del anónimo autor (lástima, me impide comunicarme, felicitarlo y enriquecerme con su ácida visión):
Escenario 1: Juan y Marcos se trompean después de clase.
Año 1958: Los compañeros los animan, Juan gana. Se dan las manos y terminan siendo compañeros en el equipo del barrio.
Año 2008: La escuela se cierra, se proclama el mes antiviolencia escolar, Crónica titula a cinco columnas el asunto y los canales de TV se apostan frente a la puerta del colegio para presentar el noticiero.
Escenario 2: Juan no se queda quieto en clase. Interrumpe y molesta a los compañeros.
Año 1958: Mandan a Juan a ver al director y éste le da una buena filípica. Vuelve a clase, se sienta en silencio y no vuelve a molestar.
Año 2008: Se le administran a Juan grandes dosis de tranquilizantes. Se transforma en un zombi. La escuela recibe una subvención por tener un discapacitado.
Escenario 3: Luís rompe el cristal de un coche en el barrio.
Año 1958: Su padre le pega un buen cachetazo. Luís tiene más cuidado la próxima vez, crece normalmente, va a la universidad y se convierte en un hombre de éxito.
Año 2008: Arrestan al padre de Luís por maltrato. Sin la figura paterna, Luís se une a una banda. La madre de Luís se enrolla con el psicólogo.
Escenario 4: José se cae mientras corría y se raspa la rodilla. Su profesora, María, lo encuentra llorando al borde de la pista y lo abraza para confortarlo.
Año 1958: Al poco rato, Juan se siente mejor y sigue corriendo.
Año 2008: María es acusada de abuso y se enfrenta a tres años de cárcel. José se pasa cinco años en terapia. Sus padres demandan al colegio por negligencia y a la profesora por trauma emocional, ganando ambos juicios. María se suicida tirándose de un edificio. Definitivamente los movileros se quedan acampando en una carpa frente al colegio.
Escenario 5: Disciplina escolar.
Año 1958: Hacías una macana en clase. el profesor te ponía en penitencia frente a la clase por una semana. Al llegar a casa tu padre te ponía en penitencia no dejándote salir a jugar por una semana.
Año 2008: Haces una macana. El profesor te pide disculpas. Tu padre te pide disculpas y te compra una moto.

No comparto la idea de un entrañable amigo, sobre que deberíamos subsidiar la exportación de licenciados en educación, pedagogos, docentes proponedores, sicólogos comprensivos y otras yerbas dañinas. Quizás porque estoy en ese grupo.
Juan Carlos Ramírez

miércoles, 18 de marzo de 2009

María Amelia dice...

Excelente la síntesis del pensamiento de la militancia educativa. Recuperemos el amor por la escuela y el ansia de aprender para nuestros niños y jóvenes... desde Ezeiza....María Amelia

jueves, 5 de marzo de 2009

Militantes de la Educación (o la Educación siempre)

Operadores tendenciosos y cansinas mentes, expresan y consienten que el alto grado de desarrollo económico y social de la primera mitad del pasado siglo, se debió al "uso extensivo y liberal" de la tierra para las actividades agrícolas ganaderas; ergo, nuestros pesares actuales se deben a las retenciones sojeras y a los ecologistas. Sin embargo, no es difícil comprender que la abundancia de lo deseado en el momento apropiado, no genera riqueza por si solo. Basta recordar la generosidad de la plata potosina, el guano peruano, o el demandado cobre chileno y, observar el escaso desarrollo de nuestra latinoamérica pese a la explotación extensiva y liberal de los mencionados recursos naturales.
Ayer
Nuestro país se convirtió en objeto curioso de análisis por el alto grado de preparación de nuestros universitarios y la formación de una estructura social que demandaba estudios para sus hijos. El sistema de instrucción pública obligatoria y gratuita, la no superada Ley 1420, creó generaciones alfabetas que le dieron una base y un sentido a nuestra nación, tal como afirma el historiador Juan Carlos Nicolau. Hoy, no existe licenciado en ciencias de la educación que no alborote con la problemática de la diversidad, como si nuestro país no hubiese sabido cómo superarla transformando aluviones inmigratorios en patriotas ciudadanos. Se escandalizan los medios cuando descubren que los niños, adolescentes, jóvenes y más de un adulto, no conocen historia argentina básica, olvidándose que no es la primera vez que habitantes de nuestro suelo no conocen siquiera los colores de la bandera o su significado. Solo tenemos que emular a las generaciones anteriores. Hace 2500 años, el filósofo Protágoras concluyó en que el hombre es la medida de todas las cosas, por lo que no conlleva esfuerzo comprender que la economía solo existe en función del hombre en sociedad; es el hombre el que demanda y piensa en cómo satisfacerse. Eso es lo que enseñaron los políticos y docentes que comenzaron a marcar a la sociedad hace ya un siglo: enseñaron a pensar y a viabilizar una sociedad más equitativa. La sociedad aluvionada se amalgamó, la economía como ciencia de lo escaso se hizo más justa y la sociedad se organizó con una creciente fe en el futuro dado la revolución que se puso en marcha gracias al esfuerzo del trabajo y la promoción social que posibilitaba el estudio. Por supuesto que no pudieron escapar a xenofobias, a una década infame, a revoluciones que terminaban con las “tiranías” de aquellos que procuraban satisfacer las demandas populares mientras creaban condiciones para que los hijos de los obreros se convirtieran también en universitarios. Hubo, claro, muchas caídas... que confirmaron que siempre podemos volver a ponernos de pié.
Hoy
Hoy nos está faltando la política de estado que pretenda fortalecer las estructuras de la cultura. No nos servirá realizar “distribuciones de riqueza” si no van acompañadas de levantar escuelas primarias y secundarias, de valorar los esfuerzos material y moralmente, de trabajar con más eficiencia, de terminar con la política del resolvamos "siempre y sólo lo de hoy", sin reparar para el mañana. Sostiene el profesor B. Mc Gettrick (BBC), que una sociedad donde la dignidad del ciudadano introduce en cada situación la posibilidad de aprender es una sociedad virtuosa y que cualquier sociedad que reduzca esa dignidad es una sociedad abusiva. No continuar tenazmente el esfuerzo de educar y de instruir, nos reduce a una sociedad abusiva que “no enseña a pescar”.
Siempre
Pongámonos de pié todas las veces que tropecemos. En los últimos tiempos no le hemos encontrado la vuelta pero no desconocemos que la escuela debe volver a ser el lugar de inicio de la liberación social de lo humano. A principios del S XVII, Comenius se propuso desarrollar una pedagogía infantil con el objeto de encontrar la solución a los dramas de su tiempo. Supo que el camino era lograr en los niños, razonamientos justos; un niño escolarizado, inevitablemente devendría en un hombre de buena voluntad. Reclamo que se erigieran escuelas, gimnasios, academias; dio instrucciones para que los establecimientos fueran confortables, se les cuidara la salud y que no importara su origen. El humanismo de Comenius descubrió la pedagogía, estableciendo principios como el tener que empezar a trabajar temprano antes que el espíritu sea corrompido, ir de lo general a lo particular y de lo fácil a lo difícil, hacer los trabajos escolares menos pesados para todos, avanzar lentamente en todo orden de cosas, permitir al espíritu que haga lo que desee por sí mismo en función de su edad y su método, empezar a darle sentido a todas las cosas y mostrar su utilidad inmediata.
Si erigimos escuelas, les ponemos vidrios y estufas, si volvemos a Protágoras y al humanismo como forma de vida, si volvemos la mirada con el afán de aprender cómo lo hicieron Sarmiento y el maestro Luis F. Iglesias, seguramente encontraremos que los militantes de la educación se multiplican y logremos otra vez, caminar hacia la felicidad.

Juan Carlos Ramirez.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Raquel dijo ...

.... me sedujeron totalmente las palabras de su perfil, tanto que me las apropio internamente : "Soy tan literalmente socrático como irresponsablemente sartreano."

Los jueces de la delincuencia

El pasado viernes, el diario La Nación nos informaba sobre un nuevo caso de control de la sociedad, a manos de delincuentes liberados con tal fin. Con la seguridad que le brinda la inmunidad legalizada, un juez autorizó a un asaltante de 17 años a concurrir a la escuela. El joven, que se habría mostrado preocupado por perder días de clases del 9no. año que cursa, esta preso por participar en un violento asalto el pasado 4 de septiembre. Tras reducir a una familia junto con un cómplice, golpearon a los dueños, arrojaron a uno de ellos por las escaleras y jugaron a la ruleta rusa con los rehenes. La fiscal general sostuvo que las víctimas tenían miedo de que los acusados quedaran en libertad, dado que el menor liberado le indicó en reiteradas oportunidades a su compañero: "disparales que nos vieron, nos van a reconocer".
No imaginamos la tranquilidad llevada a los padres de sus compañeros de estudios, cuando asegura el juez que a medida que el delincuente "vaya comprendiendo las normas", podría acceder a "otro tipo de beneficios”. Tiene razón el juez en autorizar su reinserción escolar, allí donde no se le pudo inculcar que robar o golpear a los mayores no es legal. Pensamos en la ridícula posición en que coloca a los preceptores, encargados de que las rutinas escolares se desenvuelvan en un orden favorecedor de urbanidad y de respeto a sus mayores docentes y auxiliares; siempre van a contar con poder aplicar la ejemplar sanción de dejarlo “sin recreos”, salvo que un juez o inspectora dispongan que no se puede “castigar” así a un niño de 17 años.
Vivimos tiempos de la legitimación cotidiana de otrora delitos o actos reñidos con la convivencia. Ministros que despenalizan la droga, alumnos que impiden que sus compañeros reciban conocimientos, políticos que utilizan a los pobres para que tengan miedo los que se resisten a empezar a serlo. Se presupone que el victimario es tan víctima como su víctima (ex Ministro de Seguridad León Arlasnian), lo cual es un interesante ejercicio teórico. Claro que como recuerda el docente Miguel Corsi: "En teoría, no hay diferencia entre teoría y practica, pero en la practica si". La escuela actual no tiene los mecanismos adecuados para los que han optado por intentar matar o matar a los que se interponen entre sus deseos y la realidad que se los niega. Parece ir en aumento el número de jueces, que disponen de la protección de custodias armados que les paga la sociedad a la que ellos desprotegen, que entienden que las penalizaciones son inadecuadas. La cuestión es que están discriminando, pretenden garantizar los derechos humanos a quienes, evidentemente, les niegan la condición de tales. El educador Corsi sostiene que una de las características del ser humano, es su capacidad de discernir y obrar en consecuencia. Si se comete un acto delictivo se debe pagar en proporción a la ofensa cometida, porque como sostuvo el filósofo J. P. Sartre, el individuo, en cuanto hombre libre, debe ser responsable de sus actos frente a la sociedad.
El epistemólogo Mario Bunge sostiene que urge una declaración de Deberes y Derechos Humanos. Un término sólo adquiere significado en presencia del otro; se trata de opuestos complementarios, no de opuestos enemigos. Si a los jóvenes no se les respeta el derecho y el deber de ser responsable, ¿qué sociedad conformarán en su adultez?
Afirma el filósofo Sergio Sinay en Elogio de la responsabilidad, que las sociedades no nacen de repollos ni son improntas de un instante, se forjan en el tiempo con la responsabilidad asumida o no de sus integrantes. La sociedad del futuro la forjan los padres, los funcionarios educativos, los adultos de hoy, los jueces, y el sentido de responsabilidad que les inculquemos a los chicos HOY.

Juan Carlos Ramirez

domingo, 19 de octubre de 2008

Bini dijo ....

Estoy disfrutando del Blog y como no puedo sustraerme a brindárselos a mis lectores de El Morueco Terenciano, aunque sea parcialmente te pido me permitas publicar algo: El estudio de la Sra. López de Militeli. Los artículos no tienen desperdicio.

Bini Peñuelas. El Morueco Terenciano

domingo, 12 de octubre de 2008

La Clase Media, Los Medios, y el lugar del Medio

Hace unos días, tuve la oportunidad de asistir a un seminario del que participaban como panelistas: periodistas, intelectuales y otras personas del mundo de la cultura. En un momento, ante la educada pregunta de un asistente a los panelistas refiriéndose a “los medios” y “el discurso”, un periodista, referente reconocido de aquellos, saltó a la defensiva, como si hubiese sido atacado. La emprendió justificando y queriendo explicar que esto de “los medios” no existe, que es una creación del gobierno, etc. etc. A pesar de ello, sabemos del poder formador de opiniones de “los medios” a los que vamos a definir como los grupos de poder, grandes corporaciones, que detentan la información a través de la propiedad de canales de televisión, diarios, revistas y señales de radio. (Dejaremos a salvo de estos comentarios a los pequeños medios de difusión, generalmente locales y que son dirigidos, trabajados, difundidos y comercializados podríamos decir por “sus propios dueños”. Pequeños periódicos, radios FM, boletines y revistas que con mucho sacrificio permiten la expresión libre de ideas y nacen justamente de la necesidad de su difusión).
La palabra MEDIO, me refiere al lugar del medio. Para muchos sería el lugar del equilibrio, de la no desmesura, de la equidad, de la visión equitativa, de la justicia... Sin embargo, no se puede ser medio inteligente, medio honesto, medio ético, medio trabajador, y sí podemos pensar en que se puede ser medio tonto, medio vago o medio tránsfuga. También me remite a CLASE MEDIA. ¿Qué es la clase media? Considero que tampoco se puede ser medio rico o medio pobre. O tal vez el pobre prefiera llamarse Clase Media para no asumirse como pobre. Y los ricos prefieran hablar de Clase Media para acallar sus conciencias si las tienen. Prefiero pensar en la clase media más como clase trabajadora, esto es, el amplísimo sector de la sociedad que trabaja, gana su sustento con su propio trabajo, y no puede subsistir sin él. Este sector mayoritariamente asalariado o cuenta propista que reúne a empleados, artesanos, profesionales y comerciantes. Claro, para algunos sonará mejor al oído el término clase media que asalariado, o trabajador, así de chic.
Arturo Jauretche hace una exquisita descripción de la Clase Media Argentina en su libro “El medio pelo en la Sociedad Argentina”, (cuya lectura recomiendo). Medio Pelo, ni largo ni corto. Quiere pero no puede. Aparenta pero no es. Habla y siente como si fuera, y aún apoya y vota a quienes le jugarán en contra, en contra de sus intereses, ya que la Clase media es un pobre venido a más, o un descendiente de ricos venido a menos, pero que difícilmente llegará a ser rico. Justamente, “los medios” entran en los hogares de estos otros medios: “Clase media” a través de las ventanas abiertas de sus televisores y radios. Los grandes medios detentan y manipulan la información que inyectarán en la casa de los otros medios, los de la clase media. Y allí obtendremos lo que los mismos medios llaman “la opinión pública”, y las “encuestas de opinión”. Los medios o mejor dicho los empleados de los medios, son pagados por grupos económicos que velan por sus propios intereses, que justamente no son los mismos intereses de los receptores de la información. Los empleados de los medios no son precisamente libre pensadores. En la mayoría de los casos piensan por lo que les pagan o en otros callan lo que no conviene a su patrón.
Asistimos a seudo periodistas que en realidad son “opinadores”, que recortan las noticias e interpretan los hechos para sus oyentes, lectores o televidentes. Éstos consumen el producto como a una ostia, religiosamente, como una cuestión de fe. Una ostia bien masticada, y contagiada con el ADN del emisor. Y así, los televidentes, oyentes, y lectores pasan a ser consumidores, compradores compulsivos, de mercaderías o de ideas, y las toman como si fuesen sus propias ideas, convencidos de que fueron ellos mismos quienes las pensaron. Hoy en los ámbitos familiares o laborales generalmente no se discuten ideas, se repiten los slogan escuchados sin desmenuzar su contenido. La realidad se ve en la tele. Se mira la tele mientras se cena, se escucha la radio mientras se desayuna, se comenta el fútbol. La mayoría brindará detallado relato del último escupitajo que una seudo bailarina mediática le estampó a alguien más, ya que lo vio en vivo y en directo, y además el hecho fue debidamente repetido y comentado en cada programa de chimentos, espectáculos, actualidad, noticiero y etcétera que se precie Será centro de la conversación el tamaño de la anatomía de la escupidora a la que ya referimos, pero ideas..... Ciertamente, estarán ausentes.... No existe la lucha de clases para la Clase Media. No tiene identidad propia, ya que pretende lo que no es. Su lugar no es un lugar deseado ni por los ricos ni por los pobres, quienes prefieren soñarse ricos. El lugar del medio (el de la clase media) pasa a ser así el lugar de la indiferencia. Y este ejército de soledades, que no se identifica con sus pares, emite opiniones que no son realmente suyas. Critica y opina sin poder ahondar en criterios, sin saber demasiado de qué se trata.
El lugar del medio es como el jamón del sándwich, el sándwich no existe sin el jamón, pero el jamón no lo sabe. El pan le hace creer que está a su lado, que lo acompaña, que no lo va a defraudar. Lástima que si el jamón no advierte su propia identidad, sus posibilidades, su gran capacidad dormida, su destino será el de ser devorado.

Por: María Amelia López de Militelli

Restaurar la asimetría

La escuela ha dejado de ser el lugar en donde se aprende; se ha convertido en una prolongación de la calle, del hogar, de los lugares de esparcimiento (la cancha, la plaza, la discoteca); los alumnos parecen no diferenciar el estar dentro y fuera de ella. La heterogeneidad de esas conductas se traduce en violencia verbal, psicológica y física, que afecta a docentes y alumnos, en tanto cada uno de esos actores sociales puede llegar a ser indistintamente, víctimas y victimarios, sin solución de continuidad.
Todas las situaciones de indisciplina tienen como protagonistas a los alumnos, a los docentes y a las familias y si bien los bajos niveles de convivencia vienen dados por diferentes cuestiones, los educadores destacan especialmente el rol de las familias, como las más negativas. Las salidas de las escuelas, a menudo se convierten en campos de batalla, y por múltiples razones los adultos ya no intervenimos para separarlos. Los padres apoyan las actitudes guerreras de sus hijos para que “no se deje pisotear” y es probable que se vuelvan, padres e hijos, en contra de quien pretenda separarlos, y ello sin contar que si los contendientes son mujeres o mixturas, el problema es mayor porque el adulto puede ser considerado un “degenerado” si toca a las “nenas” en conflicto. La violencia escolar tipo bullying (entre pares) merece toda la atención y todos los proyectos encaminados a erradicarla, serán siempre insuficientes. Sin embargo, es la conflictividad en el aula, la violencia “de baja intensidad”, la que resulta mucho más perjudicial para el sistema y para la convivencia.
Algunos alumnos presentan problemas serios de comportamiento, son groseros y desconsiderados, sin justificación alguna. En numerosos casos, los docentes incitan a la proliferación de esas conductas por su ausencia del aula, y no me refiere únicamente a la física, sino a la del desinterés nacido de la indolencia propia y de las autoridades de la institución. Basta con ver como se repite el caso de alumnos que comen en clases, escuchan música en su MP3 o celular, como interrumpen las clases llamando en voz alta a algún compañero, haciendo comentarios inoportunos a voz en grito, o levantándose de su sitio sin permiso.
La casi total ausencia de autoridad ha traído como consecuencia que algunos docentes llegan a sentir angustia previo al ingreso a determinadas aulas (nótese el aumento de maestras que prefieren ser secretarias o preceptoras, que no resisten la idea de retornar a las aulas). Los innumerables comportamientos disruptivos que varios alumnos presentan durante las clases han provocado casos extremos, con docentes que llegan a sufrir la total destrucción de su identidad profesional. Consideremos el caso de la profesora “autista”, que no se enteró de que la estaban filmando, que tenía estudiantes detrás suyo, que le prendieron fuego a su cabello, ni que le habían puesto un preservativo en la cabeza, etc., etc.
Una posible explicación a todo lo relacionado con la indisciplina podría estar en el fracaso de la llamada Escuela Comprensiva, la que parte de la idea de que puede “aprenderse” sin esfuerzo… de forma lúdica. La Pedagoga sueca Inger Enkvist, explica que se basa en una filosofía educativa que casi absolutiza al niño o adolescente, considerando a los alumnos dotados de una autonomía intocable y que no se puede hacer nada que la enturbie. Hemos cambiado de una visión en la que la familia tenía que adaptarse a lo escolar y cualquier conflicto se dirimía en favor de la escuela, a una visión en que suponemos que una escuela es buena, cuando la población está satisfecha del servicio que recibe. Hemos transformado a los alumnos, en clientes. La falta actual de autoridad del docente frente al aula es, según el ministro de Educación porteño Mariano Narodowski, consecuencia de las políticas educativas de los últimos años que mientras desautorizaron la palabra del adulto, afirmaba la confusión entre autoridad y autoritarismo. Se creo una equivalencia entre adultos y niños, entre escuelas y familias, entre docentes y alumnos. Esa equivalencia sólo permite la negociación y en ella va desapareciendo la imagen y el rol del educador.
Educar es siempre una relación asimétrica, que no tiene que ser dominio o sumisión pero tiene que conservar la asimetría. Los adultos tienen que consensuar cuáles son los "no" que permiten convivir en sociedad. Claro que, como sostiene Mario Zerbino, psicólogo y docente investigador de la UBA, las diferentes modalidades de expresión de la violencia requieren distintos tratamientos y que, antes de cuestionar a los jóvenes, los adultos deberíamos saber "en nombre de qué se les está pidiendo a ellos que se porten bien".

Juan Carlos Ramirez

domingo, 5 de octubre de 2008

La escuela domada

A quienes sobrellevan su existencia carentes de condiciones materiales básicas, no los alivia el contar con el eterno reconocimiento de ser la deuda pendiente de la política. Nuestras desigualdades sociales han modificado valores, códigos éticos y desestructurado familias. Las instituciones escolares, insertas indisolublemente en la realidad social, tienen problemas para realizar eficazmente su función. La escuela hoy se adapta, no impone criterios porque la sociedad le ha restado legitimidad o porque esta pasa por otros ámbitos. Los entornos socioeconómicos actúan sobre las propuestas educativas, condicionando fuertemente a los ámbitos escolares por la pobreza y su incidencia en la salud, alimentación y atención del niño. Su comprensión nos permite acceder a las primeras explicaciones sobre las diferencias en el acceso, permanencia y resultado de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Pero las explicaciones no deben conducirnos a proyecciones deterministas, sino a comprender el medio, el sujeto y las limitaciones propias del docente, para construir a partir de la realidad.
Es un concepto socialmente compartido sostener que la escuela tiene como función especifica, diseñar e instrumentar actividades educativas. Sin embargo, no es la única función que la sociedad le otorga a la escuela hoy. Se le exige que atienda los problemas de una alimentación inadecuada, facilite los medios para colaborar en la vestimenta de los niños, detecte problemas de salud, contenga afectivamente, mantenga a los chicos fuera de las calles el mayor tiempo posible, enseñe valores, dinamice la participación de las comunidades, capacite a sus docentes y además, enseñe procedimientos y contenidos conceptuales. Lejos esta la escuela de hoy, de limitarse a las definiciones que nos brindan los diccionarios: “Establecimiento público donde se da la primera enseñanza.”
¿Qué podremos hacer? ¿Es necesario contextualizar la enseñanza, elaborando proyectos para cada particularidad? En cuanto la relación docentes y alumnos: ¿Hay que privilegiar al grupo o al individuo? Tendremos que “aprender a discernir las oportunidades no realizadas que duermen en los repliegues del presente.” (Gorz, A.; Miserias del presente, riqueza de lo posible). Los alumnos nos hablan de lo que pasa en nuestras instituciones aunque el lenguaje adopte forma de estadística: Chicos grandes en los grados, repitencia, deserción. Es posible que muchos debates sobre las Necesidades Humanas Fundamentales, conlleven la falta de comprensión empírica del tema, reconocer que estamos tratando sobre situaciones familiares concretas.
La adolescencia de los pobres es de carácter más vulnerables que las de los demás grupos sociales. El trato social se regla de acuerdo a su mayor o menor grado de inclusión social. Sus carencias y desventajas juveniles pueden transformarse en privaciones y desventajas definitivas. Un “adolescente vulnerable es un firme candidato a ser un adulto excluido” (Kessler, G.; Adolescencia, pobreza, ciudadanía y exclusión). Debemos construir desde la escuela los espacios sociales que potencien el crecimiento social, emocional y escolar de los niños, sin dejar de contemplar las posibilidades reales de la familia. Hacer de la escuela “un ámbito que debe compensar las diferencias de origen ya que de lo contrario desiguala por los diversos puntos de partida en los que se encuentran ubicados los niños de diferentes grupos sociales” (Redondo, P. y Thisted, S.; Las escuelas primarias “en los márgenes”).
Juan Carlos Ramirez

Comentarios

Mirta dijo...
Es interesante lo que escribís Juan, sòlo que tiene muchos recortes. Yo tomo el que corresponde a la educación y los educadores. Los efectos que se le asignan a los adolescentes, también lo padecen los docentes. La vulnerabilidad no es un signo de este tiempo, pero sí la forma en que cada uno necesita hacer público su malestar. Los videos, blogs, diarios, y otros, son un complemento a las histéricas manifestaciones de lo que sucede dentro de un aula, en la puerta de la escuela, en el patio de la escuela, en los EOE, en las direcciones. Todos quieren ser comprendidos en SU lógica, y aceptados sin confrontación. Si algo estamos aún elaborando es la discusión, la exposición de ideas y la profundidad del pensamiento compartido. Y lo estamos recuperando después de 30000 muertos. Nada menos.

Comentarios

Anónimo dijo...
"Los hombres somos todos iguales de sabios, nada más que cada uno cuenta con conocimientos distintos y su manera de ver el mundo".

sábado, 13 de septiembre de 2008

Ser protagonistas

Con preocupación vemos que muchos de nuestros alumnos han sido despojados del espíritu curioso y dinámico, tan esencial en un estudiante. No nos olvidamos que hay padres que están desocupados desde hace varios años y que la consecuencia es que los jóvenes no tienen expectativas de futuro. Son vulnerables a la drogadicción, alcoholismo, delincuencia, a la depresión; son proclives a "que me importa" o al "no me interesa". Toda una catástrofe social de la que únicamente podemos salir juntos.
Para superar esta encrucijada debemos recuperar nuestro sentido de Comunidad. Juntos, padres, municipio, docentes, hemos superado desafíos... Juntos evitaremos que la tendencia a la falta de normas y de valores, nos robe el futuro de nuestros alumnos, nuestros hijos. La ampliación de la cultura, la introducción al conocimiento científico y el dominio de la tecnología, contribuirán a la construcción de un nuevo modelo de país. Para ello necesitamos que los alumnos acudan a la escuela para aprender con el apoyo de sus padres, quienes deben volver a ser soporte, control y colaboración para ayudarnos a ser mejores maestros y profesores. Debemos recuperar a la escuela como transformadora de la sociedad. De todos nosotros depende, tenemos que ser concienzudamente protagonistas.
Sin sólida base educativa no puede existir identidad nacional, es necesario educar con sentido nacional y regional para recuperar nuestras identidades. En las páginas de los periódicos locales notamos la activa participación de vecinos advirtiendo, realizando o agradeciendo. Este espíritu comunitario debe ser reconocido y ampliado. Lo necesitamos si queremos construir una sociedad diferente con normas ordenadoras. No desde el autoritarismo aniquilador de lo diferente, tampoco desde el desinterés por el proceso social que nos condujo hasta nuestro presente. Deberíamos valorar y potenciar a nuestros hacedores locales, integrarnos a las cooperadoras escolares o a las diferentes instituciones que trabajan para ir en busca de la concreción de nuestras nuevas utopías. Narraba Juan de Salisbury (alrededor del año 1.130) que los contemporáneos somos "enanitos encaramados sobre los hombros de gigantes", afirmando que "veíamos más y más lejos que nuestros predecesores, no porque tuviéramos más aguda visión o mayor altura, sino porque las gigantescas proporciones de aquéllos nos elevan y sostienen." Tenía en claro que por el pasado había que tener respeto porque gracia a él teníamos la posibilidad de alcanzar un horizonte cognoscitivo más vasto. Los gigantes mencionados se encuentran constantemente a nuestra disposición, solo tenemos que acercarnos a nuestras escuelas, a las bibliotecas, al Museo de Historia Regional o a la Junta de Estudios Históricos del Distrito Ezeiza.
Tocamos hoy un tema de nuestra contemporaneidad porque toda historia es presente cuando la pensamos. Destacamos la necesidad de actuar juntos porque así nos construimos como Nación. Llamamos a pensar la historia nacional desde lo regional porque aquí vivimos.

Juan Carlos RAMIREZ

domingo, 31 de agosto de 2008

Ética, Convicción, y Educación

No existe educación humanista y pluralista que pueda renunciar a transmitir sobre el sentido y el método de la valoración moral de comportamiento. Los educadores no son meros instructores como pretendió el reciente neoliberalismo, participan en la construcción de personalidades, de aptitudes, con la exposición de su propio cuerpo y conducta. No sólo indican “hacia dónde” debemos ir como sociedad sino que enseñan los “valores guía” porque son indubitablemente, modelos de identificación temprana.
Enseñar es un hacer cotidiano y en toda cotidianidad se incluye lo público y/o privado. Todos nos manejamos con un cierto equipo incorporado de valores que nos ayudan a resolver las prácticas cotidianas. Los docentes sabemos que los alumnos no nos exigen, demasiados padres están ausentes, podemos señalar que no aprenden debido a las malas bases que le dieron en la secundaria, primaria o jardín de infantes y no forzaríamos demasiado la realidad escudándonos en las circunstancias disculpadoras de Ortega y Gasset, pero ¿Sería ético nuestro proceder?
Ética y Educación
Entendemos por ética al empeño que cada uno de nosotros ponemos para darle sentido a nuestra libertad, con toda la carga que le imponía Jean Paúl Sartre y considerando que ninguna persona éticamente consciente se pasa la vida exigiendo a los demás lo que él no cumple. No escapa a la relación entre la libertad y la responsabilidad, y es nuestra responsabilidad “preparar” las clases atendiendo la diversidad, hacer cumplir los acuerdos a la totalidad aunque ello nos torne en impopular. Exigir a los alumnos que se adapten a las normas de convivencia social, esto es: enseñar conductas de adaptación, exige docentes que respeten el horario escolar, trato respetuoso, conocimiento y cumplimiento de normas. Si queremos radicar la pretendida falta de responsabilidad de nuestros jóvenes debemos considerar en qué alteramos el Contrato Educativo. Es imposible acordar si no le otorgamos “valor” a las palabras, a los compromisos asumidos. Después de todo, ética es el arte de orientar la acción (no de desentenderse de ella), sosteniendo acuerdos institucionales, cumpliendo con nuestro trabajo, exigiendo nuestros derechos.
Convicción y Educación
Sostiene el filósofo F. Savater que ética es la preocupación por hacer el bien, no por quedar bien. Hay que aceptar que nos tilden de malos si nuestras convicciones (del latín vencer) chocan con entornos no favorables. Debemos acudir a nuestras convicciones porque ellas nos permiten resistir la presión, porque instalan límites no negociables. Si estamos convencidos de nuestro rol docente, la educación transformará al mundo y los alumnos incorporaran valores que beneficiaran al conjunto social.
No deberíamos olvidarnos de la norma de I. Kant: “Debemos obrar de modo tal que podamos querer que la máxima de nuestra acción se convierta en ley universal”.

Juan Carlos Ramírez

sábado, 23 de agosto de 2008

Superarnos II

La lectura de los periódicos nos marca claramente que nuestras políticas educativas son impotentes, pero ello no implica que debamos regresar a la escuela omnipotente pues estaríamos buscando soluciones falsas. No es disimulando las falencias como modificamos el presente, lo conseguimos si nos hacemos cargo de él asumiendo nuestros deberes ciudadanos.
Como papás, debemos hacernos cargo de nuestros hijos, asumirnos como adultos. En los noventa muchos renegaron de su edad biológica, por vía de la tecnología los más pudientes, por medio de dejarse crecer el pelo y usar colitas y aritos los menos favorecidos económicamente; en la actualidad aquella impostura se trasladó a considerarse “amigo de sus hijos” para no asumir su papel como papás, buscando quizás evitar nuevas frustraciones.
De esta manera, tenemos comunidades educativas donde los docentes tienen miedo de las represalias de los padres de sus alumnos, si no los aprueban. Adultos que se comportan como niños y que patotean junto a sus hijos a los educadores, quienes intentan brindar normas que los jefes de familia no pueden imponer. Chicos que concurren a clases con caros celulares que les compran sus papás, quienes alegan no tener dinero para sostener la cuota de la cooperadora escolar.
Probablemente si los adultos comenzamos a recomponer el tejido social destacando la solidaridad como herramienta, valorando y potenciando a nuestros educadores, integrándonos a las cooperadoras escolares o a las instituciones que trabajan para la comunidad, estaremos acertando el camino para ir en busca de nuevas utopías.
Los docentes, en tanto, deberíamos ser militantes de la educación, generar climas educativos, buscar reunirnos con quienes quieren capacitarnos y ser capacitados. Tenemos conciencia de lo errático y de incluso de la ausencia de políticas estatales, pero también tenemos el ejemplo de nuestros desprotegidos educadores. Los docentes no trasmiten saberes enciclopédicos como objeto de uso y de consumo, participan de la estructuración de la personalidad de sus alumnos, forman humanísticamente. El Maestro Fortunato Iglesias marcó desde nuestra región hacia toda Latinoamérica, que lo revolucionario es la Ética del Compromiso. Nuestros maestros, con su labor educativa cotidiana, nos señalan ese camino.
Jean P. Sartre sostenía que el ser humano está “condenado a ser libre”, por lo que sería saludable asumir la rebeldía de no aceptar el destino que nos prefijaron y dejar de ampararnos en las circunstancias disculpadoras de Ortega y Gasset. Presionemos a la dirigencia social para que se asuma como tal y provoque los cambios deseados. Superemos nuestro presente, construyamos un mejor futuro.

Por: Juan Carlos Ramírez

sábado, 16 de agosto de 2008

Superarnos

Las ideas socialmente dominantes en la pasada década tendieron a hacernos creer que por tener relaciones carnales con un imperio, nuestro país se transformaría en imperialista y pasaría a integrar el ansiado Primer Mundo. En tanto, se llevaban adelante brutales transferencias de ingresos que empobrecieron materialmente nuestras vidas a la par que nos agotaron espiritualmente. Entre las políticas empleadas con tal fin se utilizaron el anular las utopías, se cancelaron las esperanzas, se engañó a los jóvenes haciéndoles creer que no era posible cambiar nuestro sino y hoy están convencidos que ni el trabajo es el camino, ni los estudios son las herramientas.
La Escuela, como institución, sirve tanto para reproducir las condiciones sociales de la sociedad en un por venir, como para transformarla. Hoy clamamos por retomar valores que desde el Estado no hemos enseñado, que los jefes de familia han abandonado y en el que los jóvenes, no creen.
Nostalgiosos del pasado, adhieren a la leyenda que encuentra Dorothy en la entrada del castillo de la bruja en El Mago de Oz: “Yo que tú, desandaba lo andado”. Parece lógico que si éste camino no nos conduce a lo ansiado por la sociedad, volvamos sobre nuestros pasos. Nuestros políticos parecen jugar con esta idea y nos prepararon cambios mágicos. Éstos consistieron en cambiarle el nombre al 3er. Ciclo de la E.G.B. y pasar a denominarlo E. S. B.; luego, como no surtió efecto lo redujeron a Escuela Secundaria, esperando seguramente que igual nombre conduzca a iguales resultados.
Tanto el filósofo alemán Johann C. Schiller como J. G. Fichte, dejaron sentado hace doscientos años que en el presente convergen las líneas del desarrollo histórico y que toda época es encarnación concreta de una idea. Estas pueden ser pautas para pensar y encauzar nuestro tiempo. No podemos volver hacia atrás y reproducir las condiciones sociales del pasado; la vida no es un laboratorio ni la historia es cíclica, es dialéctica.
Parece que estamos decididos a retomar caminos que parecieron adecuados para otra sociedad que transito el mismo espacio pero no nuestro tiempo. Nuestro presente nos exige dejar de sufrir melancolías por aquel “pasado glorioso”, por cosas que quizás, no nos sucedieron; y empezar a superarnos.

Por: Juan Carlos Ramírez

sábado, 19 de julio de 2008

El rol de los intelectuales


En una nota del periódico La Palabra de Ezeiza, se traía a colación que: " Con preocupación vemos que muchos de nuestros alumnos han sido despojados del espíritu curioso y dinámico, tan esencial en un estudiante." Adherimos a la preocupación y nos hacemos eco de la necesidad de una sólida base educativa.
Desde medios y funciones distintos, lo más variado de nuestra intelectualidad ha expresado su preocupación tanto por nuestras políticas educativas como por nuestro estado social. Es interesante la suma de diagnósticos incluso coincidentes en muchos aspectos a pesar de los diferentes marcos ideológicos en que fueron pensados. Pese a ello, no asoman planificaciones que nos permitan modificar nuestro presente.
Desde que el "Rodrigazo" de aquel peronismo y el posterior golpe militar de 1.976, nos pusiera en el camino donde las utopías fueron reprimidas a un costo de 30 mil desaparecidos, no encontramos la puerta de salida de esta crisis social. Desde que aceptamos que se hayan incorporados a nuestra cotidianidad un número incontable de conciudadanos despojados crecientes de toda dignidad, sin que ello frene la brutal concentración de riqueza, no podemos decir que "por algo sera" o el "yo no sabía".
No puede causarnos extrañeza que con millones de padres no ocupados desde hace varios años, los jóvenes no tengan expectativas de futuro y que se hallen vulnerables a la drogadicción, alcoholismo, delincuencia y a la depresión. Sus banderas han dejado de ser el interés por el bienestar del prójimo y sólo se dejan morir, a veces matando.
Por supuesto que existen otros jóvenes que saben que vivir es algo más que la esperanza de un plan trabajar o de un puesto con remuneraciones que les posibiliten ir tirando. Pero la sensación es que han sido sobrepasados por el "no me importa", el "no me interesa". Toda una catástrofe social de la que únicamente podemos salir juntos; y este es el punto del que todos somos responsables.
No podemos modificar la historia que nos condujo hasta aquí. Eric Hobsbawm sostiene que “no sabemos a dónde vamos, sino tan solo que la historia nos ha llevado hasta este punto”. Si bien es parcialmente cierto, no es adhiriéndonos a la teoría del caos en donde hallaremos la salida. Einsten podía esperar el futuro confiado, su creencia en que "Dios no juega a los dados con el universo" lo hacia posible; pero que hay con el resto de los mortales. No nos es posible esperar que la clase dirigente implemente por sí, ideas relativas a un cambio dado que siempre se van preocupar “más por su equilibrio que por su transformación”, como afirma Alain Touraine.
Lewis Carroll escribió en su "Alicia en el País de las maravillas": “El salón estaba lleno de puertas, pero todas se hallaban cerradas, y después que Alicia fue a un lado primero, y al otro después, forcejeando en todas, se dirigió tristemente hacia el centro, preguntándose cómo haría para salir de nuevo.” Esta es nuestra encrucijada, debemos encontrar una apertura ya. No limitarnos a pensar en por qué están cerradas, debemos pensar en cómo haremos para salir, cómo nos abrimos caminos. Y el camino se hace andando.
Quienes quieran recuperar la esperanza social deben trabajar para ello. Incluso el cristianismo sostiene aquello de que: "A Dios rezando y con el mazo dando". No somos juguetes del destino, somos actores sociales y como tal, responsables de nuestro presente. Si queremos que nuestra juventud supere la apatía y la sociedad recupere o acceda al interés por vivir, debemos ejercer nuestros derechos ciudadanos. Pero también ser responsables de la parte que nos toca y no permitir que nuestra educación siga relegada a la contención y al asistencialismo. Dejar de regalar los pescados para enseñar a pescar, y a pensar cómo lo haremos mejor. Y ese es el camino para consolidar una sólida base educativa.
Hace casi 900 años, Juan de Salisbury narraba que los contemporáneos somos "enanitos encaramados sobre los hombros de gigantes", afirmando que "veíamos más y más lejos que nuestros predecesores, no porque tuviéramos más aguda visión o mayor altura, sino porque las gigantescas proporciones de aquéllos nos elevan y sostienen." Tenía en claro que por el pasado había que tener respeto porque gracia a él teníamos la posibilidad de alcanzar un horizonte cognoscitivo más vasto. Los gigantes mencionados se encuentran constantemente a nuestra disposición, solo tenemos que acercarnos a nuestras escuelas, a las bibliotecas o museos. Nuestra preocupación es quiénes son los que se encaraman en los hombros de aquellos gigantes, qué ven, qué deben perseguir, cuál es su rol como intelectuales de nuestra sociedad en nuestro hoy.
No sé qué es lo que ven pero si tengo en claro que deberían ver. Deberían buscar las formas en que podemos perseguir una nueva utopía, deberían poner en claras palabras de qué se trata y cómo empezar a hacerlo, haciéndolo.
Debemos, cuál Prometeo, volver a robarles el fuego a los dioses para que podamos salir de nuestro estado de miedo, degradación y miseria. Los intelectuales podremos no ser políticos pero sí debemos hacer políticas. No podemos modificar la historia pero si resignificarla.
Por: Juan Carlos Ramírez

martes, 15 de julio de 2008

Sobre la Historia


El 1º de julio es el Día del Historiador, fecha elegida debido a que en ese día de 1812 el Primer Triunvirato emitió un decreto por el cual el gobierno "ha determinado se escriba la historia filosófica de nuestra feliz revolución". El trabajo de la primera historia argentina recayó en el Deán Gregorio Funes, autor del Ensayo de la Historia Civil del Paraguay, Buenos Aires y Tucumán.
LA IMPORTANCIA DE LA HISTORIA
El hombre siempre manifestó la necesidad de contar sus experiencias, como individuo y como sujeto social. En sociedades ágrafas el relato oral, única vía para transmitir vivencias propias o escuchadas de terceras personas, necesitaba la concurrencia de público y narradores en un mismo espacio y tiempo. El narrador siempre resigna referencias verificables para dar lugar a la intriga, a la aventura, a la historia. Ningún narrador pretende emular a Funes, el memorioso, de Jorge Luís Borges, capaz de relatos tan pormenorizados como carentes de análisis. Los relatores de historias no siempre sienten la obligación de la veracidad, sólo tienen que ser verosímiles, creíbles. Aquellos contadores de La Ilíada o La Odisea, no se cuestionaban por no diferenciar lo posiblemente humano de lo fantástico; tampoco lo hacían los oyentes, destinatarios pasivos y acríticos pero siempre presentes. Con la escritura aparecieron libros de historia y los relatos dejaron de ser fugaces impresiones para dar lugar a posibilidades de reflexión, consultas meditadas, cuestionamientos. También se superó la relación tempo espacial; la historia escrita nos permitió conocer escenarios no visitados y tiempos no vividos, sin la mediación del narrador en cuerpo presente. Desde Heródoto, la historia como memoria humana pasó a ser una memoria más profunda y universal.
Tucídides superó las narraciones históricas que proponían explicaciones mágicas, cuando busco los motivos que provocaron la Guerra del Peloponeso. Explicaba a un público no presente, no necesariamente conocedor, las causas de un acontecimiento dejando de lado la intervención de los dioses para dar paso a las responsabilidades de los humanos en la construcción de su propio pasado. Con la aparición de las religiones de grandes masas, la inquietud por las causalidades humanas dejó de ser prioritaria y las causas últimas tanto como las primeras, fueron consideradas como parte de un Plan Universal. La fuente de conocimiento dejó de ser empírica o documentable y pasó La Biblia a ser fuente de Verdad única.
El desarrollo tecnológico aplicado y sostenido a partir del siglo XV, permitió la producción y circulación de conocimientos y las intencionalidades de relatos históricos se diversificaron. De este modo, la Revolución Francesa apuntó al desarrollo de ciudadanos, la valoración del Hombre y sus Derechos Universales; pero no mucho tiempo después, la política francesa se inclinó por relatos históricos que formaran patriotas, subordinando así al Hombre a las instituciones o sentimientos propios de la sociedad en donde vivía. El objeto de la Historia, la investigación y difusión de los hechos de los hombres en el pasado, siguió siendo el mismo pero no necesariamente eran las mismas conclusiones porque las motivaciones podían ser tan diferentes, como diferentes comenzaban a ser los criterios de verdad empleados. Las historias dejaron de ser universales y la Verdad dejó de escribirse en singular y perdió su omnipotencia.
DESAFÍOS
Hoy, el historiador prohijado por el Estado o por fortunas personales, comparte su podio con los surgidos de las universidades democráticas, con investigadores sin títulos profesionales, con los que recogen voces en los pueblos levantando memorias olvidadas. Los historiadores tienen hoy un campo de investigación mucho más amplio, mejores herramientas, interlocutores que cuestionan, y sus obras nos aproximan al Conocimiento desde diferentes ángulos sin pretensiones de apropiación de la Verdad absoluta. Los docentes de historia de hoy, tenemos para estudiar y que estudiar, mucho y más variado que nuestros antecesores, en la búsqueda de que nuestros alumnos se formen en la diversidad y con espíritu crítico, para que en las Memorias de la Humanidad no se excluya a través nuestro al gran protagonista: el pueblo.
Por: Juan Carlos Ramírez