El tema no solo es la
irresponsabilidad de los jóvenes que actuaron con una conducta homicida, el tema
es la conducta de sus mayores. No les llamo la atención de que chocarán, no
tenían datos para salvar responsabilidades, no se acercaron a la esquina en
cuestión. Solo, hasta este momento al menos, se han limitado a proteger su
irresponsabilidad, su patrimonio, su anonimato y cobarde huida.
Me pregunto: Qué
hijos estamos criando? Qué clase de adultos somos? Qué humanidad estamos
construyendo? Las sociedades no se suicidan, rápidamente los vecinos nos
asistieron, nos dieron los datos de la patente y características de los que
huyeron pasando por un domo y en dirección al centro. La policía no nos tomo
denuncia presencial, no pudimos convencerlos que un incidente se había producido
y por eso ellos estaban allí. No les intereso el relato de los vecinos que
afirmaron sobre la posible minoridad de los huidores. Tuvimos que hacer la
denuncia de modo virtual y hasta el lunes, no habían efectuado investigación
alguna porque no había esa novedad en el libro de guardia pese a que la oficial
reconoció de mutus propio que sabía que me habían trasladado al hospital
oportunamente (¡Gracias Hospital de Chascomús!).
Nos sentimos desamparados.
Tenemos que redoblar los esfuerzos para salir de la anomia y de la falta de
cumplimiento de las normas existentes. Sin embargo y sintiéndome muy
apesadumbrado, creo que el mayor problema es cómo estamos actuando como mayores,
que sociedad legaremos a nuestros nietos.
Juan Carlos Ramirez
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