miércoles, 5 de abril de 2017

Soy Docente

Amo mi profesión y sigo haciéndolo con la misma pasión que cuando comence. Y se que la voy a extrañar.
Lástima que una parte de la sociedad considera que no debiera tener la pretensión de ganar por sobre la línea de la pobreza, y descalifican el ejercicio de mis derechos.
Loca sociedad que pretende que les enseñe a sus hijos sobre la histórica lucha en pos de mayor libertad y derechos, pero que los condiciona solo a una teoría sin práxis, solo un saber cultural más, algo inútil.
Loca sociedad que envía a sus hijos a instruirse para que puedan tener una vida digna, con maestros que sólo son aceptables, si no pelean por sus derechos a tener una vida digna. Es decir, que los envía para que tengan un saber inútil con maestros que aprendieron cosas inútiles.
Loca sociedad que considera que los maestros en huelga son conducidos engañados por una dirigencia sindical maligna, y que repite las voces demonizadoras del poder una y otra vez, a veces, de maneras desencajadas.
 Soy parte activa de esta loca sociedad, y veo como día a día nos dividimos en quiénes no quieren que otros peleen por derechos, y quienes se ven sumados a estructuras partidarias con las que no han adherido por convicción sino por espanto .
Ya no importa si ese docente como ciudadano, ha sido ferviente partidario de las políticas públicas del pasado reciente o crítico de ellas. Molesta su rebeldía a ser minimizada su condición de sujeto de derecho y por tanto, debe ser demonizado.
Lo llamativo de este momento es que los agravios a los docentes sólo son activos desde la impunidad que dan las nuevas tecnologías, los dispositivos (los que disponen). Troll le llaman a los que son pagos, otros nombres se les suelen dar a quiénes lo hacen por su voluntarismo a repetir los que otros afirman, sin análisis alguno.
He vivido toda mi vida en Ezeiza, es mi lugar, mi pueblo. Los padres me dicen que esperan que ganemos esta pulseada (oponernos a la desvalorización). En las marchas distritales, nos saludan. Muchos intuyen el desmadre que viene si logran aplicarnos políticas de ajustes sin aumentos de salarios.
Algunos docentes afirman orgullosos que se retiraron cuando la educación "cayó" por las políticas de la última década. Otros docentes afirmamos orgullosamente, que nos quedamos a colaborar con la reconstrucción del país luego del extraordinario saqueo que llevaron adelante las políticas neoliberales de principios de siglo. Puntos de vistas, distintos motivos de orgullo.
 
Juan Carlos Ramirez.
Orgullosamente Docente en Lucha

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