lunes, 31 de octubre de 2011

Elecciones, Ciudadanía y Docencia.


Desde aquel reclamo social del 2001 pidiendo “que se vayan todos” a la actualidad, hay notorios cambios en la vida política. El paradigma cambio y tal vez de una manera inesperada, si tomamos nota como los docentes incrementaron ampliamente, su participación en listas de partidos políticos.
Mientras la escuela, desde ese nefasto año, asumió la responsabilidad de cumplir funciones más amplias que las de enseñar historia, lenguaje o matemática, los docentes reforzaban sus esfuerzos en la militancia social, incrementando su participando en listas de diferentes partidos, desde sus diferentes ideologías.
Tras la recuperación de la democracia, pocos y conocidos por todos, como Puigross, Oporto, ó Mary Sanchez participaban de la política partidaria postulándose a cargos electivos, previo paso por experiencias sindicales o como funcionarios, siempre relacionados al plano educativo. Probablemente la excepción en lo cuantitativo se daban en algunos partidos de la izquierda o vecinalistas, como en su momento Unidad Comunal.
Hoy la realidad es otra. En nuestro distrito, dos docentes pudieron presentarse al máximo cargo ejecutivo más un intento fallido que quedo en la Junta Electoral, varios participaron en al menos dos listas más como candidatos legislativos y en un número mayor se postularon a consejeros escolares.
Ahora bien, ¿Por qué la participación de los docentes? Una respuesta la podemos encontrar en que debido a su actividad especifica, traen consigo un manejo particular de la oratoria, competencia indispensable para el desempeño de la tarea de enseñar, además de otras, como la facilidad de comunicación, el trabajo en equipo, la creatividad y sobre todo, el contacto con la realidad cotidiana, el conocimiento del problema.
Más allá de cualquier análisis, es loable el incremento de la participación docente como cuadros políticos partidarios. Demuestran que estamos dando un paso más en nuestro camino hacia la construcción de una sociedad más democrática, basada en el debate y la participación. La ejercitación de las obligaciones ciudadanas, conduce y muestra inevitablemente, a una mejor sociedad.

Por: Cesar Leonel Miralia, Profesor de Historia (ISFD Voglino; T. Suárez)

jueves, 13 de octubre de 2011

Eduardo Delfino

La Cámara Federal de Apelaciones de La Plata, mediante las resoluciones con fecha 29/09/11 y 3/10/11, formalizó la identificación de cinco personas que se encontraban desaparecidas: Miguel Ángel Mastrogiovanni, Ismael Antonio Monzón, Ana María Liendo, Juan Benítez y Alberto Eduardo Delfino, fueron identificados entre los restos exhumados en el Cementerio Municipal de Avellaneda en el año 2006, en el sector donde se encontraban sepultadas protagonistas de los sucesos ocurridos el 23 de diciembre de 1975 en el Batallón de Arsenales “Domingo Viejobueno” de Monte Chingolo.
Las exumaciones fueron efectuadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense, quienes afirmaron que “el plano labrado al momento de la inhumación de los cuerpos (año 1975), agregado en la causa penal, no correspondía con la disposición en la que finalmente fueron inhumados y hallados en la excavación, así como tampoco se encontraban los esqueletos completos, esto debido a movimientos de tierra por posteriores construcciones e inhumaciones". Las resoluciones dictadas por el Tribunal fueron remitidas a la Unidad Fiscal Federal y al Juzgado Federal N° 1 de La Plata, en el cual se tramita la causa Nº 82.090 ‘Barbate Daniel Roberto y otros s/ Inf. Ley 20.840, etc. en Batallón de Arsenales "Domingo Viejobueno" de Bernal’.
En diciembre de 2009, Alicia, hermana menor de Eduardo y miembro del Hermanos de Desaparecidos por la Verdad y la Justicia, había comentado en que "hubo momentos en que para los familiares era peligroso acercarse hasta el lugar” en donde el 22 de diciembre de ese año, se inauguró un friso de dos metros de ancho por tres de alto (en el cementerio de Avellaneda) en homenaje a los militantes torturados, fusilados y desaparecidos luego de participar en el intento de copamiento referido.
El 23 de diciembre de 1975, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) se lanzó sobre el destacamento Domingo Viejobueno sin saber que habían sido delatadas sus intenciones por Jesús “el Oso” Ranier. Informes militares del 2006 declararon que fueron 49 los muertos enterrados en tumbas NN en el cementerio de Avellaneda (no es el número de muertes totales, que incluyen a criaturas de pocos años). A los restos de los combatientes les cercenaron las manos y las guardaron en frascos de formol para su identificación, y luego de pintarles un número con pintura roja en el pecho desnudo, los enterraron. A uno de los que lograron escapar lo habrían capturado herido en cercanías de Puente La Noria, por lo que se creyó -sin ningun fundamento- que podría haberse tratado de Eduardo, a quien también se aseguraba que lo habían visto en el hospital de Ezeiza, versión que con la confirmación de la identificación de sus restos, queda totalmente descalificada pero que incluyo para ilustrar los pesares de sus allegados. Cabe recordar que los procedimientos de desaparición se llevaron a cabo bajo el gobierno constitucional de María Estela Martínez, viuda de Peron.
Los familiares, que conocían el hecho, se reunían en el cementerio cada año al cumplirse un nuevo aniversario, y en el 2005 comenzaron a organizarce. Finalmente en 2006 lograron que el Concejo Deliberante de Avellaneda emitiera una ordenanza para preservar el espacio y poder inhumar los restos, el mismo año en que se decidió levantar un monumento, siguiendo una iniciativa de Laura Bonaparte –Madre de Plaza de Mayo con una hija inhumada en el lugar, declarado patrimonio de la provincia.

A modo de homenaje
Nos encontramos en French y Savedra y caminamos hacia la estación cuando apenas comenzaba aquella noche decembrina. No hablamos mucho, sólo trivialidades. Ya en la esquina de la plaza me dijo: "Va a ser grande". No lo volvi a ver.
Su entrega a los ideales fue pura y totalmente generosa, ofrendo su vida en ello. Si estaba equivocado o no, hoy es solo una apreciación y no esta en su amigo hacerla. Los que hicimos la secundaria con el, lo recordamos, siempre, como era. Decidido, audaz, tan generoso que se le fue la vida en ello.

Por: Juan Carlos Ramirez

miércoles, 12 de octubre de 2011

Día del Respeto a la Diversidad Cultural.

Hasta no hace mucho tiempo, conmemorábamos en esta fecha el inicio de un proceso que aún hoy esta en marcha: la globalización. Tomábamos como base que a partir de la gesta de 1492, el mundo comenzó a integrarse definitivamente.
No esta mal festejar la puesta en contacto de toda la raza humana, pero no era ese el sentido de la celebración. Desde un europeísmo centrista, festejábamos que C. Colón traía la civilización a nuestras civilizaciones, que había traído cultura a nuestras culturas. El Día de la Raza no era entonces el Día de la Raza Humana, era el día del festejo de la derrota americana a manos de los conquistadores europeos, y de las calamidades entonces sufridas. Se festejaba el despojo, el genocidio, la humillación de las culturas americanas.
Hoy soplan otros aires en América, hoy los pueblos denostan la barbarie invasora y rescatan a la América profunda. No por ser nuestras culturas mejores que otras, sino por ser tan valiosas como otras.
En una escuela de T.Suárez (Vista Linda, ES 314), ayer, se pudo ver el ejercicio de esta convicción. Se escuchaba y bailaba música tropical, cumbia claro, en versión de los suburbios metropolitanos. También reggaetón latino rappeado, e incluso, se bailo al son afro rioplatense de la murga que la visitara. Todo un encuentro de culturas, todas distintas, todas formando parte de nuestra identidad.
No nos olvidamos que aplaudimos a una llajuas danzando un tinku, baile típico boliviano que justamente, se inicia con la puesta en marcha del desprecio español por nuestros pueblos, haciendo que “nuestros indios”, se pelearan entre sí, tal el origen de esta danza que nos recuerda qué llamaba a festejar el Día de la Raza. Pero hoy hay una nueva visión, no despreciamos otras culturas, solo sostenemos que son tan buenas como las nuestras, como las de todos. Por eso ya no festejamos el día de la raza y lo que aquello significaba. Hoy, convencidos, celebramos el Día del Respeto por la Diversidad Cultural.


Por: Juan Carlos Ramirez