lunes, 18 de agosto de 2025

¡Ay, niños míos!

   Hace unos días se dio un decreto en el cual solo se oficializa que se denominará Día del niño, en vez del Día de las niñez. Parece cuando menos, una cruel burla.
  Si bien es muy cierto que corresponde morfológicamente hablar de niño, concreto, y no de niñez porque eso pone la etapa etaria en una forma abstracta, vacía y sin una persona de carne y hueso dentro de tal sustantivo, la centralidad es que fue el único anuncio con respecto a los niños argentinos que dieron las autoridades en lo que va del año; al menos teniendo en cuenta que hay mas de un 50 por ciento de la población infantil bajo la línea de pobreza.
  Es como hasta paradójico que este año, el Día del niño coincida con el recuerdo del General San Martín. Les propongo repasemos la vigencia de sus conocidas máximas:

* Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que nos perjudican*. Pareciera una quimera cuando un niño autista tuvo que lograr a través de una sentencia judicial que, nada más ni nada menos, el presidente tuviera que disculparse por su ofensa por sus expresiones.
* Inspirarla amor a la verdad y odio a la mentira*. Se habla que las tasas de pobreza caen mientras aumenta el desempleo en los padres de los niños. Las cuentas no son difíciles.
* Inspirarla gran confianza y amistad pero uniendo el respeto*. Cómo enseñar este principio en las escuelas, cuando los insultos son tweets oficiales presidenciales.
* Estimular en Mercedes la caridad con los pobres*. En un país con más del 50 por ciento de niños pobres, a sus padres que recogen cartones para llevar el sustento diario, se les imponen multas de tres salarios mínimos, condenándolos por tanto a la inanición, esperando ver el cadáver de esos niños por las veredas para corroborarlo.
*Respeto sobre la propiedad ajena* Este si parece tener vigencia, en el sentido que Eladia nos enseñó en Chiquilin de Bachin.
* Acostumbrarla a guardar un secreto*. Cuando se busca penalizar las denuncias por falso testimonio, como contar mi secreto de abuso. Nadie me creará y encima me castigarán. Buen recurso impuesto por los pedófilos.
* Inspirarla sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones*. Cómo enseñar la tolerancia cuando la idea es exterminar al otro. Cuando el que siente y piensa distinto debe ser exterminado.
* Dulzura con los criados, pobres y viejos*. Qué difícil enseñar indulgencia con los ancianos cuando los niños ven como se agrede a sus propios abuelos cuando reclaman sus derechos.
* Que hable poco y lo preciso*. Esta máxima nos abre el debate, dado que ha cambiado tanto la forma de comunicarse que directamente no se habla. *Acostumbrarla a estar formal en la mesa*. Me pregunto si esta máxima esta vigente, cuántas mesas familiares usted conoce hoy en día.
* Amor al aseo y desprecio al lujo*. No hay forma de que tenga vigencia en tiempos del Dios consumo.
* Inspirarla amor por la Patria y por la Libertad.* Para actualizar esta máxima tendremos que definir a qué Patria nos referimos hoy en día. Difícilmente sea la que San Martín tuviera en mente cuando escribió estas líneas, lo mismo con el concepto de libertad, palabra tan desgastada por el uso últimamente hasta utilizada en una misma línea con un insulto y gritada a vos en cuello en foros internacionales por las máximas autoridades.
  Por tanto propongo que, el próximo domingo con o sin regalo material, demos como presente a nuestros niños el recuerdo de estas máximas con el sentido que don José le diera cuando se las regaló a su hija.


Por: Dra. Cristina Alejandra Romano.